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España mejora en el Mundial de Atletismo de Oregón su actuación de Doha

El combinado nacional se marcha de Estados Unidos con dos medallas de bronce y seis puestos de finalista

Mundial de Atletismo
Ignacio Fontes, Mohamed Katir y Mario García, del Equipo Español, en la final de 1.500 metros durante el Campeonato del Mundo de atletismo al aire libre, a 19 de julio de 2022 en Eugene, Oregón, Estados Unidos. SportMedia / Europa Press 19/07/2022SportMedia / Europa Press (Europa Press)
Álvaro Sánchez

La imagen de las velocistas españolas del relevo 4x100 metros reunidas este sábado en corro sobre el tartán de Hayward Field, eufóricas por su quinto puesto en una final muy dura, un techo nunca antes alcanzado, diciéndose “grabad este momento”, porque nunca se sabe si habrá más así, fue la última estampa alegre del equipo de 56 atletas desplazado a Eugene. Era la penúltima prueba con representación española. La última fueron los 35 kilómetros marcha masculinos de este domingo, donde no hubo presea. Y ambos hechos: el ascenso de la velocidad y la decepción de la marcha, sirven para explicar las luces y sombras del conjunto español en Oregón, que con dos bronces y otros seis finalistas mejoró por la mínima la actuación de Doha 2019 (1 bronce y siete finalistas).

El Mundial empezó con mal pie. El primer día era la jornada en la que había depositadas más esperanzas. El 20 kilómetros marcha tenía en liza a dos cuartos puestos de Tokio: María Pérez y Álvaro Martín. Y los otros dos hombres, Diego García y Alberto Amezcua, no estaban descartados para dar la sorpresa. Además, habían ido con tiempo a EE UU para evitar el jet lag y aclimatarse, con entrenos en la altitud de Colorado. Sin embargo, el día clave casi nada salió bien. Pérez fue descalificada, Martín no pudo seguir el ritmo de la cabeza y fue séptimo, Amezcua se quedó al borde de ser finalista (noveno), y García acabó el 16º.

Con los últimos medallistas en grandes campeonatos ausentes en Oregón —la triplista Ana Peleteiro por embarazo, y Orlando Ortega, del 110m vallas, por lesión—, la decepción de la marcha hizo que planeara el fantasma de Londres 2017, el único Mundial de los 17 celebrados antes de Oregón en que la expedición española volvió de vacío, sin ninguna medalla. No ayudó que el saltador Eusebio Cáceres no enganchara un salto de medalla, aunque logró puesto de finalista (octavo). Otra bala de podio desaparecía.

Pero al tercer día, España resucitó de la forma más inesperada: Asier Martínez, un estudiante de Ciencias Políticas de 22 años, sexto en Tokio, llegaba con la perspectiva de hacer un buen papel, pero el metal, visto el nivel y su condición de debutante, se antojaba un logro muy complicado.

Sin embargo, en una carambola del destino, todo se tornó propicio ya antes de empezar la final: uno de los favoritos, el campeón olímpico en Tokio, Hansle Parchment, se lesiona en el calentamiento. Y segundos después, el estadounidense Devon Allen, que partía con la segunda mejor marca, hace una polémica salida nula por solo una centésima. Martínez, que tenía la penúltima marca, ve abrirse ante sí una autopista hacia algo que unos minutos atrás parecía imposible. Y se sube al ferrari. Corre con todo, hace marca personal y récord español sub 23, y no se da cuenta hasta meta, cuando gira la cabeza a su izquierda, de que ha sido bronce. De un plumazo, la atmósfera pasaba de lúgubre a festiva.

Los medallistas Asier Martínez (110m vallas) y Mohamed Katir (1.500m) llegan al aeropuerto de Barajas, este jueves.
Los medallistas Asier Martínez (110m vallas) y Mohamed Katir (1.500m) llegan al aeropuerto de Barajas, este jueves.JUANJO MARTIN (EFE)

Igualada la marca de medallas de Doha, ya todo es tratar de mejorar. No es posible en el maratón, la prueba que más oros ha dado a España en los mundiales (dos de Abel Antón y uno de Martín Fiz), donde por primera vez en la historia no hay ningún representante, reservándose los fondistas para el Europeo de Múnich que empieza en tres semanas, en el que las medallas son más asequibles sin la presencia africana de por medio. Pero hay otras esperanzas: el mediofondo llega con tres atletas en el 1.500m masculino y otros tres en el 800m.

