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SIEMPRE ROBANDO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Estatuas

Manuel Jabois
Messi, durante el partido ante el Betis.
Messi, durante el partido ante el Betis.MARCELO DEL POZO (REUTERS)

Una de las figuras centrales del final de temporada es el lesionado, que suele ser el mejor jugador de la plantilla; cuando no es él, es el que en mejor forma esté. Por eso cuando se acercan las finales el público desarrolla una tensión privada, muy íntima, que tiene que ver con la salud de los jugadores. Cada mano a la pierna, cada escorzo o cada entrada tiene la misma dimensión de un ataque contrario.

Es famoso el silencio del Camp Nou cuando Messi se queda tumbado en el campo; esos segundos en los que de repente al aficionado culé se le pasa la vida por delante mientras al madridista se le pasa por detrás. Hace unas semanas el portero del Betis salió a por un balón aéreo dirigido a Messi, llegó con los puños y lanzó la pelota lejos del área; Messi fue arrollado.

Una de las figuras centrales del final de temporada es el lesionado, que suele ser el mejor jugador de la plantilla

Fue tal la conmoción del Camp Nou (cada vez que Messi se va al césped hay un silencio de funeral de dictador, como si pudiese levantarse y tomar nota de quien habla) que nadie reparó en que se había pitado penalti. El argentino tardó en levantarse: cuando lo hizo marcó gol. También a Stalin, cuando se encontraba en su lecho del muerte, sus colaboradores se acercaban a la cama aprovechando que caía inconsciente para llenarlo de insultos; cuando recuperaba la consciencia, Stalin no tiraba un penalti pero firmaba sentencias de muerte, que es parecido.

Contra el City, la crónica de los primeros 45 minutos empezó a girar sobre Benzema y su parsimonia antinatural en el campo, producto de las molestias. Es entonces cuando el aficionado, que ha pasado la semana siendo experto de todos los asuntos de actualidad, deja al entrenador que tiene dentro y saca de urgencia al médico. Un médico sin paciente, o sea un médico de la hostia, que calcula desde la barra cómo tiene el sóleo Benzema, e incluso qué es el sóleo y cuánto tiempo le mantendrá apartado. "Por la forma de caminar", "no salta", "parece que tiene fiebre", "no acaba la primera parte: morirá".

Una vez fuera llega el momento de calibrar la baja y saber a qué partido llega. Se activa el protocolo de emergencia, en el club y en el aficionado, y empiezan a levantarse pronósticos y clichés. Como consecuencia de ello desaparece la preocupación por la tàctica y aspectos meramente futbolísticos para fijarlos en los sanitarios, que continúan incluso durante el partido. Por eso la baja médica no es tan importante como la psicológica, de ahí que a las estrellas en ocasiones se les saque en carretilla aun cuando no puedan andar: sacan la estatua, para que el adversario la tema aunque corra el riesgo de que le caguen los pájaros.

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Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.

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