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El Papa devuelve a Grecia los mármoles del Partenón que conserva en los Museos Vaticanos

El Pontífice matiza que se trata de una donación de inspiración religiosa a la Iglesia ortodoxa y no un acuerdo entre Estados

Una de las piezas que el Vaticano restituye a Grecia, la cabeza de caballo, que procede del frontón occidental del edificio.
Una de las piezas que el Vaticano restituye a Grecia, la cabeza de caballo, que procede del frontón occidental del edificio.HANDOUT (AFP)

El papa Francisco ha decidido devolver a Grecia los tres fragmentos de mármol del Partenón que se conservan desde hace siglos en los Museos Vaticanos. Tal y como ha informado la Santa Sede a través de un comunicado, el Pontífice argentino los “donará” al arzobispo de Atenas y cabeza de la Iglesia ortodoxa griega, Jerónimo II, como muestra de su “sincero deseo de proseguir el camino ecuménico” con esta rama del cristianismo.

Los tres fragmentos de mármol pentelénico en cuestión, trabajados por Fidias, el escultor más célebre de la Antigua Grecia, llegaron a los Museos Vaticanos en el siglo XIX. Proceden de la decoración escultórica del Partenón, que fue construido en la Acrópolis de Atenas el siglo V a.C. y que ha sido expoliado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia.

Hace unos meses, Sicilia ya devolvió a Atenas un fragmento del friso del Partenón, a cambio de una importante estatua acéfala de Atenea, de finales del siglo V a. C. , y una ánfora geométrica de la primera mitad del siglo VIII a. C.

El Vaticano se ha convertido en el último Estado occidental en devolver sus piezas de los mármoles del Partenón, largamente reclamadas por Grecia, que denuncia un expolio. De hecho, Atenas construyó en 2009 un nuevo Museo de la Acrópolis para demostrar que cuenta con un lugar apropiado para albergar el tesoro arqueológico.

En el comunicado, la Santa Sede subraya, aunque de manera somera, como acostumbra, que se trata de una donación de inspiración religiosa a la Iglesia ortodoxa, por voluntad del Papa. No se trata, técnicamente, de un acuerdo bilateral entre los dos Estados para devolver los fragmentos que se conservan en el Vaticano. Es probable que se haya querido enfatizar la dimensión religiosa de esta devolución para evitar crear un precedente que pueda afectar a otras piezas de valor incalculable que forman parte de la vasta colección de los Museos Vaticanos.

En 2007, en tiempos de Benedicto XVI, el Vaticano negó la devolución de estos tres vestigios, que llegaron a sus fondos hace dos siglos tras una serie de operaciones de compraventa, pero sí se prestó uno a las autoridades helénicas para una exposición en 2015.

El Papa Francisco y el patriarca de la Iglesia ortodoxa griega, Jerónimo II, en diciembre de 2021 en Atenas.
El Papa Francisco y el patriarca de la Iglesia ortodoxa griega, Jerónimo II, en diciembre de 2021 en Atenas.George Vitsaras (AP)

El Papa Francisco visitó Grecia hace un año y allí se reunió con el patriarca Jerónimo II, en un encuentro insólito, ya que en el pasado Roma siempre ha mantenido muchas desavenencias con la Iglesia ortodoxa griega. Entre otras cosas, los ortodoxos culpan al Vaticano y a los cruzados de la caída de Constantinopla en 1453. Bergoglio pretende retomar las buenas relaciones con esta rama del cristianismo y en su visita lanzó con el patriarca griego un mensaje de paz y fraternidad, que ahora trata de reforzar con este gesto.

Las esculturas en cuestión son los restos de un friso de unos 160 metros de largo que rodeaba el muro exterior del Partenón, un templo dedicado a Atenea, la diosa de la sabiduría. El Partenón se construyó entre el 447 y el 432 a.C., en plena edad de oro de la cultura helénica, por mandato del influyente Pericles y se le considera la obra cumbre de la arquitectura clásica. El friso representaba una procesión en honor a Atenea.

Una de las piezas, la cabeza de caballo, procede del frontón occidental del edificio, en el que se representó la lucha mitológica por el dominio de la región griega de Ática entre la diosa de la sabiduría, Atenea y el dios de los océanos, Poseidón. En concreto, el animal formaba parte de la figura de la cuadriga de la diosa guerrera y protectora de la ciudad.

Pieza de la cabeza de uno de los niños encargados de las ofrendas en el templo.
Pieza de la cabeza de uno de los niños encargados de las ofrendas en el templo.HANDOUT (AFP)

Los otros dos mármoles simbolizan la cabeza de uno de los niños encargados de las ofrendas en el templo y la de un hombre con barba que formaba parte de la figuración del mito de la Centauromaquia, que relata, en las metopas meridionales del Partenón, la lucha entre los centauros y los lapitas.

Mármol que simboliza la cabeza de un hombre con barba y que formaba parte de la figuración del mito de la Centauromaquia.
Mármol que simboliza la cabeza de un hombre con barba y que formaba parte de la figuración del mito de la Centauromaquia.HANDOUT (AFP)

Algunos fragmentos pequeños, y otras esculturas del templo, están en otras galerías europeas. La devolución vaticana se produce en un momento en el que el debate sobre la descolonización de los museos europeos vuelve a estar candente.

Entre los que se niegan a restituir las obras expoliadas destaca el British Museum de Londres. La mayoría de la decoración del Partenón se perdió en un bombardeo en el siglo XVII y cerca de la mitad de las obras que sobrevivieron se las llevó a principios del siglo XIX un diplomático británico, Thomas Bruce Elgin, “Lord Elgin”. El entonces embajador del Imperio Británico ante el Imperio Otomano, bajo cuyos dominios estaba Atenas, empleó sierras especiales y otra maquinaria pesada para poder extraer del friso muchas de las metopas y sus bajorrelieves, como se deduce de la correspondencia entre Elgin y Giovanni Battista Lusieri, el pintor italiano que supervisó todas las tareas de extracción de las obras en 1801. En 1816, arruinado, Elgin vendió las piezas al Museo Británico por 350.000 libras (310.000 euros) de la época.

La controversia entre Londres y Atenas lleva tiempo abierta. Comenzó a principios de los años ochenta, cuando la actriz y ministra de Cultura de Grecia, Melina Mercouri, muy popular en la época en el Reino Unido, lanzó una campaña para el regreso de las esculturas. Alegaba que el traslado de los relieves no fue legal porque, aunque Elgin pagó por las piezas, lo hizo a las autoridades turcas que ocupaban Grecia, sin que el pueblo griego pudiera dar su opinión al respecto. En los últimos años, el Gobierno heleno ha reforzado esta campaña, que tiene una gran carga sentimental para los ciudadanos griegos.

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