Fallece a los 89 años el empresario y apoderado taurino José Antonio Martínez Uranga
Gestionó numerosas plazas, entre ellas Las Ventas entre 2005 y 2016, y representó a Paco Camino y Niño de la Capea, entre otras figuras
En San Sebastián, su ciudad natal, falleció ayer, a la edad de 89 años, José Antonio Martínez Uranga, un taurino de referencia en los últimos sesenta años como empresario de numerosas plazas y apoderado de distintas figuras del toreo. Martínez Uranga era la tercera generación de una familia dedicada al negocio taurino desde comienzos del siglo XX, cuando su abuelo Severino Martínez, que era contratista de una cuadra de caballos, inició su carrera como empresario hasta su fallecimiento en 1920; siguieron la estela sus hijos Pablo, padre del también fallecido Manuel Chopera, reconocido empresario, y Manuel, padre de José Antonio.
Dedicado al negocio de los toros desde su juventud, primero en sociedad con su hermano Javier y su primo Manuel, pronto se hizo un nombre al frente de plazas como Zaragoza, Salamanca, Valladolid, Badajoz, Gijón, Albacete, Valencia, Burgos y Santander, entre otras.
Tras la larga etapa de los hermanos Lozano al frente de Las Ventas, Martínez Uranga obtuvo la concesión del coso madrileño en 2005, y, al frente de dos empresas, Taurovent y Taurodelta, fue el responsable de los festejos, en compañía de su hijo Manuel Martínez Erice, hasta finales de 2016, que ganó el concurso el francés Simón Casas.
Antes había sido apoderado de Paco Camino, Niño de la Capea, Paquirri, José María Manzanares, Dámaso González, José Luis Galloso, Luis Francisco Esplá y la pareja formada por los hijos de Litri y Camino, Miguel y Rafael. También fue ganadero del hierro de Miranda de Pericalvo y sus toros triunfaron en cosos como Pamplona, Salamanca y Madrid.
Cuando José Martínez Uranga, conocido también como Choperita, perdió el concurso de la plaza de Las Ventas se retiró a San Sebastián, donde ha fallecido.
Con su muerte desaparece uno de los taurinos más reconocidos de la tauromaquia moderna, que vivió épocas estelares de la fiesta y las consecuencias de la crisis económica de 2008, y fue uno de los grandes dirigentes del toreo como empresario y apoderado.
