Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia: “Cada vez que ha quebrado la monarquía en España ha sido peor, con luchas y guerras civiles”
La responsable de la institución afronta su tercer mandato de cuatro años, para el que anuncia como gran proyecto “un portal con toda la historia hispana”, y se muestra muy preocupada por la enseñanza
Una estatua de Don Pelayo saluda a la entrada de la Real Academia de la Historia (RAH), en el edificio del Nuevo Rezado, sede con hechuras de fortaleza. Un retrato al óleo de Menéndez Pelayo antecede al despacho de Carmen Iglesias (Madrid, 80 años), directora desde diciembre de 2014 de esta institución, fundada en 1738 como una reunión literaria de amigos, con la autorización de Felipe V. Iglesias fue reelegida el 16 de diciembre para un tercer mandato de cuatro años. Su escritorio está atestado de libros en pequeñas torres y al lado hay una mesa repleta de fotografías de sus actos. Entre las obras de arte que la rodean, un retrato de Isabel II, de Madrazo, y uno de Alfonso XIII niño, dos reyes que acabaron en el exilio por la llegada de una república. Primera mujer al frente de la RAH tras 36 hombres, ha sido catedrática de Historia de las Ideas y Formas Políticas en la Universidad Complutense de Madrid (1984-2000) y de Historia de las Ideas Morales y Políticas en la Rey Juan Carlos de Madrid (2000-2009).
Pregunta. ¿Por qué ha querido seguir como directora de la Academia?
Respuesta. Estoy todavía emocionada porque fue unánime el apoyo de los académicos que estaban ese día en el pleno. Hubo 26 votos a favor y uno en blanco, ninguno en contra [hay 32 académicos numerarios]. Yo estaba dispuesta a seguir.
P. ¿Qué quiere desarrollar en su nuevo mandato?
R. Estamos en un proyecto importante, mucho trabajo, pero ilusionante. Es un portal excepcional que vamos a presentar el próximo año sobre toda la historia hispana, la de España y América. Una herramienta como no hay otra, que se ha hecho con la mayor objetividad. Pero hacemos más cosas, que están en nuestra web, como espacios temáticos y recursos formativos, que en algunos casos tienen como media de permanencia de los lectores seis minutos. Luego está el Diccionario biográfico electrónico [más de 50.000 personajes] con 12 millones de usuarios al mes, procedentes de 194 países y con una media de permanencia de tres minutos.
P. Económicamente, ¿de quién depende la Academia?
R. Recibimos una ayuda del Estado, que en algunos momentos fue muy importante, pero a partir de la crisis de 2008 hubo un bajón tremendo y esa aportación quedó en simbólica, no nos llegaba casi para las nóminas. Hubo que hacer un ajuste tremendo, aunque teníamos el colchón de un donante judío, Carl L. Lippmann. También hemos tenido siempre protectores que nos han ayudado [actualmente, las fundaciones Ramón Areces, Rafael del Pino, La Caixa, BBVA, más empresas como Iberdrola y el Santander según la web de la RAH].
Las naciones como las entendemos actualmente surgen en el siglo XIX
P. ¿De qué se ocupan en la RAH?
R. Damos ciclos de conferencias, divulgamos la historia hispana, hacemos informes de todo tipo, por ejemplo, de heráldica, y también los hacemos para ayuntamientos, comunidades autónomas, en estos casos son respecto a sus símbolos; para instituciones e incluso judiciales por algún pleito.
P. Poseen un importante legado artístico.
R. Tenemos una pinacoteca desde el siglo XVIII que incluye goyas, los retratos de Carlos IV y su esposa, María Luisa, de los que conservamos la factura del propio pintor, que no fue nada barato, por cierto. Luego, con las desamortizaciones, en el XIX, se encargó a la Academia que recuperara fondos abandonados y se compró mucha obra. Así llegaron las famosas glosas emilianenses [primeros testimonios escritos del español], que habían estado en unos cajones en un monasterio y en el siglo XX uno de nuestros académicos las descubrió en nuestra sede. Nuestro patrimonio bibliográfico, con manuscritos, códices, documentos… supera en número los 650.000. Están en la biblioteca, una torre encastrada que no se ve desde fuera.
P. También publican declaraciones institucionales, por ejemplo, sobre la enseñanza de la Historia de España.
R. Hicimos unas alegaciones hace casi un año al ministerio [de Educación] porque nos parecía que en la Secundaria prácticamente se eliminaban la historia y su cronología, pero no recibimos ninguna contestación. La historia son los hechos. Memorizar algo en un momento dado no quiere decir que se te quede para siempre esa fecha, pero crea unos marcos de significación. Suprimir la memoria en la enseñanza es absurdo porque en parte somos eso, memoria.
