Dressel se retira del 100 libre del Mundial y emerge el gran Popovici

Caeleb Dressel, el nadador más rápido del planeta, se retiró este martes de la prueba de 100 metros libre del Mundial de Natación que se celebra en Budapest. La desaparición del estadounidense del evento que dominó en 2017 y 2019, el sprint que consagra al rey de la velocidad, resultó tan desconcertante como la sucesión de los acontecimientos en el centro acuático de Budapest, junto al Danubio, donde el rumano David Popovici, de 17 años, amenaza con apoderarse de la corona mostrenca.

Dressel se mostró en buena forma por la mañana. Nadó la última serie de clasificación de 100 libre en 47,95 segundos. No dejó entrever emociones, ni buenas ni malas, tras acabar su serie y comprobar contemplando el marcador desde el agua que un jovencito le había superado. En la penúltima serie, apenas unos minutos antes, David Popovici había nadado más rápido: 47,60s.

Que un joven ocho años menor que él, que venía de proclamarse campeón de 200 libre la noche anterior, consiguiera nadar los 100 metros en 47,60s, fue el acontecimiento de la jornada. De paso, constituyó una poderosa señal de alarma para el cuartel de Dressel. En unos campeonatos que Estados Unidos aspiraba a monopolizar, sin los velocistas rusos, vetados por la invasión de Ucrania, la confirmación del prodigio eslavo presentaba el más inesperado de los escenarios. Contra todo pronóstico, Dressel se vio segundo en la lista de clasificados para las semifinales de la tarde. Pero Dressel no compareció.

La noticia se propagó cuando la federación de natación de Estados Unidos emitió un comunicado atribuido a la directora del equipo, Lindsay Mintenko: “El equipo de Estados Unidos ha adoptado la decisión consensuada con Caeleb, su entrenador y el cuerpo médico, de retirarlo de la prueba de 100 libre debido a razones médicas. El equipo determinará su participación en las pruebas que le quedan esta semana”.

Popovici lo dijo el lunes, después de nadar el segundo 200 libre más rápido de la historia con bañador textil, sin la ayuda tecnológica de los monos de goma. “Soy el más fuerte”, declaró. El rumano, al que le va la marcha, debió sentirse un poco solo en el poyete de salida de la semifinal de 100, sin Dressel a la vista.

Nadador de 200 por naturaleza, como Phelps, cuando el rumano nada el 100 exhibe su poderío en los regresos, en el segundo largo, cuando su capacidad aeróbica le brinda una reserva de energía mayor que a los velocistas natos como Dressel. En las semifinales pasó en cuarta posición por la pared y regresó en 24,32s. Solo el australiano Kyle Chalmers, entre los velocistas de la última generación, ha sido capaz de volver más rápido. Si en la final de Tokio quedó séptimo, en Budapest se presenta como el favorito absoluto. Su tiempo en la semifinal, 47,13s, fue récord mundial juvenil y mucho más. Solo ocho nadadores en la historia consiguieron ir más rápido que este adolescente de Bucarest al que todos los expertos ven venir como un torpedo que apunta a la línea de flotación del poder establecido de estadounidenses y australianos.

Cesar Cielo, Alain Bernard, Caeleb Dressel, Cameron McEvoy, Eamon Sullivan, Kyle Chalmers, James Magnussen y Kliment Kolesnikov y Fred Bousquet. Un brasileño, dos franceses, un ruso, un estadounidense y cuatro australianos se reparten ahora con Popovici las 15 pruebas de 100 más rápidas de siempre, todas por debajo de 47,15s.

Estos Mundiales serán recordados por la irrupción de jóvenes fabulosos como León Marchand, Thomas Ceccon y David Popovici. También serán recordados por el nuevo récord de Kristof Milak en 200 mariposa —bajó de 1m 50,73s a 1m 50,34s este martes— y por la retirada de Caeleb Dressel en pleno duelo con Popovici, ocho años menor que él.

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