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El gato detective Blacksad se reencuentra con sus millones de lectores

Los españoles Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido publican en octubre la novela gráfica ‘Todo cae’, sexta entrega de su exitosa serie de novelas gráficas, mezcla de “fábula y novela negra”

Tommaso Koch
Viñeta de 'Todo cae', de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, publicada por Norma.
Viñeta de 'Todo cae', de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, publicada por Norma.

El caso es digno de investigación. Aunque, por una vez, a John Blacksad no le corresponde resolverlo. El enigma es precisamente él mismo. Y su éxito arrollador. Hace dos décadas que el gato detective creado por el guionista Juan Díaz Canales y dibujado por Juanjo Guarnido fue presentado al público con la novela gráfica Un lugar entre las sombras. El hechizo fue inmediato. Y se ha mantenido a lo largo de cinco aventuras. Dos millones de copias vendidas en Francia, donde debutaron. Y donde se han ganado una prestigiosa etiqueta, que suele acompañar sus volúmenes: “Serie de culto”. En España suman más de 100.000 lectores. Y un Premio Nacional de Cómic, obtenido con su última entrega, Amarillo, en 2014.

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Desde entonces, el investigador descansaba. Y se relamía los bigotes a la espera de volver a la acción. Porque sus autores nunca consiguen pasar demasiado tiempo lejos de él. “Le tenemos un afecto desmedido”, relata Díaz Canales. En una videollamada, ambos cuentan que, cada vez que se ven, comparten ideas para algún nuevo relato. Y una de ellas se ha convertido en Todo cae, el esperado sexto capítulo de la trama, que Norma Editorial publica el 29 de octubre.

Años cincuenta, crímenes, gabardina y cigarrillos. El cóctel de Blacksad resulta irresistible para muchos. Como los clásicos de la novela negra, a lo Raymond Chandler, pero en cómic. Un “Disney para adultos”. O una “mezcla de fábula y género noir”, por ceñirse a sus propias definiciones. Aunque, en realidad, el tebeo luce muchos más colores: todos los de una metrópoli que vive y respira en cada dibujo. A veces, un diálogo cabe en una viñeta de formato tradicional. Otras, las imágenes piden una página entera sin palabras. Libertad creativa, en definitiva, avalada por galardones como el Eisner o el Harvey, aparte de las cifras de ventas, y hasta una adaptación al videojuego.

“La característica de la serie te impone unas ciertas normas, y una de ellas es permanecer fiel a esa época, los cincuenta. No tiene sentido contar la historia de una manera tergiversada, como no lo tendría juzgar a los personajes de Mad Men por machistas. Intentamos no caer en el anacronismo. Más que aplicar el revisionismo, presentamos las cosas como eran y que cada uno juzgue”, tercia el guionista sobre el mundo que retratan. Pero, además, el lector descubre en cada álbum un fresco social que habla de temas como el racismo, el extremismo o la generación beat. Cada caso, aparte de un misterio, aporta material para la reflexión. Esta vez, de fondo, también se deslizan grandes debates: la transformación de las ciudades, el urbanismo o la corrupción inmobiliaria. Argumentos familiares en España, aunque universales, al fin y al cabo. No por nada, la serie ha sido traducida a decenas de idiomas.

El dibujante Juanjo Guardino (derecha) y el guionista Juan Díaz Canales, en una fotografía tomada en 2008 en Gijón.
El dibujante Juanjo Guardino (derecha) y el guionista Juan Díaz Canales, en una fotografía tomada en 2008 en Gijón.EFE

A ello contribuye, también, su peculiar universo, poblado de animales antropomórficos. En busca de pistas, el gato se cruza con zorros, hipopótamos o serpientes. Una elección que varios cómics han abrazado en las últimas décadas, del celebérrimo Maus (Reservoir Books) a Las 5 tierras (Yermo Ediciones), pasando por Las crónicas del León Melquíades (ECC). Y que los dos autores reivindican. “Se puede buscar rastro de la figura de muchos animales en las distintas sociedades a lo largo de los siglos, desde referencias a la Biblia hasta la literatura de todas las épocas, pasando por la cultura popular o el refranero”, defiende Guarnido. “Te da una riqueza de matices muy explotable”, asegura Díaz Canales. Por ejemplo, con referencias simbólicas o juegos de palabras.

Detrás, los autores juran que no hay ninguna fórmula. Tan solo una regla: “Cada historia debe gustarnos a los dos”. La de Todo cae les intrigó tanto que se fue alargando. Y terminó dividida en dos partes. Para la segunda, habrá que esperar principios de 2023. Aunque sostienen que los ritmos solo los marcan ellos dos. “Nunca nos hemos visto obligados a alimentar el monstruo, a explotar la franquicia. Por eso en 20 años hemos hecho seis álbumes”, explica Díaz Canales. “El objetivo es hacer el cómic que nos gusta a nosotros, aunque siempre hay gente que lo critica por demasiado comercial”, agrega Guarnido.

Otra viñeta de 'Todo cae', sexta entrega de la serie 'Blacksad'.
Otra viñeta de 'Todo cae', sexta entrega de la serie 'Blacksad'.

Blacksad tiene clara vocación de entretenimiento. Es muy agradable a la vista, con una narrativa accesible al gran público, pero eso no está reñido con darle un trasfondo. Hemos intentado guardar ese equilibrio, una historia que no renuncia a la acción pero a la vez trata un tema que nos parezca interesante. No busco casi nunca hablar del presente, pero afortunada o desgraciadamente los argumentos que usamos siempre están de actualidad”, defiende el guionista. Uno de los personajes principales de Todo cae, por ejemplo, evoca a Robert Moses, polémico jefe de urbanismo de Nueva York en la primera mitad del siglo XX.

El comienzo de toda la saga, en cambio, se debe a una inspiración de Díaz Canales. Como en los mejores idilios, Guarnido recuerda hasta el día en que ambos se conocieron: “1 de septiembre de 1990”. Coincidieron en un curso de maquetación, fueron admitidos y descubrieron una pasión común por el cómic. Un día, el guionista enseñó al dibujante una historia corta sobre un gato detective que había preparado. Cuando, tiempo después, Díaz Canales le planteó a su amigo publicar una novela gráfica juntos, Guarnido se acordó de aquel personaje que le había fulgurado. Y aceptó, a condición de que escribieran de John Blacksad. Ambos, a la sazón, trabajaban en la animación a tiempo completo. Pero la fascinación por el tebeo pudo más que su contrato fijo.

Un lugar entre las sombras salió primero en Francia. Donde vivía el dibujante y donde tenía que ser, según Díaz Canales: “A finales de los noventa era absurdo plantearte publicar en España. Habían cerrado prácticamente todas las revistas, no existía un mercado de novelas gráficas”. Mucho ha mejorado, desde entonces, pero prestigio y éxito editorial nacionales siguen lejos de ser comparables con Francia. “Ahí el cómic tiene una tradición y un respeto casi a la altura del cine”, insiste el guionista. Aunque Blacksad tiene seguidores en medio planeta. “Los gatos caemos siempre de pie, pero eso no implica que nos guste merodear por las alturas”, afirma el detective en una viñeta de Todo cae. Su serie lleva, sin embargo, 20 años ahí arriba. Y no muestra ningún signo de vértigo.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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