Laura García Lorca, sobre la gestión de la memoria del poeta: “Estamos en una situación de precariedad grande”

Los numerosos espacios lorquianos de la provincia programan por su cuenta y la huella del poeta se difumina entre la falta de financiación y actividades poco relevantes

Laura García Lorca, fotografiada el pasado miércoles en la feria Arco de Madrid.Samuel Sánchez

“Aunque muerto físicamente, es un poeta de muerte imposible”. Ese fue uno de los argumentos que utilizaron Pilar del Río, presidenta de la Fundación Saramago, y el abogado Baltasar Garzón para pedir el premio Nobel a título póstumo para Federico García Lorca en 2018. No pudo ser por los estatutos del galardón, que solo premia a autores vivos. La pregunta es si quizá esa “muerte imposible” sea aplicable a todo el orbe excepto a Granada, la ciu...

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“Aunque muerto físicamente, es un poeta de muerte imposible”. Ese fue uno de los argumentos que utilizaron Pilar del Río, presidenta de la Fundación Saramago, y el abogado Baltasar Garzón para pedir el premio Nobel a título póstumo para Federico García Lorca en 2018. No pudo ser por los estatutos del galardón, que solo premia a autores vivos. La pregunta es si quizá esa “muerte imposible” sea aplicable a todo el orbe excepto a Granada, la ciudad y provincia que recuerda que Lorca nació en ella con tanta frecuencia como lo olvida. Lo ocurrido la última semana en el Patronato García Lorca a cuenta del nombramiento como director de Antonio Membrilla, que años atrás calificó la memoria histórica de “memez histérica”, confirma que mientras Lorca brilla en el mundo, la luz que emite el artista en su Granada es de poca intensidad.

Los lugares lorquianos en la provincia son diversos, sin apenas unidad de acción y con una gestión y propiedad dispersas entre Ayuntamientos, Diputación y consorcios. En este último caso se encuentra el que fue designado para ser el espacio lorquiano por excelencia, el Centro Federico García Lorca. En su consorcio están todos los niveles de la Administración (Gobierno central, Junta de Andalucía, Diputación Provincial y Ayuntamiento de Granada). Situado en el centro de la ciudad, alberga el legado que cedió la familia del poeta, tasado en 23 millones de euros a efectos de seguro. El centro es responsable de la custodia del legado, de su difusión a través de la investigación y de actividades culturales diversas. Para ello cuenta con un presupuesto de 832.427 euros, que no ha crecido en los últimos años y de los que, según explica Laura García Lorca de los Ríos, sobrina del poeta, solo 100.000 están disponibles para actos culturales, casi la mitad de lo que tuvo en 2023.

Aunque no ocupa ningún cargo oficial, García Lorca —y su agenda de contactos— desempeña un papel relevante en el día a día del centro. Un día a día muy amargo, confirma. Sin apenas personal propio, con pocos trabajadores a tiempo parcial porque se comparten con el Ayuntamiento y con otros proyectos, García Lorca lamenta el desinterés de unos y otros por la institución. “Es un centro hecho a la medida no tanto de Federico como de su figura y lo que representa”.

El espacio cuenta con una cámara acorazada para el legado, biblioteca, sala de exposiciones, una sala de teatro con 410 butacas de capacidad y tienda. Con un coste de 28 millones de euros ―14 de ellos procedentes de la UE―, “el proyecto original”, continúa García Lorca, “tenía sentido porque estaba hecho a la medida de la importancia y la trascendencia que tiene mi tío en el mundo”.

La actividad es, probablemente, algo menos de lo que se suele catalogar como a medio gas. “Cuesta mucho entender cómo estamos en una situación de precariedad tan grande”, dice. “No puede ser que tengamos que trabajar pidiendo favores y con gente que, como le encanta venir a trabajar a Granada a algo relacionado con Lorca, se baja sus sueldos”. Y añade: “Este centro no puede ser un problema, tenemos que considerarlo una suerte y el sitio que multiplicará la presencia de Granada y del artista español más importante del siglo XX por el mundo”.

Laura García Lorca, en otra imagen tomada el miércoles en Madrid.Samuel Sánchez

El conflicto esta semana en la dirección del Patronato, que gestiona la casa natal de Fuente Vaqueros y el Centro de Estudios Lorquianos, que terminó con la renuncia de Membrilla al cargo y la dimisión de Laura García Lorca de su consejo rector, no ha pasado inadvertido para muchos interesados en el poeta, asegura García Lorca, que afirma haber recibido decenas de llamadas interesándose por el asunto. “Me han llamado de muchos países porque Lorca atrae e interesa por todo el mundo. Mucha gente se sorprende por lo frágil que aquí está todo lo que tiene que ver con él”, apunta. ¿Y alguna llamada institucional? “Sí, la del secretario de Estado de Cultura [Jordi Martí], que coincide conmigo en que es el momento de darle la vuelta a la situación y tomar impulso”. La sobrina del poeta se cruzó el pasado miércoles en la feria Arco con el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y asegura que este le mostró su intención de convocar a los miembros del consorcio en Granada para analizar el futuro del centro Lorca. El Gobierno, si quisiera y como miembro de ese consorcio, tiene mucho que aportar. Por ahora, su contribución anual es de 268.179 euros, una cifra bastante por debajo de la que aportan la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento.

