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EE UU quiere meter en la cárcel a los medallistas dopados de cualquier país

La Ley Rodchenkov nace como consecuencia del dopaje de Estado en Rusia y para proteger los intereses de las empresas y los deportistas estadounidenses

Carlos Arribas
Rodchenkov, declarando junto con su abogado, en la Comisión Helsinki.
Rodchenkov, declarando junto con su abogado, en la Comisión Helsinki.OSCE

Cualquier deportista de cualquier lugar del mundo que suba al podio en cualquier competición internacional en la que compitan estadounidenses y dé positivo en un control antidopaje podrá ser condenado a cinco años de prisión en Estados Unidos.

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La justicia penal estadounidense podrá organizar comisiones rogatorias y peticiones de extradición para hacer cumplir la ley, pese a que en muy pocos países el dopaje se considera delito y en menos aún se persigue penalmente a un deportista solo por doparse.

Eso decreta la así llamada Ley Rodchenkov contra el dopaje, que ha sido presentada en el Senado después de haber pasado por el Congreso en julio. Cuando el presidente Donald Trump estampe su firma sobre ella Estados Unidos tendrá en su poder el arma que le permita actuar como el gendarme universal en la lucha contra el dopaje, un papel que, aseguran los senadores y congresistas republicanos y demócratas que promovieron la ley, no tienen más remedio que interpretar dada la defección de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

Esta amenaza no la sentirán ni los deportistas norteamericanos que disputen competiciones internacionales ni tampoco las ligas y demás competiciones nacionales amateurs y profesionales de Estados Unidos.

La ley se llama Rodchenkov en honor de Grigory Rodchenkov, el director del laboratorio antidopaje de los Juegos de Sochi y organizador del intercambio de frascos de orina para evitar positivos de los deportistas rusos.

Meses después, Rodchenkov huyó a Estados Unidos, donde reveló todos los secretos de las trampas de los deportistas de Vladimir Putin. En su honor, también, y para proteger a todos los que rompan la ley del silencio del deporte, la ley de Trump también prevé que puedan acogerse a programas de protección de testigos similares a las vigentes en el crimen organizado.

Las informaciones de Rodchenkov dieron lugar a las sanciones del Comité Olímpico Internacional (COI) y de la AMA contra los deportistas rusos. En septiembre pasado, sin embargo, COI y AMA levantaron las sanciones, y el COI accedió a ello, lo que indignó a Estados Unidos.

“Para seguir siendo una ‘ciudad en una colina’ [parábola del Evangelio que significa ser la luz del mundo, un lugar que no puede esconderse de la vista de todos], Estados Unidos debe lograr que todos los corruptos y todos los malhechores nos rindan cuentas siempre que podamos”, explicó el senador demócrata por Rhode Island, Sheldon Whitehouse, al introducir la ley en el Senado. “Esto significa impepinablemente enfrentarnos a Rusia y a su uso de la corrupción como arma de política internacional”. El otro senador que la introdujo, el republicano por Utah, Orrin Hatch, añadió: “Durante mucho tiempo se ha roto impunemente las leyes contra el dopaje. Esta ley era necesaria desde hace mucho para proteger a los deportistas que han sido estafados y privados de premios por redes de dopaje muchas veces estatales”.

Ambos políticos participaron en la audiencia sobre los peligros del dopaje de la Comisión de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE), conocida como Comisión Helsinki, en la que declaró, encapuchado para preservar el anonimato de su nueva apariencia física, el propio Rodchenkov.

“La ley me parece excelente en varios puntos”, señala Alberto Yelmo, abogado español que colaboró con la USADA, la agencia antidopaje norteamericana. “No tiene como mero objetivo encarcelar a deportistas dopados de todo el mundo, sino perseguir de forma efectiva tramas de corrupción y fraude basadas en el dopaje a las que organizaciones privadas como la AMA y las federaciones internacionales no han sido capaces de responder con efectividad. Es una respuesta clara a la manipulación del sistema deportivo olímpico por parte de Rusia y por lo tanto las conductas que se persiguen son las que atentan y defraudan a los deportistas limpios en competiciones olímpicas, internacionales y continentales”.

Rusia niega los datos de su laboratorio

Cuando levantó las sanciones a Rusia en septiembre, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) fijó como condición que los rusos les permitieran examinar el sistema informático de su laboratorio en Moscú, donde centenares de muestras positivas fueron presuntamente escamoteadas. Y a Moscú marchó el 17 de diciembre una comisión de verificación de la AMA presidida por el español Toni Pascual, que de Moscú regresó con las manos vacías. La comisión entró en el laboratorio pero cuando iba a chupar todos los datos de su sistema de gestión un funcionario les negó el acceso alegando que su equipo informático tenía que estar certificado por la ley rusa.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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