_
_
_
_
Blogs / Cultura
El toro, por los cuernos
Por Antonio Lorca
_

El toreo sublime de Daniel Luque y su consideración definitiva como figura

El diestro sevillano rememora su reciente tarde triunfal en Sevilla en la que cortó las dos orejas a un toro de El Parralejo

Daniel Luque lancea a la verónica la tarde del pasado 20 de abril en La Maestranza.
Daniel Luque lancea a la verónica la tarde del pasado 20 de abril en La Maestranza.Arjona Pagés
Antonio Lorca

El diestro Daniel Luque (Gerena, Sevilla, 1989) protagonizó el primero y gran aldabonazo de esta Feria de Abril. El pasado día 20, ante un toro de excelente clase de El Parralejo, volvió a demostrar que es el torero más en forma del escalafón actual y en constante progresión. No pudo salir por la Puerta del Príncipe, como en la feria de 2022, a causa de la manifiesta invalidez de su primer toro, pero conmovió a la plaza con una faena plagada de pinceladas sublimes, rebosantes de emoción.

¿Tiene Daniel Luque la consideración de figura del toreo? No está nada claro que se pueda contestar afirmativamente esa pregunta.

Habría que preguntarse, en primer lugar, quién concede ese título, y es evidente que son las empresas -los malditos despachos taurinos- las que deciden quiénes integran los buenos carteles y lidian las ganaderías más apetecibles. El público pinta poco, y menos la minoritaria afición.

Influye también, qué duda cabe, el peso taurino de los representante de los toreros; no es lo mismo estar cobijado por una de las llamadas ‘casas grandes’, que gestionan plazas, ganaderías y toreros, que por un apoderado independiente que lucha en solitario por los intereses de su representado. Y, después, está la suerte, que importa, claro que sí. Y los especiales casos de un torero que, por sus características singulares, se convierte en un predilecto de los públicos, como es el caso actual de Roca Rey.

“Me considero un luchador nato, y el día menos pensado me darán el reconocimiento que merezco”

Daniel Luque descansaba el pasado domingo en un hotel de Zaragoza, unas horas antes de hacer el paseíllo en la Feria de San Jorge, cuando respondía telefónicamente a esta cuestión.

Pregunta. ¿Goza usted de la consideración de figura del toreo?

Respuesta. “Yo le tengo mucho respeto a lo que se considera ‘condición de figura’. Interiormente, más que disfrutar de ese trato, me recreo con la valoración del aficionado, y de la visión unánime de lo que se escribe sobre mi actuación en una tarde como la de Sevilla. Después, lo que tenga que decir el destino sobre si uno es más o menos hay que demostrarlo cada día”.

P. ¿Pero las empresas lo valoran como figura a la hora de diseñar las ferias?

R. “Esa es una buena pregunta. Yo me considero un trabajador, un luchador constante, y, claro que me gusta entrar en los carteles estrellas y lidiar las ganaderías que embisten. Pero hay que estar tranquilo con uno mismo, y saber que el día menos pensado me darán el trato que merezco; solo el que merezco, no quiero más. Soy muy exigente conmigo mismo y seguiré intentando que cuenten conmigo en las plazas y días clave”.

Luque recuerda con emoción los momentos vividos en La Maestranza el día del triunfo ante el toro de El Parralejo, y confiesa que aún no ha visto la faena completa.

“Tardaré en verla porque es una de esas faenas de las que te queda un regusto muy especial”, cuenta el torero. “No quiero empezar a descubrir defectos, que los habrá, sino disfrutar de lo vivido; son muchos años esperando que salga un animal así, que te permita expresarte, y que, además, salga en una plaza como Sevilla. No puedo pedir más”.

Daniel Luque, con las dos orejas del toro Príncipe.
Daniel Luque, con las dos orejas del toro Príncipe.Arjona Pagés

El toreo evoca las cualidades del toro y afirma que “fue especial desde su propio nombre, ‘Príncipe’; lo había visto en fotos en el campo, me gustó y deseé que me tocara a mí”.

“Su condición más importante fue la bravura”, prosigue Daniel Luque. “Aprobó con nota todas las dificultades que supone la lidia, no se afligió en el caballo, se le toreó con el capote y fue a más en la muleta”.

P. ¿Esa fue la faena soñada por Daniel Luque?

R. “No. La faena soñada no existe, al menos para mí. En todo caso, es el resultado de un cúmulo de sensaciones del toro, el torero y del público. Hay días que todo se une y se acopla a la presión que supone una plaza como La Maestranza, y te puedes expresar de un modo determinado. Seguro que la del pasado jueves estará salpicada de muchos defectos, pero para mis adentros ha sido una de las faenas más importantes de mi carrera”.

Y confiesa Luque que sensaciones como la de esa tarde pueden superar al premio de salir por la Puerta del Príncipe.

“Son faenas que te llegan muy hondo y permiten olvidarte de todo. Son faenas rotundas que pueden superar al premio de salir a hombros”.

El torero está convencido de que ese triunfo en Sevilla tendrá una importante repercusión en su carrera.

“He corregido muchos defectos y en ello sigo; no soy perfecto, pero unos tienen la fama y otros cardan la lana”

“Personalmente, me aporta mucho, sin duda, e imagino que también en el terreno profesional. Lo noto en los aficionados y en los nuevos contratos, que se unen a la planificación de una temporada que se presenta muy bonita”.

Aquella tarde sevillana se comentó en el tendido el gesto de afecto que tuvo Daniel Luque con su subalterno Jesús Arruga cuando este falló con la puntilla y levantó al toro.

“Así soy yo”, afirma. “Qué va a querer Jesús, que es un gran profesional y mejor persona; las circunstancias son las que son, y no lo hice para que se valorara, sino porque me salió del corazón y ya está”.

P. Es que también se comentó que usted tiene mal carácter…

R. “Esa fama siempre la he tenido, y reconozco que ya me cansa. No soy así. La gente que está a mi lado lo sabe. A veces, por mi casta, puedo hacer un gesto sin importancia, pero no me considero una mala persona. Creo que mis amigos se sienten orgullosos de mí. He corregido muchos defectos y en ello sigo; no soy perfecto, pero no es menos cierto que unos tienen la fama y otros cardan la lana, que dice el refrán”.

Y queda una corrida en Sevilla, la de este domingo, día 30, con los toros La Quinta, junto a El Juli y Pablo Aguado.

“Imagino a un toro de esa ganadería -que está en un momento extraordinario- embistiéndome en Sevilla: espero que sea una tarde bonita para los tres y podamos emocionarnos todos”, concluye Daniel Luque.

Ojalá así sea y a cada cual se le reconozcan justamente sus méritos, como es el caso de este torero, uno de los grandes del escalafón actual.


Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_