_
_
_
_
_

Antonia Kerrigan, agente literaria de éxito

Representó a escritores como Carlos Ruiz Zafón, María Dueñas o Javier Serra

La agente literaria Antonia Kerrigan.
La agente literaria Antonia Kerrigan.Wikipedia
Jordi Amat

El día de finales del 2000 que Carlos Ruiz Zafón entró en la sede de la editorial Planeta para reunirse con el editor Emili Rosales iba acompañado de una mujer de unos cincuenta años que llevaba más de media vida dedicada a la representación de escritores: Antonia Kerrigan (que falleció el pasado jueves a los 71 años). Ruiz Zafón había dedicado dejar la literatura juvenil y embarcarse en el proyecto que estrenó con La sombre del viento. Supo que para dar el paso necesitaría una agente. Fue Kerrigan. El primer contracto fue normal, pero lo que vino después no había pasado ni ha vuelto a pasar. Cuatro millones de libros vendidos en España y cincuenta en el mundo. Fue el clímax de la trayectoria de una figura clave del sistema editorial español del siglo XXI. Su propósito profesional era conseguir que una obra fuera superventas.

Antonia Kerrigan, norteamericana nacida en París en 1952, creció en un medio cultural idílico. Su madre había sido pianista de la Orquesta Filarmónica de Chicago y su padre, poeta, recibió una beca para traducir a Unamuno por lo que en 1954 la familia se instaló en Mallorca. No faltaban a las fiestas de cumpleaños de Robert Graves en Deià y Camilo José Cela, que también vivía en la isla, fue buen amigo y tuvo el detalle de redactar una carta pidiendo a los responsables de aduanas que no decomisasen los libros en inglés dirigidos a la casa de Palma de los Kerrigan. Él sería una pieza clave en la difusión en inglés de la literatura escrita en español. Aunque cursó parte de sus estudios en Irlanda, Antonia Kerrigan volvía a Mallorca hasta que se trasladó a Barcelona para estudiar Medicina. No acabó la carrera, pero en Barcelona, mientras se ganaba la vida impartiendo clases de inglés, todo cambió. Empezó a trabajar en la agencia Balcells, allí aprendió el oficio.

Ella misma contó su trayectoria en la mítica agencia en la biografía Carmen Balcells, traficante de palabras, de Carme Riera. Entró sin experiencia algún, por recomendación de Eduardo Mendoza y tras haber realizado un examen grafológico. Además de valorar que fuese una bilingüe perfecta, Balcells sabía perfectamente que aquella joven pertenecía al círculo de los Premios Formentor donde se tramó una de las operaciones más exitosas de la edición literaria de la segunda mitad del siglo XX. Como hacía siempre con sus colaboradores de confianza, también para ayudarla con el inglés si era necesario, Balcells no tardó en llevarla a la meca del negocio editorial mundial: la Feria de Frankfurt, el templo de los contratos y las traducciones.

Pero la química con Balcells no acabó de funcionar y no le sorprendió lo que ocurrió un lunes de mediados de los ochenta, cuando entró en el despacho de su jefa con contratos en las manos. Fue despedida. Amenazó con lanzar los papeles por la ventana, pactó la indemnización y dijo que impulsaría su propia agencia cerca de la de Balcells. Por entonces ya había traducido El lenguaje de la arquitectura posmoderna con su marido, arquitecto Ricardo Pérdigo. Sus dos hijos, Gregori e Ilya, jugarían de niños en las mesas de la oficina y luego crearían la editorial Alrevés.

La primera operación de su agencia, en 1986, fue la venta de los derechos de la novela Fortuny, de Gimferrer, para su traducción al holandés. A mediados de los noventa, tras una Feria de Guadalajara, apostó por un grupo de escritores mexicanos llamado El Crack entre los que destacó Jorge Volpi. La Antonia Kerrigan Literary Agency representa hoy a 150 autores y entre sus últimos best sellers destaca María Dueñas o el escritor en catalán Xavier Bosch. Como señaló Sergio Vila-Sanjuan, “el sistema español de premios literarios constituiría en el futuro una buena cantera económica y promocional para los escritores de la agencia”.

Ruiz Zafón, por ejemplo, fue finalista del Fernando Lara. En 2006 Kerrigan asistió a la gala de entrega del Premio de Novela Ciudad de Torrevieja. El finalista fue Javier Serra. El día después de la fiesta todos los invitados se levantaron tarde, pero ella estaba despierta. Vio que estaban retirando el desayuno y vio al escritor Serra. Apartó unos cruasanes, le invitó a sentarse con ella, le propuso representarle. La cena secreta fue el primer libro de un autor español que llegó al top ten de la lista de los más vendidos de The New York Times.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jordi Amat
Filólogo y escritor. Ha estudiado la reconstrucción de la cultura democrática catalana y española. Sus últimos libros son la novela 'El hijo del chófer' y la biografía 'Vencer el miedo. Vida de Gabriel Ferrater' (Tusquets). Ejerce la crítica literaria en 'Babelia' y coordina 'Quadern', el suplemento cultural de la edición catalana de EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_