Teo Cardalda: “Un grupo es como un matrimonio y los músicos somos gilipollas”
El artista gallego, fundador de Golpes Bajos y Cómplices, presenta ‘El viaje que nunca acaba’, un resumen de su carrera e influencias tocado solo con piano y voz
Gafas, barba y melena. Vaqueros, camisa blanca y chaleco. Con 59 años, el músico gallego Teo Cardalda tiene un aspecto estupendo. Ha dejado Galicia para presentar en Madrid El viaje que nunca acaba, un disco en el que solo con voz y piano, interpreta temas nuevos, canciones de sus dos grupos: Golpes Bajos (con Germán Coppini, fallecido en 2013) y Cómplices (con su mujer, María Monsonis) y versiones de Bowie, Ray Heredia, Elton John, Antonio Vega o Los Secretos. Una especie de resumen de su trayectoria y de sus gustos, que repasa hablando suavemente con reconocible retranca gallega.
Pregunta. Ese viaje inacabable ¿Cuándo empezó?
Respuesta. Cuando monté en un chabolo de casa de mis padres un local de ensayo. Me acuerdo que ni dios protestaba nunca. Ahora te pones, yo qué sé, a follar, y te dan golpes en la pared los vecinos.
P. Ha regrabado cuatro canciones de Golpes Bajos y tres son de su primer mini LP.
R. Creo que es el trabajo más nuestro de todo lo que hicimos, las canciones más agradables para tocar con un piano y la letra de No mires a los ojos de la gente es muy actual. La gente nunca ha tenido más miedo ni ha habido más mentiras. Y ese tema habla de las inseguridades y los miedos al relacionarte con la gente.
P. Hay quién dice que eran los Smiths españoles.
R. Esas referencias contemporáneas eran de Germán. Yo venía del rock sinfónico. Mis ídolos eran Genesis y Emerson, Lake & Palmer.
Llevo de gira con mi familia toda mi puta vida. A mí me encanta tener a María al lado porque tenemos una historia maravillosa juntos. Pero broncas hemos tenido, y gordas
P. Así que eran un tocón y un punk.
R. Efectivamente, sabíamos tocar. Eso era muy raro en nuestra generación.
P. Usted es el pianista en Una décima de segundo de Nacha Pop.
R. Yo estaba produciendo a Poch [líder de Derribos Arias] en el estudio de al lado. Pasé y me enseñaron la canción. Al día siguiente le dije a Antonio Vega que la había sacado al piano. Empecé a tocarla, Antonio se puso a cantar y esa es la versión en piano que salió.
P. ¿Por qué se disolvió tan pronto Golpes Bajos?
R. Grabamos el tercer disco [el EP Devocionario, 1985] en plena crisis entre nosotros dos. Germán y yo estábamos enfrentados. Y allí se jode todo. Al principio estuvimos sin hablarnos. Germán era muy cabezón, joder. Era terrible, porque durante años estuvimos picados, como dos adolescentes. Competíamos. Entregamos los dos maquetas en solitario a Hispavox y va el ejecutivo y me dice: “No te vamos a fichar, vamos a coger a Germán Coppini”. Fue uno de los disgustos más gordos de mi vida.
Yo no tengo miedo a la muerte. Hago deporte, pero bebo y fumo
P. ¿Por qué lo normal es empezar de joven en un grupo y terminar grabando en solitario?
R. Porque un grupo es como un matrimonio y los músicos somos gilipollas. Somos el gremio más tonto del mundo. Un desastre. Con Golpes Bajos teníamos un colchón, ganábamos muchísimo dinero y nos tiramos al abismo por los egos. Es una cuestión de egocentrismo.
P. ¿Es más fácil trabajar solo?
R. No crea, la historia está llena de músicos que se dan grandes hostias en solitario. Yo también me la di. Grabé un disco en Londres con músicos alucinantes y no funcionó nada.
P. Sin embargo, Cómplices fue un éxito.
R. Llegamos en un momento en el que confirmamos que la música española facturaba: Mecano, Presuntos Implicados o Revolver vendían muchísimo. Nos dimos cuenta de que era un negocio. Eso conllevó un cambio de público, de concepto y una carrera larga.
P. Se decía que Cómplices era como Pimpinela pero llevándose bien.
R. Yo creo que fuimos muy mal entendidos. Hay canciones de Cómplices que tienen melodías brutales. Y había magia. María es la esencia de Cómplices. Nuestros mejores discos son cuando ella está más implicada. Llámalo como quieras, cabrón, Pimpinela o como quieras, pero había una conjunción entre los dos. Creo que es un grupo incomprendido.
P. ¿Es buena idea tener un grupo con tu pareja?
R. Sí y no. A ver, Germán era mi mujer también en cierta manera.
P. No aprende, entonces.
R. No aprendo. Llevo de gira con mi familia toda mi puta vida. A mí me encanta tener a María al lado porque tenemos una historia maravillosa juntos. Pero broncas hemos tenido, y gordas. Hay momentos en los que no te entiendes. Pero al final no creo que aumenten porque sea tu esposa.
P. Bueno, muy pocas parejas que han montado un grupo han terminado juntas después de 30 años.
R. Sí, creo que nosotros y Victor y Ana somos los únicos. Y ha habido historias muy sórdidas como la de Ike y Tina Turner. Pero yo siempre he puesto por delante la decencia moral. Y a pesar de defender lo tuyo, tienes que respetar. Y antes de acabar como el rosario de la aurora, mejor dejarlo.
P. ¿Cuánto tiempo ha tardado en grabar este disco?
R. Ocho o nueve años. Iba grabando por ahí. La última es Galicia tiene flow, que es casi un anuncio publicitario de Galicia, que me tiene empalmado ahora que me he vuelto después de 34 años en Madrid.
P. ¿Por qué se vuelve?
R. Yo estaba haciéndome una casa allí y cuando llegó la pandemia… Tengo muchos perros, tengo muchos hijos [cinco] (perdón por la comparación), pero es así. Entonces dije: “Vámonos”. Y se está muy bien. Y pensé: “Joder, nos quedamos”.
Estoy muy decepcionado con la política. Tengo amigos políticos gallegos, pero es un tema que tiene que regenerarse. Está todo muy mal
P. En Galicia tiene flow menciona lo que es para usted Galicia, de Inditex a la Santa Compaña. Pero no a políticos gallegos.
R. Estoy muy decepcionado con la política. Tengo amigos políticos gallegos, pero es un tema que tiene que regenerarse. Está todo muy mal. Hablaban de que iba a haber un apagón eléctrico global, yo creo que estaría muy bien.
P. Quizás para usted, que vive en el campo. En las ciudades no sé yo.
R. Ya, sería más difícil, pero uno de seis meses. Un tiempo para volver a lo básico ¿no?
P. No lo veo. Cumple 60 este año ¿vértigo?
R. No, la preocupación es cuánta gente se ha muerto. Fíjese, todos los que salen conmigo en la portada se han muerto. Yo no tengo miedo a la muerte, para mí los sesenta no cambian nada. Hago deporte, pero bebo y fumo. Hago una vida normal y no voy a cambiar nada. Aunque veo que continuamente se muere gente que conozco.
Babelia
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