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Nadal, regreso y ensayo en Abu Dabi

El número seis se probará después de cuatro meses de ausencia y prácticamente medio año sin competir: “Será súper difícil, pero todavía tengo fuego interior”

Nadal
Nadal pelotea durante un entrenamiento de esta semana en Kuwait. / @RNADALACADEMY
Alejandro Ciriza

Después de 132 días o, traducido, tras algo más de cuatro meses de ausencia, Rafael Nadal regresará este viernes en la pista de Abu Dabi (16.00, #Vamos, frente al escocés Andy Murray) con el objetivo de probar el pie izquierdo y afianzar o no, en función de la respuesta, la recuperación que inició el pasado 7 de agosto. Entonces, después de caer contra el sudafricano Lloyd Harris en los octavos del torneo de Washington, el campeón de 20 grandes frenó en seco porque el síndrome de Hoffa, mal que le sacude desde los inicios de su carrera, volvió a ponerle un cepo en el camino y le obligó a parar. “Estoy sufriendo mucho más de lo que debería”, expuso dos semanas después, cuando daba por zanjado el curso –ni US Open, ni Masters ni Copa Davis– y se ponía en manos de los médicos.

Sometido a un nuevo tratamiento, “un pelín diferente”, el español fue reincorporándose de manera progresiva al trabajo y elevando poco a poco la intensidad hasta llegar a la intersección de este fin de año. Es decir, de las sensaciones que obtenga en el test en Abu Dabi, con formato de exhibición, y posteriormente en la cita preparatoria de Melbourne, un ATP de categoría 250 que se celebrará del 3 al 9 de enero, el balear extraerá la decisión: sí o no al Open de Australia. A priori, la evolución es positiva y se encamina hacia al primer grande de la temporada –del 17 al 30 de enero–, pero más allá de eso, Nadal prioriza recuperar un buen nivel. Su nivel.

“No se trata del dolor”, introdujo este jueves en la comparecencia previa a su estreno, “porque dolores he tenido a lo largo de toda mi carrera, sino más bien de tener un dolor que puede controlar para competir bien. Vamos a ver, necesito intentarlo en competición”, afirmó el tenista de Manacor, quien a mediados de octubre volvió a coger la raqueta en su Academia y empezó a pelotear después del episodio de Washington, escenario de su último partido; sin embargo, el pie ya le hacía diabluras dos meses atrás, cuando fue rendido por Novak Djokovic en las semifinales de Roland Garros y abandonó la pista cojeando.

“Me siento mejor, por supuesto. De lo contrario no estaría aquí”, señaló rotundo. “Sé que la remontada no será fácil y ahora mismo no tengo grandes expectativas. Hoy día, mi única expectativa es estar aquí”, continuó. “Estoy peleando por estar listo. Si la situación cambia y me siento sano, si soy capaz de jugar el torneo previo a Australia y puedo prepararme bien durante 20 días, nunca sabes qué puede ocurrir, pero hoy día mis expectativas consisten en tratar de llegar al Open y estar lo suficientemente bien como para jugar ese torneo en condiciones y con sensaciones positivas”, agregó el seis del mundo, que durante la franja de su ausencia ha caído cuatro peldaños en el ranking.

Hacer posible lo imposible

En cualquier caso, Nadal es plenamente consciente de que el retorno, una vez más, será complicado. “Sé que será súper difícil. Si las cosas van bien voy a jugar los dos partidos de aquí y el torneo previo de Melbourne, así que las horas en pista y el nivel que exige un torneo como el Open no serán demasiadas…”, advirtió el mallorquín, de 35 años y que esta temporada ha jugado menos que ninguna –29 partidos distribuidos en siete torneos–, habiendo celebrado los títulos del Godó y el Masters 1000 de Roma; no pudo desfilar por los Juegos de Tokio ni por Nueva York, y previamente renunció también a Wimbledon.

Hasta ahora, Nadal y su equipo están satisfechos de la evolución. Y lo que es más importante: el apetito sigue intacto. “He estado haciendo un gran trabajo en casa, con la actitud adecuada. Si estoy aquí es porque el pie me lo permite, aunque espero que vaya mejorando para que pueda estar al nivel que quiero estar”, expresó este jueves, tras haber pasado unos días en Kuwait para promocionar la Rafa Nadal Academy; “si puedo jugar sin limitaciones, quiero volver a luchar por todo, así que ese es el objetivo. Lo que hoy parece imposible o casi imposible, nadie sabe cómo puede ir en un mes. De todos modos, todavía tengo el fuego interior para seguir y luchar por los objetivos”.

Por último, el español fue preguntado por la gran carrera histórica con Roger Federer (40 años) y Novak Djokovic (34), igualados los tres a 20 majors. Y respondió: “Llevo sin competir cinco o seis meses. Comprendo que se hable de esto, pero Roger [operado tras Wimbledon por una lesión de rodilla] y yo llevamos mucho tiempo lesionados. Las posibilidades de Novak son mucho más altas que las nuestras”.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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