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Gerrard catapulta al renacido Rangers

El exjugador del Liverpool relanza al equipo escocés, que va camino de ganar su primera liga desde la refundación del club en 2012, en su estreno en los banquillos

Gerrard felicita a Barisic durante un partido.
Gerrard felicita a Barisic durante un partido.Ian MacNicol (Getty)

En febrero de 2012 comenzó el suplicio del club escocés más laureado de la historia, el Glasgow Rangers FC, 115 títulos por los 110 del Celtic. Sus 60 millones de euros de deuda le condujeron a un concurso de acreedores y la consiguiente bancarrota. Fueron meses de incertidumbre para el club protestante que, finalmente, fue vendido al millonario británico Charles Green por siete millones de euros. Se refundó con el nombre de The Rangers Football Club Ltd y comenzó su nueva singladura en Cuarta División. El resto de los clubes escoceses así lo determinaron por votación.

Justo nueve años después, los Gers lideran invictos la Liga escocesa, con 23 puntos de distancia con el Celtic (dos partidos menos) y clasificados para los dieciseisavos de final de la Europa League; esta última, competición en la que tampoco han perdido ningún partido (siete victorias y dos empates). Su única derrota en lo que va de temporada llegó en la Copa ante el St. Mirren (3-2).

El Rangers es el mejor líder de los once primeros Campeonatos de acuerdo con el ranking de la UEFA. Sus estadísticas son inapelables. De los 27 partidos de Liga, ha ganado 24 y empatado tres. Suma 67 goles, por siete en contra, y ha dejado la puerta a cero en 21 ocasiones. Redondea su pletórica marcha con las dos victorias conseguidas ante su eterno rival. Celebró especialmente el triunfo en Celtic Park, el 17 de octubre (0-2). Llevaba nueve años sin ganar allí. En Ibrox, el segundo día del presente año, se impuso por 1-0.

Cuatro cursos invirtió el Rangers en volver a la Scottish Premier. De Cuarta a Segunda lo hizo como campeón en dos años (12-13 y 13-14), pero en la Scottish Championship pasó un purgatorio de dos ejercicios con ascenso en el segundo (15-16). Hasta la presente temporada no había sido capaz de imponer su ley ante su histórico rival capitalino, teniéndose que conformar con dos terceros y dos segundos puestos.

Los medios de comunicación y los aficionados, propios y rivales, señalan al técnico, Steve Gerrard, como el principal artífice de la extraordinaria campaña del equipo. El excapitán del Liverpool (40 años) aterrizó en Ibrox Park en el verano de 2018 con una mínima experiencia como entrenador en los juveniles de Anfield. Sin embargo, poco a poco ha ido edificando un conjunto sólido, a su imagen y semejanza.

Ver jugar al Rangers es como ver jugar a Gerrard. Sintiéndose superior, plantea los duelos a galope tendido (4-3-3). Ese afán por atacar se refleja en los resultados. En los 37 encuentros en todas las competiciones suma 97 goles. En nueve ocasiones ha marcado cuatro o más tantos, con un 8-0 al Hamilton como mejor botón de muestra. El balón parado es una de sus armas preferidas.

Gerrard ha modelado este equipo campeón a lo largo de los tres años que lleva en Ibrox. En la plantilla actual solo hay dos jugadores de antes de su llegada, el capitán, James Tavernier, y Rayan Jack. El primero, inglés de 29 años, se ha convertido en el futbolista más trascendente. Desde su posición de lateral derecho es el máximo realizador, 11 tantos, y el mejor asistente, 10 pases de gol. También puede jugar de interior y de central. La gran incorporación de la presente temporada ha sido Ianis Hagi, 22 años, comprado al Genk belga por 3,5 millones de euros; nacido en Estambul, hijo del mítico zurdo George Hagi e internacional rumano; mediocentro ofensivo, ha marcado cuatro tantos y ha facilitado nueve pases de gol hasta hoy.

El Rangers, fundado en marzo de 1872, —mantiene su antigüedad y su palmarés a pesar de la refundación—, descuenta jornadas para ser campeón. Será su primer título desde el doblete de la temporada 2010-11, cuando todavía era el Glasgow Rangers y pondrá fin a la racha del Celtic de nueve campeonatos consecutivos. Sir Steven Gerrard tiene mucha culpa de ello.

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