_
_
_
_
_

La chilena y otras 10 jugadas con patente

Una colección de acrobacias que algunos futbolistas geniales han incorporado al diccionario

Natalia Junquera
Cristiano marca el segundo gol del Real Madrid al Juventus de chilena.
Cristiano marca el segundo gol del Real Madrid al Juventus de chilena. ALBERTO PIZZOLI (AFP)

Intentando marcar un gol o tratando de evitarlo, algunos futbolistas geniales inventaron jugadas nuevas, como la chilena. Esta es una colección de las acrobacias que el fútbol ha incorporado al diccionario.

La chilena. Chilenos y peruanos (allí la llaman "chalaca") se disputan la paternidad de esta jugada acrobática que coniste en hacer una tijera en el aire. La última famosa es la que Cristiano Ronaldo hizo ante la portería de Buffon en el partido de ida de cuartos de la Champions. Pero también son célebres las de Hugo Sánchez al Logroñés, de la que acaban de cumplirse 30 años, o la de Rivaldo al Valencia con el Barça.

La rabona. Jugaba en el Estudiantes de la Plata y se llamaba Ricardo Infante. En 1948, en un partido contra el Rosario Central, pasó la pierna derecha por detrás de la izquierda para darle al balón. Un periodista argentino tituló al día siguiente "El Infante que se hizo la rabona" y con rabona (que allí significa hacer pellas) se quedó. Al jugador que la puso de moda le llamaban El Beto. Luego la usaron con maestría futbolistas como el argentino Di María.

El escorpión. En 2008, la FIFA hizo una encuesta entre 5.000 aficionados para saber cuál creían que era la jugada más original de la historia del fútbol. Ganó el escorpión, es decir, la extraña maniobra por la que el 6 de septiembre de 1995, nada menos que en el estadio de Wembley, el portero colombiano René Higuita despejó un balón impulsando los pies hacia atrás y golpeándolo con los tacones en el aire, por encima de la espalda. A Higuita le conocían como "El Loco". Hugo Sánchez, no obstante, mantiene que fue él quien inventó el escorpìón en un entrenamiento. Otros citan a Arsenio Erico, el saltarín rojo, que debutó en 1930 en la primera división paraguaya.

La zamorana. Ricardo Zamora (1901-1978), el portero que da nombre al premio al guardamenta menos goleado cada año, también inventó una jugada: la zamorana. Era, de nuevo, bastante arriesgada y consistía en despejar el balón con el codo o el antebrazo. Zamora fichó por el Real Madrid en 1930 y fue, en su época, el fichaje más caro del fútbol español: 150.000 pesetas (900 euros de hoy). Además del fútbol, practicaba el boxeo, natación y atletismo. Le llamaban El Divino.

El portero Ricardo Zamora se lanza a detener un disparo de Samitier.
El portero Ricardo Zamora se lanza a detener un disparo de Samitier. EFE

Cola de vaca. Consiste en arrastrar el balón ante el defensa y cambiar de dirección sin despegarlo del suelo con un giro de cadera. Romario la utilizó para hacer polvo a Alkorta en un clásico en 1994 en el que marcó tres goles al Real Madrid.  Valdano decía de Romario que era "un jugador de dibujos animados".  También son célebres las colas de vaca de Onésimo y Masoud.

Penaltis a lo Panenka. Antonin Panenka tenía enfrente a Sepp Maier, del Bayern, uno de los mejores porteros del mundo. Era 1976 y se jugaban nada más y nada menos que la final de la Eurocopa, pero en la tanda de penaltis el checo probó lo más difícil: en lugar de tirarlo a cualquiera de los dos lados lo lanzó por el centro, suave, picando el balón. La jugada no es apta para todos los públicos: muchos han lamentado haber intentado imitarle después de fallar la pena máxima.

La ruleta. Consiste en regatear al contrario pasándose el balón de un pie al otro y girar el cuerpo llevándose la pelota. Pan comido para Zinedine Zidane, que la repitió en numerosas ocasiones. Una vez  grabó incluso un tutorial en el que advertía: "Tampoco lo puede hacer cualquiera". Y como ocurre con la mayoría de estas jugadas, si fallas, ridículo total.

La elástica de Ronaldinho. Tipo de regate rapidísimo, marca de la casa Ronaldinho, que no da opciones al rival. El balón se aleja, pero sin despegarse del pie, al que parece pegado como un yo-yo.

El no-gol. Se puede patentar un no gol, pero tienes que llamarte Pelé. En el mundial del 70 en México hizo varias jugadas inverosímiles que pasaron a la historia incluso sin haber entrado en la red. Una fue contra Checoslovaquia, cuando el brasileño disparó desde su propio campo. Otra, ante Uruguay: Pelé regatea al portero sin balón, lo deja tendido y dispara. Parecía que había sido gol, pero se escapó por poco. Que no entrara fue lo de menos.

La cuchara. Consiste en meter el pie por debajo del balón y elevarlo suavemente por encima del portero. Sello del siete del Madrid, Raúl, que se cansó de hacerla en múltiples partidos.

A folha seca. Iniciativa del jugador brasileño Didí, consiste en chutar con efecto, de forma que el balón frena en el aire y cae como una hoja seca. Uno de los goles más famosos por esta técnica fue el que el brasileño Roberto Carlos le marcó a Francia en París en la Copa de las Confederaciones de 1997. 

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_