España gana, Kaspárov protesta y los afganos resisten

España ganó a Argentina por la mínima (2,5-1,5) en el encuentro más duro de la 2ª jornada en la competición absoluta (llamada así porque algunas mujeres participan en ella) y por 3-1 a Moldavia en la femenina. Magnus Carlsen sólo pudo empatar en su debut, ante el finlandés Tomi Nyback, quien ya había ganado al actual campeón del mundo en la Olimpiada de Dresde (Alemania) en 2008.

El madrileño David Antón, de 19 años, subcampeón de Europa absoluto y del mundo sub 18, logró la victoria decisiva tras cinco horas de lucha frente a Rubén Felgaer. Una de las virtudes del Antón, que juega su primera Olimpiada, es que casi nunca se pone nervioso, aunque esta ocasión era propicia: “Sentí un pequeño cosquilleo al quedarme solo en la mesa con Flores y ver que la victoria del equipo dependía de mí; sobre todo porque no estaba seguro de que mi ventaja fuera ganadora. La posición exigía ser preciso, y lo he logrado”.

Tal como iba el encuentro había motivos para esperar una victoria más clara, pero Iván Salgado, actual campeón de España, no acertó a rematar una posición aplastante contra Diego Flores tras los empates en los duelos Vallejo-Peralta e Illescas-Pérez Ponsa. Los dos puntos logrados en este encuentro por España pueden ser importantes porque Argentina es un rival más fuerte de lo habitual en la segunda ronda, lo que influirá en el coeficiente de desempate.

Los españoles se enfrentan este lunes en la tercera ronda a Bulgaria, un rival de fuerza similar. Por el contrario, la selección femenina se medirá con la poderosa Ucrania, tercera en el escalafón inicial. Hoy ganaron Sabrina Vega, Olga Alexándrova y Amalia Aranaz, y debió hacerlo también Ana Matnadze, pero cometió errores en posiciones muy ventajosas.

Además de la lucha puramente deportiva, hay otra, muy encarnizada, por la presidencia de la Federación Internacional (FIDE). El candidato Gari Kaspárov, que se enfrenta a quien ha sido presidente durante los últimos 19 años, el también ruso Kirsán Iliumyínov, explicó a EL PAÍS sus sospechas de que el Comité Electoral no actúa con justicia: “He presentado más de 20 apelaciones relativas a los proxies [votos delegados] porque tengo indicios muy sólidos de ilegalidad o falsedad, y han rechazado todas. He pedido que me muestren los documentos, y también cómo llegaron al Comité Electoral, y se niegan”. ¿Acusa entonces de fraude a la FIDE? “De momento no; pero sí pido que me demuestren que esos proxies son legales”.

Hay una tercera lucha digna de mención: la de muchos países pobres o en guerra para poder acudir a orillas del Océano Ártico y disputar la Olimpiada. Un caso muy dramático es el de Afganistán. Lo explica su capitán y primer tablero, Asefi Zaheeruddeen: “En el sur del país, controlado por los talibán, el ajedrez está prohibido. Si te abren la maleta en un control y ven un tablero, corres el riesgo de que te fusilen. Y no digamos si quien juega es una mujer. En Kabul no estamos tan mal, pero la falta de recursos, la corrupción generalizada y los atentados nos causan muchos problemas. Para nosotros, cada Olimpiada es una odisea. Pero, una vez más, hemos logrado venir”.