El castillo romano de Sagunto: una historia milenaria descuidada que no se cuenta al visitante

Cuentan los cronistas que Aníbal cayó gravemente herido por una jabalina y el asedio a Sagunto se detuvo durante semanas. Una vez recuperado, el general cartaginés, al frente de uno de los mejores ejércitos de la antigüedad, acabó con la defensa encarnizada del pueblo íbero de Arse, aliado de Roma, fortificado en el cerro, que fue arrasado tras ocho meses de batalla. Aquella destrucción del año 219 antes de Cristo fue empleada por el imperio romano para declarar la Segunda Guerra Púnica.

Nada de ese episodio histórico, que numerosas generaciones de estudiantes de latín aprendieron de las páginas de Ab urbe condita, de Tito Livio, ni del rico yacimiento arqueológico se cuenta al turista que acude al castillo de Sagunto, que este jueves ha visitado el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes. No hay ninguna señal, ningún panel, ninguna leyenda, ningún código QR que guíe y relate el pasado milenario de una fortificación, cuya estructura se ha ido modificando a lo largo de los siglos y condensa más de 2.500 años de historia. Hay muchas antiguas inscripciones en latín, pero no hay señalética en el monumento nacional, propiedad del Gobierno y gestionado por la Generalitat. No hay servicios de ningún tipo. Los visitantes deben bajar la empinada montaña para encontrar un aseo, como protestaba el italiano Giovani, cerca de lo que fue el foro romano, durante la visita que realizó este periódico el pasado martes.

El ministro ha incidido en que el castillo es parte de “la historia de España y de la humanidad” y ha anunciado que cuenta con 1,1 millones de euros del presupuesto de este año para instalar una señalética que relate esa historia, restaurar partes de la muralla y la puerta de Almenara y habilitar senderos.

Distante 25 kilómetros de Valencia y con unas perspectivas del Mediterráneo, del único horno alto que queda de la siderurgia y de los campos de naranjos que se internan hasta la sierra de la Calderona, el castillo es un hito vertical que se extiende 850 metros de punta a punta sobre el cerro con dos kilómetros de enormes murallas, estratificadas por los restos íberos, romanos, árabes y cristianos.

Cuando se le ha preguntado por el estado de abandono que vienen denunciando desde hace lustros plataformas ciudadanas, Rodríguez Uribes ha insistido en su intención de destinar partidas presupuestarias y en acordar la redacción de un plan integral con las otras dos instituciones competentes, la Generalitat y el Ayuntamiento, además de estrechar la relación del teatro romano con el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) para programar más espectáculos, entre otras actuaciones.

Una prueba de ese abandono es el edificio de interpretación y recepción de visitantes, que alberga también los aseos y debe facilitar el acceso con la apertura de otra puerta, junto al cementerio judío de las faldas del cerro. Su construcción concluyó hace 11 años. Nunca se llegó a inaugurar porque no se planificó el tendido eléctrico y, por lo tanto, no tiene luz. Hoy, está vacío y rodeado de desechos de obra. Costó 1,1 millones de euros, de los que el Ministerio de Cultura aportó casi un millón y el resto, el Ayuntamiento. La Generalitat, titular del espacio, programó hace tres años la instalación del tendido eléctrico con un presupuesto 431.116,95, pero el hallazgo de trazas arqueológicas y después el estallido de la pandemia han demorado la intervención, cuyo inicio la Consejería de Cultura anuncia como inminente.

Conxa Cardo, Celia Paniagua y Antonio Ibáñez se encogen de hombros. Ya no se creen nada. Llevan años y años luchando desde el Col.lectiu Pel Patrimoni Saguntí para pedir inversiones. Sostienen que ninguna combinación política en las tres Administraciones competentes ha sido buena para la promoción y sacar del abandono al castillo, que desempeñó también un importante papel en la Guerra de la Independencia (siglo XIX) y en la Guerra Civil. “Ni cuando han gobernado el PP o el PSOE en las tres Administraciones, el castillo ha sido una prioridad”, apunta Cardo. “Hay dejadez, desidia, no hay aseos, no hay luz, la gente no tiene información. Muchas veces yo mismo me he prestado a contar por dónde entró Aníbal, dónde está el foro romano, o la lápida de homenaje al general Germánico, de la dinastía Julio-Claudia”, comenta Ibáñez. “Hace falta un plan integral que coordine a las Administraciones y, sobre todo, que todas se crean de una vez que hay que poner en valor esta joya abandona”, afirma Paniagua.

La Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura, en manos del PSOE, asegura que ha presupuestado más de medio millón de euros en los últimos tres años y recuerda que el proyecto del centro de visitantes sin luz fue obra de la Generalitat, entonces gobernada por el PP.

Uribes ha asegurado que lo de ahora no se trata de nuevas promesas de futuro, sino de un compromiso presupuestario que pretende dotar de continuidad, siempre y cuando siga ejerciendo el cargo. El ministro ha estado acompañado por el alcalde de Sagunto, el también socialista Darío Moreno, y la delegada de Gobierno en la Comunidad Valenciana y exalcaldesa de la localidad, Gloria Calero.

Horas después de la visita, el ministerio ha enviado datos del presupuesto dedicado al castillo desde 2000, que asciende a seis millones en diversas actuaciones proyectadas por el Plan Rector de 2000-2001, pero sobre todo para la consolidación e intervención de emergencia en la restauración de murallas. Esa cantidad “coloca al castillo de Sagunto como uno de los bienes de arquitectura defensiva que reciben más aportaciones del IPCE [Instituto del Patrimonio Cultural de España] para su conservación”, destaca el ministerio.