Jorge Martín quiere vestirse de rojo, pero Ducati sigue con dudas

Dos pilotos postulan para vestirse de rojo la próxima temporada, y el GP de Austria fue su última oportunidad para mostrar todo su talento tanto en los boxes como en la pista. La plana mayor de Ducati, por rendimiento la moto más codiciada de la parrilla, lleva todo el año deshojando la margarita con el madrileño Jorge Martín y el riminés Enea Bastianini, dos de los talentos con mayor proyección en la actual parrilla de MotoGP.

Ambos campeones del mundo –el español de Moto3 en 2018 y el italiano de Moto2 en 2020– y ganadores en la categoría reina, separados sus cumpleaños por menos de un mes a sus 24 años, han complicado la decisión final de la marca de Borgo Panigale, que ha ido alargando los plazos y prevé comunicar su resolución antes del próximo GP de San Marino. Dadas sus trayectorias casi paralelas y similar palmarés, la cuestión va más allá del rendimiento obvio sobre la pista, que este fin de semana en Spielberg dejó cierto aire a empate técnico. Bastianini, que logró su primera pole en MotoGP, se batió cuerpo a cuerpo con un Martín pujante durante la carrera, aunque un problema técnico tras una salida de pista dejó al italiano en fuera de juego en la sexta vuelta.

Le sonrió la carrera al madrileño, que tuvo duelos intensos con varios de sus compañeros de marca e incluso provocó la reacción preocupada del máximo responsable del escuadrón de Ducati, Gigi Dall’Igna. La ambición le pasó una mala jugada al principal aspirante a la segunda montura de fábrica cuando quiso, precisamente, desbancar del podio al piloto que pretende sustituir. Jack Miller, que se quitó de en medio de la decisión anunciando su fichaje por KTM el pasado mes de junio, denunció tras la carrera en el Ring la agresividad de su compañero de marca. “No sé si quería adelantarme o sacarme de la pista”, se quejó el australiano. En Silverstone, la anterior cita del calendario, un movimiento similar ya hizo arquear las cejas a los capos de la marca.

El anuncio definitivo, en principio, llegará justo antes de la próxima cita del Mundial en Misano, programada entre el 2 y el 4 de septiembre. Cuando empezó la temporada, el favorito para ocupar la segunda Desmosedici era Martín, pero el increíble arranque de curso de Bestia, como se conoce en el paddock a Bastianini, cambió los planes de los italianos. Una victoria en la carrera inaugural de Qatar y otra en la cuarta cita, el Gran Premio de las Américas, hicieron repensar su estrategia al fabricante de moda. “Obviamente, su rendimiento ha complicado nuestra decisión. Es un problema que a cualquiera le gustaría tener”, decía Paolo Ciabbatti, director deportivo de la fábrica italiana, tras la victoria del piloto de Gresini en Austin. Tres carreras más tarde, en Francia, subió por tercera vez en su vida a lo más alto del podio. “El año pasado, Martín era la primera opción para Ducati”, reconocía Carlo Pernat, mánager del italiano, sacando pecho tras sus buenos resultados.

El madrileño lleva pensando en rojo desde su debut en la categoría reina el año pasado. Su gran papel con el Pramac, la segunda estructura de los italianos, le valió el título de novato del año tras estrenar su casillero de victorias en el GP Estiria, disputado en el mismo Red Bull Ring que el pasado domingo no le dio tantas alegrías. Tras terminar noveno en el campeonato y subirse un total de cuatro veces al podio en 2021, su candidatura era la más sólida para dar un paso decisivo en la trayectoria de cualquier piloto.

“Seguramente, no ir de rojo el año que viene me defraudaría un poco”, explicaba en Silverstone, la primera de sus dos finales por el puesto. “Creo que es un paso que me toca y que debo hacer, pero si no se da habrá que dar lo máximo con el mismo material”.

Este año, Martín ha batallado con problemas de adaptación a una versión de la Ducati más avanzada y también ha tenido que pasar por quirófano para superar unas molestias en la mano. Ante estos contratiempos, Ciabatti ya comentó que le habían querido dar más tiempo. A pesar del margen otorgado, en 2022 los datos no avalan la candidatura del madrileño: dos segundas plazas y dos poles le sitúan noveno en la tabla (87 puntos), mientras que su oponente es sexto (118 puntos) tras subir tres veces a lo más alto del podio y conseguir una pole, la de este fin de semana.

Ducati hace tiempo que firmó a los dos pilotos sin determinar quién iría a la estructura oficial en el contrato. Ambos saben que contarán con una moto idéntica, pero la presión y relevancia de correr para una u otra estructura es significativa. Bastianini, tímido a principios de año, recordaba que subir al primer equipo conlleva más responsabilidad y compromisos fuera de la pista. Después de Austria, y a pesar de su abandono, sí que quiso mandar un mensaje claro pero diplomático: “Cuando hemos luchado juntos siempre he ganado, y por eso pienso que me lo merezco. Tal vez hay otros aspectos que pueden decantar la balanza a favor de Jorge, y no le quiero quitar méritos porque es un gran piloto”. El riminés, uno de los pocos italianos de su generación que no ha pasado por la academia de Valentino Rossi, siempre ha sido menos agresivo tanto en sus declaraciones como sobre la pista, un factor que también podría arrojar luz en la decisión de la marca.

“Al final, lo que se valora es el trabajo de todo un año en el box, lo que no se ve desde fuera”, decía Martín hace unas semanas, algo agotado sobre la atención mediática que ha conllevado la inminente decisión. El madrileño ha parecido a ratos molesto ante la batalla que se ha impuesto dentro de su fábrica, especialmente cuando ya se veía en el asiento a principios de año. Ahora, después de todo lo ocurrido, la suerte está echada, y ya solo quedan las reuniones entre bambalinas previas al GP de San Marino para decidir quién vestirá el rojo oficial de los italianos a partir del próximo año.

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