Serán la cara y la cruz. España ha convivido durante muchos años con la idea de ser un terreno fértil para que surjan talentos en el 1.500m. Pero en los últimos tiempos había que remontarse cada vez más atrás para rememorar éxitos. Hacía 23 años que un atleta no se colgaba la medalla en esa distancia. Mohamed Katir, que llegó a España de niño desde Marruecos y se instaló en el pueblo murciano de Mula, rompió esa maldición con un bronce. Y el licenciado en Química por la Universidad de Misisipi Mario García Romo, salmantino, completaba con el cuarto puesto una actuación para el recuerdo.

En el 800 metros, que había protagonizado finales muy igualadas y de alto nivel en los campeonatos nacionales, y que venía de romper la banca en el Mundial en pista cubierta de Belgrado en marzo con la victoria de Mariano García, la película fue muy distinta. El gallego Adrián Ben cayó en las eliminatorias pese a hacer una buena carrera. Y Álvaro de Arriba y Mariano García no pasaron de las semifinales. Ben ya lo avisaba antes de empezar: estaban todos en un puño, y lo mismo se podía caer en la primera ronda que estar cerca de las medallas.

Para la segunda prueba de marcha, la larga de 35 kilómetros que se estrenaba en unos mundiales tras suprimirse los 50 kilómetros, España contaba con dos mujeres y tres hombres. No hubo medalla, pero sí actuaciones destacadas: Raquel González fue quinta y Laura García-Caro sexta. El mejor en hombres fue Miguel Ángel López, décimo.

Para Álvaro Martín, séptimo en los 20 kilómetros marcha, aunque ha habido atletas que han cumplido, se esperaba “un poco más” de la marcha española en Oregón. “Hay que seguir la misma estela y que haya más españoles, al final es una cuestión estadística. Japón tiene mucho volumen y por eso saca tan buenos resultados”, opina.

El resultado de Oregón se ha apoyado en una nueva generación: solo Cáceres repite de entre los finalistas de Doha. Dado que el Mundial de Eugene se retrasó un año por la pandemia, para tener una nueva oportunidad habrá que esperar menos que nunca: el año que viene llega el turno de Budapest.

Una segunda oportunidad en Múnich

El verano de 2022 es un tanto atípico para los atletas. Nunca antes habían coincidido Mundial y Europeo en una misma temporada, pero el retraso un año en la celebración del Mundial de Oregón por la pandemia ha provocado que ambos campeonatos vayan a ir casi seguidos. En solo tres semanas empieza la competencia continental en Múnich. Esa anomalía ha llevado a los técnicos a optar por reservar a los maratonianos españoles para el Europeo, un paso que también han dado otros combinados, dado que la cercanía impide que compitan dos veces con garantías en una distancia tan agresiva para el cuerpo, y en Alemania tienen, a priori, más opciones de medalla. Para el resto, doblar Eugene y Múnich no será un problema, aunque sí ha obligado a hacer un planteamiento estratégico: algunos atletas se han marcado como objetivo el Europeo y han visto en el Mundial una forma de tomar tono competitivo antes del momento clave de la temporada. Eugene puede jugar también un papel emocional: el buen hacer del 1.500 metros masculino, del relevo 4x100m femenino, de Asier Martínez en el 110m vallas, o de Sara Gallego en el 400m vallas les hace llegar reforzados y con más confianza a la cita continental. Al contrario, los que esperaban más, como algunos de los marchadores, tendrán la opción de resarcirse. El Europeo regresa cuatro años después, tras la anulación por la pandemia de París 2020. En la última cita, Berlín 2018, España logró 10 medallas: 2 oros, cuatro platas y cuatro bronces, y terminó novena en el medallero. Ese será el umbral que tratará de romper, de nuevo en Alemania, donde estarán los dos últimos oros europeos españoles: los marchadores del 20 kilómetros María Pérez y Álvaro Martín.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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