P. Hablando de cronología, ¿se puede establecer desde cuándo existe lo que llamamos España?
R. Las naciones como las entendemos actualmente surgen en el XIX, pero el pueblo, el territorio, existe antes. En la Edad Media se da la unión de coronas, las de Castilla y Aragón, que va a dar lugar a España en el XVIII. Esa unión supuso históricamente un progreso.
Felipe VI es un rey excepcional, inteligente, que es lo que más valoro en la gente
P. Hay partidos políticos y ciudadanos que cuestionan que haya una monarquía. ¿Cree que esta desaparecerá a medio o largo plazo?
R. La monarquía parlamentaria actual es una clave de bóveda. Tenemos una historia fundamentalmente monárquica y cada vez que ha quebrado ha sido peor, con luchas, guerras civiles… Creo que es una institución que merece la pena mantener para el bien de todos.
P. Usted fue preceptora de Felipe VI.
R. Es un rey excepcional, inteligente, que es lo que más valoro en la gente, y también destaco su bondad.
P. El Rey, en su último discurso navideño, dijo que había una “erosión de las instituciones” y “un deterioro de la convivencia”. Parecía hablar de periodos muy negros de España.
R. En el mundo hay una entropía constante, se tiende al desorden. Mantener un cierto orden sin que sea este autoritario es muy difícil. Las cosas se deterioran con el tiempo, claro que sí, pero algunos quieren deteriorarlas inmediatamente. Los atenienses nos enseñaron qué era la democracia, el imperio bajo la ley, que es transformable, pero dentro de su orden y su legalidad.
P. ¿Hay riesgo de que España caiga en el fascismo o en el populismo, como dicen algunos?
R. Eso de que lo que te pasa es lo peor es una debilidad humana. Se nos olvida lo pasado. A mí lo que más me preocupa es la educación, que está muy en crisis. Es muy grave eso de decir que las notas [a los alumnos] son competitivas. Pues claro que lo son. La única posibilidad de tener una mayor libertad es a través del conocimiento y la educación. Y lo que se está haciendo perjudica a los más desfavorecidos. Yo fui huérfana de padre tempranamente y hubiera sido imposible salir adelante en un régimen sin notas. Se va a perder mucho talento, el de la gente que no tiene medios para ir a colegios donde verdaderamente se enseña y se aprende.
P. Sobre otra clase de educación, ¿qué opina de cómo actúan algunos políticos en el Parlamento, de la crispación?
R. Eso lo ha habido casi siempre. Lo que ahora funciona en general, no solo en el Parlamento, es lo de “sé espontáneo”, que da un miedo tremendo, porque si todos somos espontáneos no podríamos convivir. Como dice una sentencia: hay que tener coraje para vivir, generosidad para convivir y prudencia para sobrevivir.
P. ¿Hay alguna etapa de la historia de España mal conocida por los historiadores?
R. Casi todas las áreas se están enriqueciendo por la cantidad de historiadores que hay. La historia de la monarquía hispánica ha tenido un desarrollo impresionante porque no nos habían contado los hechos, sino leyendas. Tanto en América como aquí hay un movimiento de insistencia en los hechos. Además, hay cada vez más investigaciones concretas sobre personajes.
P. Sin embargo, persisten algunos mitos.
R. Totalmente, estereotipos. La frase de “este país, ya se sabe…”, esa falta de autoestima... Hay cosas buenas y malas, y no hay que contarlas de forma tendenciosa. Institucionalmente, hemos tenido que hacer a veces aclaraciones, por ejemplo, con el tema de la circunnavegación.
P. ¿Por qué?
R. Hubo un momento en que se llegó a decir que todo era Magallanes-Elcano, Magallanes-Elcano, pero es este último el que da la vuelta al mundo. Era absurdo.
De la historia de la monarquía hispánica no nos habían contado los hechos, sino leyendas
P. ¿Se quiso contentar a los portugueses?
R. Exacto.
P. En los estatutos de 2009 de la Academia se dice que se incluirán “medidas para promover una mayor presencia de mujeres en los órganos de gobierno y en la comunidad académica”. Ahora, de los 32 académicos, solo siete son mujeres.
R. Procuramos cubrir los huecos que hay y si tenemos una mujer especialista en esa materia que falta no lo dudamos.
P. Usted está también en la Real Academia Española (RAE), ¿qué opina del lenguaje inclusivo?
R. Estoy totalmente con la RAE con el informe que hizo [inicios de 2019] y que pone en solfa eso. Son modas que surgen y pasarán. Las mujeres hemos pasado por tantas cosas… pero es que puede haber algunas exageraciones.
Babelia
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