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La Supercopa de Europa obliga al Real Madrid

El Madrid se juega el primero de los seis títulos a los que aspirará esta temporada ante el Eintracht de Fráncfort, zurrado hace unos días por el Bayern y sin Kostic, su estrella

Real Madrid Eintracht Supercopa 2022
Vinicius ensaya un disparo durante el entrenamiento de este martes, previo a la Supercopa de Europa.JAVIER SORIANO (AFP)
José Sámano

No hay tregua en el Real Madrid. Está en la naturaleza del club: nada de complacencia, el hoy se impone por goleada al ayer, por muy reciente que esté el último doblete. Ni siquiera una entidad con 97 títulos puede rebajar la conquista del 98º. Toca la Supercopa de Europa, el primero de los seis títulos a la vista. En el Real Madrid nada es superfluo, la divisa obliga, sea el cartel que sea, una Supercopa —en esta se probará la señalización semiautomática del fuera de juego— o un trofeo de la galleta. En Helsinki (21.00, Movistar+ Liga de Campeones) está en juego un premio oficial, más prestigio y una pedrea de ocho millones de euros. De no sellar la quinta Supercopa, el Real propiciaría cierto ruido. En el Madrid todo es poco.

RMAReal Madrid
Real Madrid
2
Courtois, Alaba, Dani Carvajal (undefined, min. 85), Ferland Mendy, Eder Militao, Kroos (undefined, min. 85), Casemiro, Modric (Rodrygo, min. 66), Vinicius Junior (Dani Ceballos, min. 84), Benzema y Federico Valverde (Camavinga, min. 75)
EFR Eintracht Fr.
0
Eintracht Fr.
Trapp, Almamy Touré (undefined, min. 69), Obite Ndicka, Tuta, Djibril Sow, Christopher Lenz, Rode (undefined, min. 57), Ansgar Knauff, Santos Borré, Daichi Kamada y Jesper Lindstrom (undefined, min. 58)
Goles 1-0 min. 37: Alaba. 2-0 min. 65: Benzema.
Árbitro Michael Oliver
Tarjetas amarillas (min. 91)

En Helsinki la cita es con el Eintracht de Fráncfort, equipo embrionario de la Bundesliga que despertó de años de modorra con su imprevista cumbre en la Liga Europa. Entre otros bingos, antes de descorchar la final ante el Glasgow Rangers, sometió al Barça en el terreno de juego y en las gradas del Camp Nou. En Helsinki, 10.000 seguidores alemanes por unos 2.000 madridistas. Este miércoles, no hay mayor marea popular que la del Eintracht, tan sonora y fragorosa como temida por las autoridades correspondientes.

Frente al súper campeón de Europa y de España, el conjunto alemán no tiene mejor dictado que una sobredosis de ánimo y esos súbitos guiños que a veces depara el fútbol. El equipo que dirige el austriaco Oliver Glasner no ha pujado mucho en el mercado y, para colmo, no podrá contar con su mejor cromo. El zurdo serbio Filip Kostic está a un centímetro de la Juventus. “Tenemos lágrimas”, dijo ayer Glasner.

Un azote para el Eintracht tras el soponcio de su estreno en la Bundesliga: un guiñapo ante el Bayern de Múnich (1-6). Con el Real Madrid por el medio, imposible no remitirse a otra zurra histórica sufrida por el club de Fráncfort. El 18 de mayo de 1960, en el Hampden Park de Glasgow, ante 127.261 espectadores, Di Stéfano (tres goles) y el cañoncito Puskas (cuatro) fulminaron al Eintracht en la final de la quinta edición de la Copa de Europa (7-3), una de las mejores de la historia.

A los 63 años, con tanto recorrido, Carlo Ancelotti desconfía de todo rival. También del Eintracht. Quizá porque no vio su espanto ante el Bayern del pasado viernes, el italiano atisba a un rival “intenso y dinámico”. El entrenador tiene en plenitud a los 24 de la plantilla. No hay madridista con un rasguño.

El Madrid mantiene su espinazo, con dos nuevos subalternos, el curtido Rüdiger y el becario Tchouaméni, dos complementos para la defensa y el medio campo. Y quién sabe si habrá un tercer fichaje, si Hazard por fin ilumina a Hazard. De momento, todo apunta a que en Helsinki el técnico italiano tirará de la alineación de carrerilla que entronizó al Real del último curso, con Valverde de auxiliar para el medio campo y para Vinicius y Benzema. Con Rüdiger y Tchouaméni “tenemos mejor plantilla”, sostuvo Ancelotti, que puso en valor la “alquimia” de la pasada temporada entre veteranos y noveles, reforzada ahora con el alistamiento del central alemán y el volante francés. Un Real más completo salvo en el territorio de Benzema, al que nadie cubre la espalda de forma clara. Así lo ha querido el club, que para el doble éxito en la Liga y Europa no precisó de Mariano o Jovic, que nunca fueron ni siquiera secundarios.

Es hora de que el campeón se abra paso en un curso tan exigente en el que no caben resacas que valgan. Es el Madrid.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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