Mascherano se quita la camiseta del Barcelona
Tras ocho temporadas de azulgrana, el central argentino ha recibido el permiso del club para fichar por el Hebei Fortune chino en invierno
Javier Mascherano dejará el Barcelona en esta ventana de invierno. No hay vuelta atrás y así se lo comunicó hace unos días a la dirección deportiva azulgrana, que intentó sin éxito que recapacitara y acabara al menos este curso para no tener que hacer un esfuerzo económico extra para traer a su relevo. No hubo roces ni malos modos, sino que el club aceptó los argumentos del futbolista, que tiene el Mundial a la vuelta de la esquina y quiere acumular minutos —lo que en el Barça le resultará complicado por el buen desempeño de Piqué y Umtiti, también últimamente de Vermaelen— para coger el tono antes del torneo. Su nuevo destino será el Hebei Fortune chino, equipo que dirige Manuel Pellegrini, técnico que le hizo debutar en el fútbol profesional con la elástica de River Plate en 2003.
Dos razones de peso
“Los jugadores que se van del Barça lo hacen por dos motivos”, explican desde las oficinas de la ciudad deportiva; “uno es por dinero y el otro porque no juegan. Y en el caso de Mascherano es por los dos”. Así, El Jefecito cobrará en la Liga china alrededor de siete millones anuales, algo más de lo que percibe en el Barça.
El club azulgrana, en cualquier caso, recibirá un pago por el jugador, que se presupone que rondará los seis millones de euros. “Es un futbolista que se ha desvivido por el Barcelona desde el día que llegó, siendo muy importante para todos los técnicos y sobre todo para el grupo, además de que ha mostrado respeto por la entidad con las botas puestas y en cada ocasión que se ha puesto delante de un micro”, intervienen desde el Camp Nou; “así que le ayudaremos como él nos ha ayudado durante ocho años a nosotros”. O, lo que es lo mismo, desde el Barça entienden que se ha ganado decidir su futuro y que tiene 33 años, por lo que poco dinero más sacarían en verano.
Ante la impaciencia del Hebei Fortune, que solicita garantías de que se materializará el traspaso, el Barça ha dado su palabra al jugador y ha trasladado un mensaje de tranquilidad al club chino, aunque quede algún fleco contractual por resolver y se defina la fecha de la partida, porque el mercado asiático se abre en febrero. El central prefiere irse antes porque ya no tiene la cabeza en el Barça, por más que nadie dude de su profesionalidad hasta el día que se quite la casaca azulgrana, que será pronto. “No habrá problemas”, insisten desde el club. Aunque amplían: “Su adiós significa que nos deja un magnífico profesional, de los que hacen equipo por su carisma y entrega”. Y otra fuente agrega: “Ha sido un capitán del vestuario desde el día que llegó”.
No es la primera vez que Mascherano trata de dejar el Barcelona. Negoció en 2014 con Benítez para ir al Nápoles, que le ofrecía jugar de mediocentro —que era su demarcación preferida— aunque reculó a última hora, convencido por un Luis Enrique que volvió a retenerlo hace dos veranos, cuando se comprometió verbalmente con la Juve. Ahora, Valverde no ha puesto reparos, aunque quiere a un central como refuerzo, todavía por decidir. Lo único claro, pues, es que Mascherano se va. “Quiero que en mí currículo salga que he jugado en el Barça”, dijo el argentino cuando le ofrecieron militar en el Barcelona, a pesar de cobrar menos que en el Liverpool, allá en 2010. Ya lo tiene. Pero dentro de poco será pasado.
El club valora incorporar a Yerry Mina antes de lo previsto
El Barcelona tiene atado por unos nueve millones de euros a Yerry Mina, central del Palmeiras, y llegará al club el próximo verano. Ese era el mensaje que se siseaba por los pasillos del Camp Nou hasta que Mascherano expresó su disgusto por no jugar y su ambición por fichar por el club chino. Ahora, ya no se sabe cuándo llegará Mina.
En el club valoran la posibilidad de anticipar la incorporación del central colombiano para tapar el agujero que dejará El Jefecito. Los hay que piensan que, ya que está fichado, cuesta poco —"un pequeño sobrecoste", admiten desde el Barça— adelantar el traspaso y así solucionar el entuerto. Pero también los hay que prefieren retrasar su llegada porque un fichaje de invierno requiere rendimiento inmediato y con Mina lo más probable es que necesite un tiempo de adaptación para conocer a sus compañeros, las exigencias tácticas de uno de los puestos más complicados en el planeta fútbol (por las demandas tácticas y técnicas que obliga el estilo de juego culer) y también a la competición. Y en esas anda la dirección deportiva del Barcelona, que discute qué opción es mejor y sobre todo qué alternativas le ofrece el mercado, sabedores de que el esfuerzo económico se debe hacer por Coutinho, el jugador escogido desde el verano pasado como el medio a traer.
Los informes que tiene el Barça de Mina son extensos y favorables, que por algo le contrataron para la próxima temporada. Aunque también hay un pequeño recelo sobre su altura y movilidad, ya que le cuesta arrancar y eso es un pecado capital en el Barça, que siempre juega con la zaga adelantada y con muchos metros a la espalda que, en caso de un fallo, solo las piernas alcanzan a corregir. Pero se elogia su salida de balón, su fortaleza en el choque y su cabeza bien amueblada.
Mientras se debate en la ciudad deportiva si al futbolista le falta un tiempo de cocción o se debe incorporar ya porque por algo se le ha fichado, también se abre la posibilidad de contratar a un central más veterano, curtido en la competición y con características compatibles con el estilo azulgrana. Aunque desde que llegó Robert Fernández al área deportiva —así lo explican sus fichajes— el club parece más decidido a fichar jóvenes con proyección porque si salen mal siempre se pueden vender. Así que Mina será del Barcelona, pero falta saber cuándo.
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