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Los jóvenes debutantes llevan a España a la cumbre en los Campeonatos Europeos de atletismo

Los ambiciosos Asier Martínez, Mariano García y Mo Katir lideran una disciplina en cuya cuenta de resultados la marcha sigue siendo fundamental y las mujeres han perdido peso

Carlos Arribas
Campeonatos Europeos de atletismo
Mariano García, ganando los 800m de Múnich.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)

No hay persona del mundo del atletismo que no diga que los Europeos de Múnich han sido una competición fenomenal. Estadio, público, grandes atletas, y máximo nivel de marcas. Los campeones olímpicos que llegaban han competido como si esta fuera la prueba más importantes del año. Marcell Jacobs (100m, 9,95s), Karsten Warholm (400m vallas, 47,12s), Jakob Ingebrigtsen (1.500m, 3m 32,76s), Mondo Duplantis (pértiga, 6,06m), Miltiadis Tentoglou (longitud, 8,52m), han batido o igualado los récords de los campeonatos. Una figura como la neerlandesa Femke Bol, de 22 años, la reina de los campeonatos, ha conseguido tres oros en combinación insólita y con marcas magníficas: 400m lisos (49,44s, mejor marca europea el año), 400m vallas (52,67s, récord de los campeonatos) y líder de relevo 4X400 de su país.

En 30 de las 46 disciplinas, las marcas de los campeones en Múnich han sido mejores que las de los anteriores campeonatos, Berlín 2018, pero en solo cuatro han sido mejores que las de los campeones de los recientes Mundiales. Las grandes potencias, como Alemania, han comprendido que en los Mundiales, los tres bloques que dominan –Estados Unidos, Jamaica y resto del Caribe, Etiopía y Kenia—dejan poco hueco y han decidido que sus atletas llegaran en su mejor forma a sus Europeos y han pasado de actuaciones grises en Eugene (un oro y un bronce para los alemanes en los Mundiales) a arrasar en el estadio Olímpico ante su afición enloquecida, pues es más fácil apoyar a unos deportistas con posibilidades de victoria que a los que van a pelear por migajas: 16 medallas, siete de ellas de oro.

El modelo alemán lo ha seguido a la perfección España, que tras unos Mundiales saldados con los bronces de Mo Katir en 1.500m y Asier Martínez en los 110m vallas, y el cuarto puesto de Mario García en los 1.500m, ha brillado en Múnich, acabando tercera en la lista, con 10 medallas (cuatro de oro, tres de plata y tres de bronces) y, sobre todo, con el ascenso irresistible de una nueva generación: ninguno de los cuatro medallistas en la pista, los dos campeones, Asier Martínez (110m vallas, 22 años) y Mariano García (800m, 24), el subcampeón de 5.000 (Mo Katir, 24) y el bronce de 1.500m (Mario García, 23) ha cumplido aún los 25 años. Para los cuatro se trataba del primer Europeo absoluto en el que participaban. Tienen talento, son profesionales y son ambiciosos. Katir solo pensaba en ganar a Jakob Ingebrigtsen en los 5.000m, y Mario García arriesgó incluso la medalla de bronce en su intento desesperado de acabar con el noruego en los 1.500m. Su frase es, si no es para ganar, para qué voy a venir. Asier Martínez, el de la vertiginosa ascensión al Gotha del 110m vallas mundial, ya ganó y también Mariano García, que viajó desee Múnich llevando una plantita, símbolo que le llegó con la medalla de oro, para plantar el jardín de los campeones, y solo temía que la recepción popular que le espera en Fuente el Álamo (Murcia), donde se entrena, le retrasara y le dificultara sus planes de entrenamiento. “Hay que seguir trabajando, y toca gimnasio, pesas, lo más aburrido”, lamenta el murciano, que la próxima semana intentará en la Diamond de Bruselas conseguir la mínima (1m 44,70s) para el Mundial de 2023. Mario García, por su parte, participará en el 1.500m de Lausana, el próximo viernes, y Asier Martínez también seguirá compitiendo.

Italia (11 medallas, tres de ellas de oro, tras unos Mundiales tristes) ha seguido un proceso similar, pero no Francia, con un atletismo en crisis, malos Mundiales y peores Europeos, de los que sale, por primera vez desde 1982, sin ningún campeón.

Las otras cuatro medallas individuales, aparte de las dos en las maratones por equipos, los oros de Álvaro Martín y Miguel Ángel López, la plata de Raquel González y el bronce de Diego García, se han conseguido en las pruebas de marcha, la disciplina en la que España marca el paso al resto de Europa gracias a los tres núcleos, Madrid, Cieza y Guadix, en la que tres apasionados, José Antonio Quintana, José Antonio Carrillo y Daniel Garzón, en la vanguardia de los conocimientos y las últimas técnicas de preparación, hacen brotar incesantemente marchadores de primer nivel, y lograr rendimientos durante largos años.

“El balance del campeonato para España ha sido muy positivo”, se felicita el seleccionador nacional, José Peiró. “Y aún no hemos tocado techo. Lo mejor de este equipo ha sido el elevadísimo nivel de competitividad de todos los atletas. Vamos a seguir con la política de llevar siempre el equipo más competitivo posible”.

Dentro de la casi euforia, un aspecto debe hacer reflexionar a los responsables técnicos españoles, la disparidad entre los resultados de hombres y mujeres. El equipo de Múnich estaba compuesto por 89 atletas, 49 hombres y 40 mujeres. Ocho de las medallas fueron masculinas, solo dos femeninas. Más del 40% de los hombres (19), ocuparon puesto de finalista, y solo siete mujeres (un 17%).

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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