Tras la decisión de Membrilla de no tomar posesión del cargo, posterior a la dimisión de García Lorca, queda por ver si esta se mantiene o no en el patronato. El presidente de la Diputación, Francisco Rodríguez, que fue quien designó a Membrilla, mantiene que Membrilla era el director apropiado y, a la vez, que quiere seguir contando con la sobrina en el Patronato. El jueves aseguró que estaba intentando hablar con ella —algo que los medios habían conseguido sin problemas— para decidir cómo proceder. Los estatutos del Patronato citan, con nombre y apellidos, a Laura García Lorca como miembro de su órgano de dirección y, aunque eso no la encadena a él, puede facilitar su permanencia. Ella comenta que se mantiene a la espera de conversaciones.

Además, la provincia cuenta con varios espacios más, lo que genera un mapa lorquiano en el que, además de conocer al poeta, hay que saber de política. Numerosas fuentes consultadas insisten en que “hay que conocer la política local para entender muchas cosas que ocurren”. Una de ellas resume así la situación: “Lorca es un potaje de intereses y la mayoría de los que están sentados a esta mesa salomónica no tienen ningún reparo en cortar al niño por la mitad”. El periodista y escritor Alejandro V. García, autor de Universolorca.com, el mejor repositorio de información lorquiana disponible, añade que “la terminología burocrática, la lentitud de la Administración y la política han colonizado todo lo relacionado con Lorca. Prima la parte administrativa y política sobre el consenso a la hora, por ejemplo, de encontrar personas que conozcan de verdad el mundo de la cultura y a Lorca, como acabamos de ver estos días”.

Federico García Lorca, retratado en 1919, cuando tenía 20 años.Photo 12 (Universal Images Group via Getty)

La Huerta de San Vicente, la finca de verano de los Lorca y donde el poeta vivió sus últimos días, de propiedad municipal, está en la capital, en un parque con el nombre del poeta. La casa de esa huerta se llama Casa-Museo Federico García Lorca y es distinta del Museo Casa Natal Federico García Lorca, en Fuente Vaqueros, donde nació y vivió el poeta y que recibe, según sus gestores, 2.000 visitas al año, lo que arroja una media de seis visitas al día. Con una plantilla de siete empleados y algo más de medio millón de euros, está gestionada por el Patronato. Una mirada a las webs de ambas casas museo da la pista del interés de las instituciones en la promoción de esos espacios. Es interesante recordar que el Ayuntamiento de Granada tardó siete años, desde 2015 hasta 2022, en encontrar los 80.000 euros que costaba el aire acondicionado que podía evitar los problemas que el intenso calor granadino causaba en el mobiliario, las obras de arte y el piano que tocaba Federico en la casa de los Lorca en la huerta.

A cuatro kilómetros de la casa de Fuente Vaqueros están la Casa Museo de Valderrubio, que sirvió de vivienda un tiempo a los Lorca, y a unos metros la casa de Bernarda Alba, que Federico visitaba y donde vivió las historias que luego contó en su célebre obra. La gestión de ambas es responsabilidad del Ayuntamiento de Valderrubio, aunque la propiedad de la casa de Bernarda Alba es del Consorcio de la Vega-Sierra Elvira. La atención al público de ambas casas cuenta con una persona contratada, ayudada por el concejal de Cultura, que ya está jubilado y lo hace sin cobrar.

Valderrubio y Fuente Vaqueros conforman junto a Víznar, Alfacar y Pinos Puente lo que se conoce como lugares lorquianos. No existe ningún órgano que los agrupe para definir estrategias conjuntas, pero todos ellos forman parte del consejo rector del Patronato García Lorca. Sus reuniones, sin embargo, se limitan a las decisiones estrictas de esa institución y se aprovechan poco para diseñar un plan de actuación coordinada. Para Alejandro V. García, “cada Ayuntamiento actúa de manera autónoma y han acabado apropiándose de lo suyo para convertir esos espacios en un atractivo turístico y local, con actividad intrascendente y sin relevancia”.

No existe una cita anual o periódica estable de investigación o difusión lorquiana pero, como añade G, sí “hay una competición de atletismo que se llama Universo Lorca”. Y eso porque Lorca y sus espacios se usan más como escenarios para actividades de interés local que como espacios de divulgación de la obra del poeta. Es el caso de la presentación el pasado miércoles en la casa de Valderrubio de una propuesta seguro que interesante para el alumnado y los docentes de la escuela de hostelería que la propuso, pero cuyo barniz lorquiano es discutible. Un comunicado de prensa lo explicaba como “una propuesta gastronómica de la mano de Lorca” en la que “alumnado de hostelería, restauración y de guía turístico fusionan elementos de la vida y obra del poeta en una original representación”. A Lorca, como ha investigado García, no se le conoce mayor interés por la cocina que “los cafés iluminados en la huerta, que eran cafés con unas gotas de aguardiente, tal como cita su hermana, y limonada con yerbabuena”.

La casa natal de Federico García Lorca, en Fuente Vaqueros (Granada).Pepe Torres (EFE)

Lorca y Granada es una relación llena de contradicciones. La Diputación de Granada ha mostrado una sensibilidad escasa hacia esa parte de memoria histórica que él representa. Y, sin embargo, son los que más aportan a los espacios lorquianos. Según ha anunciado su presidente, Francisco Rodríguez, la compra de un edificio en Fuente Vaqueros ha elevado su contribución en algo más del medio millón de euros de 2022 a casi un millón para este año, a lo que suman una aportación de 134.000 euros en el centro Lorca.

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