El rescate del Barça
Eduard Romeu, vicepresidente económico de Laporta, explica sus planes para sanear el patrimonio del club en cinco años y construir un nuevo estadio por 1.500 millones
Sin dinero en la caja, agobiado por las deudas a corto plazo y con el patrimonio neto en negativo, Joan Laporta se encontró con un club en bancarrota en su regreso a la presidencia del Barça. “La gestión de Bartomeu fue nefasta”, advirtió Ferrán Reverter, el director general, en la presentación de la auditoria la pasada semana. El vicepresidente económico, Eduard Romeu, va un paso más allá. “Yo diría que hubo hasta mala fe. Jugaron con el Barça”, explica el directivo. “Las culpas tienen que ser compartidas o, como mínimo, lo tiene que ser la responsabilidad. Había una junta directiva, sí. Pero también había una comisión económica y un regulador como LaLiga, que, por cierto, hoy es muy beligerante y no sé si en el pasado miraba para otro lado o simplemente se les escapó”, subraya el vicepresidente en una entrevista con EL PAÍS. El empresario, uno de los principales avalistas de la junta de Laporta —el grupo Audax participó con unos 30 millones sobre un total de 125—, expondrá el próximo domingo en la Asamblea de Socios Compromisarios una deuda de más de 1.350 millones y presentará el Espai Barça, el proyecto del nuevo estadio que tendrá un coste de 1.500 millones.
La deuda ya no aprieta. Cuando Laporta recuperó la presidencia del Barcelona, delegó el área económica en Romeu y Reverter. “El Barça no está en manos de los avalistas. Hemos colaborado con el presidente porque creemos que es la mejor opción para el club. Pero hay diferentes áreas de actuación. En la mía, Laporta no tiene injerencia. Deja trabajar al equipo del director general”, cuenta el vicepresidente. Cuando asumió el cargo en marzo, lo primero que se encontró la actual junta fue con obligaciones a corto plazo por 160 millones. En la caja solo había la mitad. Apareció Goldman Sachs. Primero para ceder 80 millones que le permitieron salir del apuro, y luego se estiraron a 595 para reestructurar la deuda.
De los 1.350 millones de deuda, 673 corresponden a deuda bancaria. El resto de las obligaciones son con jugadores (389, salarios diferidos y compromisos diversos), Espai Barça (56), adelantos de televisión (79), litigios (96), abonados que no se podrán cobrar (40) y otros conceptos (17). “La gente se puede preguntar cómo es que estando tan apurados parecemos tranquilos. Lo estamos porque la marca Barça tiene un valor. Hay facilidad para recurrir al crédito barato”, sostiene Romeu. Según un informe de Forbes del pasado mes de abril, el Barça es el club más valioso del mundo (4.125 millones), seguido por el Madrid (4.117), el Bayern (3.653) y el United (3.640).
”Después de analizar el balance del Barça, que era un balance quebrado, conseguir financiación fue una maniobra de ciencia ficción. Pero se puso en valor la marca Barça, la potencia de nuestros millones de fans y las casuísticas de nuestro club. Conseguimos financiación porque tenemos un plan”, apunta.
Estrategia de rescate. Jaume Roures, fundador de Mediapro, y también avalista personal de la junta de Laporta hasta noviembre, sugirió que una de las alternativas para salvar al club de la ruina podía ser a través de una derrama: “En cualquier empresa, si se pierde dinero lo ponen los propietarios y los socios son los propietarios del club”, afirmó en RAC1. La idea, sin embargo, no la aprueban en los despachos del Camp Nou. “Sería una solución inmediata, pero no está en porfolio. Como tampoco está la de convertirnos en una sociedad anónima directa o indirecta. Estamos capacitados para buscar una solución imaginativa”, expone Romeu. La primera acción que contempla la directiva es disminuir el gasto. Hasta ahí, nada original, después de las salidas de Messi y Griezmann y la rebaja salarial pactada con Piqué, Busquets y Alba.
”Hemos rebajado en 155 millones, pero hay que seguir recortando”, dice Romeu. El Barcelona presentará un presupuesto para la temporada 2021-2022 de 378 millones en nóminas deportivas entre supresión de fichas altas y aplazamientos de parte de las retribuciones, la cifra más baja desde la temporada 2016-2017. La principal idea de la junta, en cualquier caso, pasa por aumentar los ingresos, hoy previstos en 765 millones. Y, un resultado neto de cinco millones. El horizonte, a medio plazo, lo vislumbran alentador. “En 2026, el presupuesto tiene que ser 1.500 millones. Y la masa salarial debe estar, como máximo, entre el 55% y el 60% de los ingresos”, añade. El club trabaja en el patrocinio de la camiseta. Quieren más de los 55 millones de euros por temporada que pagaba Rakuten. “Tenemos dos o tres opciones”, asegura. Además, la obsesión del área económica se basa en monetizar los seguidores. “Hay que poner en valor a los 400 millones de fans en redes sociales. El Barça y el Madrid tienen el dominio, doblan al tercero”, explica Romeu. En Instagram, por ejemplo, el club azulgrana cuenta con 101 millones por los 104 del Madrid.
La nueva casa. El Barcelona trabaja en el plan para remodelar el Camp Nou y el Palau Blaugrana. El coste total de la obra será de 1.500 millones. “Es el proyecto para los próximos 100 años”, dice Romeu. Para financiar la totalidad del Espai Barça Goldman Sachs volverá a anotar su nombre en el pasivo azulgrana. “Es una operación que se tiene que pagar sola con la explotación del negocio. Además, como ya pasa en otros clubes, nos tiene que permitir ser más competitivos y generar un ingreso recurrente adicional. El naming rights también es una posibilidad que creo que tenemos que barajar. No concibo que sea por menos de 300 millones”, sostiene el vicepresidente.
El club, en cualquier caso, entiende que la prioridad es revertir la situación patrimonial, en rojo en el último balance (451 millones). La junta presentará el proyecto en la Asamblea, como también se pedirá dejar en suspenso y sin efecto de manera provisional el artículo de los estatutos que establece la obligación de dimitir de la junta directiva en caso de acumular dos ejercicios con pérdidas. “El Espai Barça es lo más importante. Tardaremos unos cinco años, pero beneficios tenemos que generar ya”, sostiene Romeu.
Messi, no; CVC, sí. En medio de la crisis económica del Barça, sorprendió la salida de Messi, uno de sus principales activos. “Por supuesto que echo de menos a Messi. Él dice que puso todo de su parte. Yo le creo, al igual que él nos debería creer a nosotros cuando decimos que hicimos lo que pudimos y más”, dice Romeu. La salida del 10 quedó condiciona por la negativa del Barça de aceptar el pacto con CVC (inyectaba dinero a cambio de un porcentaje anual del resultado de la explotación de los derechos televisivos durante 50 años).
El Barça, hoy, no descarta aceptar el dinero “si se realiza de manera diferente”, según el vicepresidente. Y también piensa en un encaje diferente de la Superliga. Siempre con el Madrid, claro. “Los modelos son diferentes, pero nuestro potencial nos lleva a tener cosas en común. Nos retroalimentamos La Superliga no se puede imponer. Es algo con lo que todo el mundo tiene que salir beneficiado. Hay que ir de la mano de los organismos. No hay que romper”, concluye Eduard Romeu.
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