_
_
_
_
_

Las Palmas perdona al Valladolid

Los castellanos aguantan el empate (1-1) con nueve jugadores en el tramo final de un duelo de poco fútbol y demasiados nervios

Rafael Pineda
Roque Mesa dispara ante la salida de Javi Varas.
Roque Mesa dispara ante la salida de Javi Varas. R.García (EFE)

Emotivo partido en Zorrilla. Lleno de nervios e intensidad. Terminó en empate, pero la igualada tuvo mejor sabor para el Valladolid. Es cierto que Las Palmas marcó fuera de casa, pero también lo es que el conjunto castellano jugó los últimos 14 minutos con dos futbolistas menos por las justas expulsiones de Chica y Timor. El esfuerzo de los futbolistas del Valladolid resultó conmovedor y Las Palmas no encontró la fórmula para lograr el segundo tanto. Los locales aguantaron el empate y lo tendrán difícil el sábado en Canarias, pero siguen vivos.

Las Palmas jugó 20 minutos de gran calidad, los que duró Valerón, pero luego emergió el Valladolid en un campo muy complicado por la lluvia y gracias a un gran Hernán Pérez. La semifinal, por lo tanto, sigue muy igualada. En estas eliminatorias el factor campo no suele ser determinante. Los jugadores, además, van muy al límite, lo que provoca que los partidos estén sujetos a múltiples factores, como el de las expulsiones. Eso sí, el Valladolid está obligado a marcar un gol en el estadio de Gran Canaria.

VALLADOLID, 1-LAS PALMAS, 1

Valladolid: Javi Varas; Chica, Samuel, Rueda, Peña; Leao, Timor, Álvaro Rubio (Omar, m. 79); Hernán Pérez (Chus Herrero, m. 79), Roger y Óscar (Mojica, m. 58). No utilizados: Raúl Fernández; Sastre, De Melo y Jonathan Pereira.

Las Palmas: Raúl; David Simón, David García, Aythami, Ángel; Roque (Momo, m. 67), Javi Castellano; Jonathan Viera (Vicente Gómez, m. 70), Valerón (Hernán, m. 46), Culio; y Araujo. No utilizados: Casto; Marcelo, Dani Castellano y Ortuño.

Goles: 0-1. M. 8. Araujo. 1-1. M. 23. Hernán Pérez.

Árbitro: Arias López. Expulsó a Chica por doble amonestación (m. 75) y a Timor (m. 80). Amonestó a Leao, Óscar, Culio, David García, David Simón y Peña.

Nuevo Zorrilla. 19.100 espectadores.

El fútbol es un misterio. Por momentos, insondable. Diluvió sobre Valladolid en pleno junio. Emergió Valerón sobre las aguas para guiar a su equipo, en teoría más perjudicado por un campo encharcado. Las Palmas jugó 20 minutos de fútbol primoroso, volando sobre los charcos, golpeando a un Valladolid que salió al césped demasiado relajado, sin tener en cuenta lo mucho que había en juego. Los jugadores canarios llegaban antes a cada acción y, lo que resultaba más desconcertante, jugaban el balón con mucha habilidad y rapidez sobre un campo muy complicado para sus tradicionales habilidades técnicas. Avisó Roque a los siete minutos tras un fantástico pase de Valerón, pero fue Araujo el que controló a la perfección un medido pase de David Simón, se internó en el área castellana y cruzó el balón con la pierna izquierda para conseguir un gol vital cuando se juega fuera de casa.

Dominó Las Palmas hasta que Valerón se quedó sin aire. La grada de Pucela comenzó a pitar y Hernán Pérez dijo basta. El paraguayo se echó al Valladolid a sus espaldas. Valerón ya boqueaba asfixiado y Hernán se revolvió al borde del área para batir de un gran disparo a Raúl. Asumió más riesgo el equipo de Rubí, dando un paso adelante que acogotó a los canarios, fiel reflejo de lo que fue su Liga, pujantes en el inicio, sin aire en el tremo decisivo.

El Valladolid, con un Hernán Pérez espectacular, dominó con insistencia en la segunda mitad. Le faltó a los castellanos un punto de pausa y mayor sangre fría en el área canaria. Entonces Chica se pasó de frenada, quizás por lo resbaladizo del terreno de juego, y arrolló a Culio. El lateral fue expulsado y, al fin, Las Palmas respiró. Todavía más cuando también vio la roja Timor. Faltaban 10 minutos más un alargue de cuatro.

No supieron los canarios rentabilizar su evidente superioridad numérica. Paco Herrera se desesperaba en la banda ante la falta de oficio de sus futbolistas. En esos momentos miró a su derecha y vio a Valerón. Ya lo había utilizado y duró media hora, la mejor de su equipo. Su talento se echó en falta en esos minutos en donde el Valladolid tiró de fe para mantener el empate y a Las Palmas solo le alumbró un tirazo de Araujo en el minuto 92 que pudo ser el segundo de los canarios. Poco bagaje para su superioridad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_