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El Barça abre las alas

Los nuevos delanteros y el comodín de Alves permiten atacar por dentro y fuera

Jordi Quixano
FC Barcelona
Adama y Mario Hermoso pugnan por el balón en una acción del partido Barcelona-Atlético.LLUIS GENE (AFP)

El Barça tiene 20 goleadores distintos este año y acumula delanteros y extremos —tres de una tacada en este mercado de invierno—, todavía sin que ninguno se signifique en la portería contraria. Así ocurrió ante el Atlético, partido en el que hizo cuatro goles y ninguno lo firmó un atacante: marcaron tres defensas (Alba, Araujo y Dani Alves) y Gavi, que jugó de falso extremo izquierdo como explicó Xavi. Adama Traoré se llevó los piropos pero los técnicos de la Ciudad Deportiva señalan que el triunfo es una consecuencia del juego colectivo, de que el Barcelona jugó al abordaje por tierra, mar y aire. “Este sí puede ser un punto de inflexión”, concedió Xavi al acabar el duelo contra el Atlético (4-2).

Desde que llegó, el cuerpo técnico estaba preocupado por sus atacantes y así constató tras vencer por la mínima al Alavés hace un par de semanas, pues seguramente el rival, que peleaba por eludir el descenso, imponía con Joselu y Luis Rioja más que con Luuk de Jong y Abde. Otros que desfilaron por las bandas fueron Ilias, Jutglà, Ilias, Pedrola, el lesionado Ansu y el desterrado Dembélé, también Braithwaite y Memphis. Pero ninguno que marque las diferencias como Suárez, Leo Messi y Griezmann. “Delanteros y extremos, eso es lo que siempre ha pedido Xavi”, revelan en los despachos de la Ciudad Deportiva, conscientes de que a Xavi le gusta atacar antes que defender porque bebe de las fuentes cruyffistas, esas que imponen sobre todo marcar un gol más que el rival. “Prefiero ganar por 5-4 que por 1-0″, defendió Johan como filosofía.

En esta ventana de fichajes pudo haber venido al Camp Nou otro atacante, pero la negativa de Dembélé a marcharse antes de acabar en junio su contrato dio al traste con los planes del área deportiva, pues tenía cerrado el fichaje de Luis Díaz, extremo del Oporto que se decantó por el Liverpool. “Pero con Adama, Ferran y Aubameyang esto es otra cosa”, resuelve con optimismo un trabajador del club. El ejemplo se dio ante el Atlético, un partido que se preparó con esmero. “Hacía tiempo que no trabajábamos la salida del balón, perfilarse para los controles…”, conceden en el vestuario. Pero también se le da mucha importancia al trabajo individual para que funcione el colectivo. Algo en lo que inciden, sobre todo, en Nico y Gavi, quizá un poco menos en Pedri porque han descubierto que es el futbolista que mejor percepción tiene de largo en el equipo.

La idea de Xavi era traer a jugadores a los que no les costara entender los conceptos porque el equipo está en una contrarreloj, ahora un poco más aliviado porque regresa a los puestos de Champions. “Ferran viene enseñado porque ha trabajado con Guardiola y las pilla todas al vuelo”, explican en el club, al tiempo que confirman que pasa lo mismo con Adama —creció con el molde azulgrana— y Aubameyang, que ha trabajado con entrenadores top como Rudi García, Klopp, Tuchel y Arteta. “En el fútbol está el talento, el trabajo de resiliencia, el aspecto mental y, no menos importante, los técnicos que le han dirigido”, conceden en el área deportiva.

Para Xavi había dos premisas: que el delantero centro atacara los espacios y aguantara la pelota, además de que fuera rápido porque esa es la única forma de fijar a los defensas rivales; y que los extremos fueran balas para atacar la espalda de las defensas y así evitar que salten a la presión para ganar tiempo y espacio para los centrocampistas. Eso ocurrió frente al Atlético, que también fue un agujero defensivo.

Alba y Alves, mediocentros

“Queríamos superioridad en la mitad del campo y para eso habíamos trabajado dos sistemas: el 3-4-3 y el 3-5-2. Buscábamos ocupar los espacios y encontramos entre las líneas a Pedri y Gavi, también porque Alves nos daba superioridad”, reflejó Xavi. Eso era lo que ocurría en los pasillos interiores porque Alves e incluso Alba ocupaban la posición de mediocentros junto a Busquets para multiplicar las líneas de pase, amasar el esférico y ganar triángulos en el campo, una idea que patentó Guardiola en el Bayern con Lahm.

Como el Barça podía tocar por dentro, el Atlético se preocupaba en cerrar las líneas de pase —un disparo llega antes desde el centro que desde la banda—, momento en el que los jugadores abrían a la banda para buscar a Gavi y sobre todo a Adama, excelente en el uno contra uno. Y tan bien lo hizo —dio la asistencia a Gavi para que marcara de cabeza—, que a Simeone no le quedó otra que retrasar a Carrasco para que ayudara a Mario Hermoso en su contención. Un dos contra uno en la banda que daba aire al Barça por dentro, que le daba la pelota y que también acabó por darle la victoria.

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