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‘Robo’: amenazas, violencia y desesperación en las tierras sami del norte de Suecia

La novela de Ann-Helén Laestadius narra la enérgica lucha de una joven que se rebela contra los abusos que sufre su comunidad indígena, anclada en unas reglas patriarcales e inamovibles

Una niña sami da de comer a un grupo de renos en Laponia (Finlandia).
Una niña sami da de comer a un grupo de renos en Laponia (Finlandia).Luis Almodóvar
Carlos Torralba

La escritora sueca Ann-Helén Laestadius nunca imaginó mientras escribía su primera novela para adultos que esta sería traducida a más de una veintena de idiomas y convertida en una película de Netflix, que se estrenará el próximo año. Robo, una historia sobre la discriminación y el racismo endémicos que padecen los sami, los últimos indígenas de Europa, refleja la lucha constante de este pueblo por mantener vivas sus tradiciones y su cultura milenarias, asfixiadas por la minería, la industria maderera, el cambio climático y la violencia, impune, que ejerce parte de la población local contra sus renos.

La novela, publicada en español por la editorial Navona, transcurre entre 2008 y 2019 en el remoto norte de Suecia. Una mañana de invierno, Elsa, una niña indígena de nueve años, sale a esquiar sola y acude al corral familiar para pasar un rato con los animales, su pasión. Al llegar, observa paralizada cómo un hombre asesina a Nástegallu, su reno favorito. Amenazada por el cazador al que pilló in fraganti, Elsa se refugia durante años en el silencio. “Es aterrador para una niña sentir que alguien odia tanto a su familia que está dispuesta a matar a sus animales”, subraya Laestadius en una videollamada. “Por eso escribí el libro desde la perspectiva de Elsa, para ahondar en lo difícil que es gestionar estas emociones a esas edades”, agrega la escritora.

A lo largo de las páginas, el trauma de Elsa, alimentado por las amenazas, la indiferencia de la policía ante las muertes violentas de renos —que se clasifican como robos— y el suicidio de un ser querido, se va transformando en coraje y una energía infinita para luchar contra las injusticias. Elsa comenzará a sentirse orgullosa de sus orígenes, y mientras la mayoría de sus escasos amigos optan por escoger una vida urbana, cómoda y distanciada de las costumbres ancestrales, ella se decantará por entregarse en cuerpo y alma a defender los renos.

Elsa no solo se topará con obstáculos del exterior. La estructura rígida y patriarcal de los sami choca de lleno con las aspiraciones de la joven, que pretende ser una voz autorizada y respetada en su comunidad, además de encargarse en el futuro de los renos familiares, un trabajo a priori reservado para su hermano Mattias, quien no muestra interés en pasar cada año varios meses recorriendo cientos de kilómetros rodeado de cérvidos y a temperaturas bajo cero. “El pastoreo de renos es una actividad dominada por hombres, pero en esta ocasión es una mujer quien decide tomar las riendas”, subraya Laestadius.

La escritora Ann Helen Laestadius.
La escritora Ann Helen Laestadius, en una foto promocional.THRON ULLBERG (CORTESÍA EDITORIAL NAVONA)

Salpicada de palabras en lenguas sami, Robo se adentra sutilmente en la idiosincrasia de este pueblo indígena de poco más de 80.000 miembros que habita desde hace milenios en las zonas árticas de Noruega, Suecia y Finlandia, además de la península rusa de Kola. Una sociedad orgullosa de su conexión con la naturaleza, de su música o de sus vestimentas tradicionales, pero que también discrimina a aquellos miembros, como la madre de Elsa, que tienen algún antepasado que no fue sami.

Robo, y el resto de sus obras, están íntimamente vinculadas con la vida de Laestadius. Nacida hace 51 años en el municipio sueco de Kiruna, con raíces sami y tornedalianas —otra minoría sueca relacionada con los fineses—, Laestadius se trasladó a Estocolmo en los años noventa para trabajar como periodista especializada en crímenes. En 2007 publicó su primera novela juvenil, en la que la protagonista era una niña sami que estudiaba a escondidas el idioma familiar que tenía vetado. “Ser incapaz de hablar sami de manera fluida me causa una profunda tristeza”, reflexiona la autora. “Mi madre nunca quiso enseñarme una lengua que creía que me iba a perjudicar”, prosigue. “Me crie teniendo que actuar como una sueca en el colegio y como una sami en casa. Sin ser capaz de comunicarme bien con mis abuelos”.

Laestadius comenzó a pensar en Robo hace más de un decenio. Sin embargo, al no haberse criado en una familia dedicada al pastoreo de renos, sentía que no estaba legitimada para escribirla. El suicidio de dos de sus primos —hermanos entre ellos— y, sobre todo, el acceso a más de un centenar de denuncias por muertes violentas de renos que habían quedado impunes la animaron a empezar a escribir sobre la sensación de inferioridad impuesta que padecen muchos sami. “Aunque es una historia de ficción, en gran medida se nutre de hechos reales”, resume la autora.

“Actos de odio”

A través de las peripecias de Elsa, la novela refleja los roces perennes entre los sami y parte de la población local, contraria a lo que consideran privilegios injustificados para los indígenas. La coexistencia entre las tradiciones milenarias y la Suecia moderna nunca ha resultado sencilla, y un claro ejemplo son los frecuentes accidentes de circulación por el impacto con renos que campan a sus anchas. “Hace décadas, la mayoría de la gente que mataba renos lo hacía para quedarse con la carne. Hoy son actos de odio”, sostiene Laestadius.

Portada de la edición española de 'Robo', de Ann Helen Laestadius.

A lo largo de sus 500 páginas, la escritora también incide en algunos de los problemas estructurales que afectan a los sami y que se repiten frecuentemente en otras comunidades indígenas del planeta, especialmente en países desarrollados como Canadá, Estados Unidos o Australia: alcoholismo, problemas mentales (un altísimo índice de suicidios), discriminación, desempleo.

A pesar de que aún reside la mayoría del tiempo en la capital sueca, Laestadius regresa “a casa” con mucha frecuencia “para poder escribir”. “Necesito escuchar sami a mi alrededor; es una lengua muy especial, que emana del corazón y que activa mis emociones y mi inspiración”, resalta la escritora.

Robo, premiada como Libro del Año en Suecia en 2021, arroja más luz sobre los abusos que aún sufren los sami en el norte de Europa; un asunto que en los últimos años ha ganado visibilidad a través del cine y la literatura, con otras obras de la escritora sueca de raíces sami Linnéa Axelsson, la película Sameblod (Sangre sami) o la serie de televisión Jour polaire (Sol de medianoche). Robo es el primer volumen de una trilogía. La segunda novela, Straff (Castigo), publicada hace unos meses en sueco, transcurre en los años cincuenta, en los “terribles internados” en los que se les prohibía a los niños sami hablar su lengua. La madre de Laestadius, que sí se crio en una familia dedicada al pastoreo de renos, fue forzada a ingresar en uno de estos centros a los siete años. “Es un libro que nace del daño irreparable que sufrieron mi madre, sus hermanos, y muchísimos otros niños sami”, puntualiza Laestadius.

Tras el éxito de Robo, y la emisión de un programa de investigación en televisión sobre los crímenes contra los renos, Laestadius cree que “la policía se toma más en serio este asunto”. Sin embargo, la escritora lamenta que “en los últimos años se ha agravado drásticamente el impacto del cambio climático”. Las lluvias cada vez más comunes en los meses de invierno —”algo que antes no ocurría jamás”— amenazan con poner fin al pastoreo de renos en Europa. “Sin renos, es casi imposible que nuestra cultura y nuestras lenguas puedan sobrevivir. No sé qué sería de nosotros”, sentencia.

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Sobre la firma

Carlos Torralba
Es redactor de la sección de Internacional desde 2016. Se ocupa de la cobertura de los países nórdicos y bálticos y también escribe sobre asuntos de defensa. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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