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Un arte de la reticencia

'Diario de un invierno en Tokio' es una totalidad en sí mismo y, a la vez, el momento más intenso de una refinada austeridad

Una de las imágenes del libro 'Diario de un invierno en Tokio'.
Una de las imágenes del libro 'Diario de un invierno en Tokio'.Cortesía de la editorial

Febrero de 1999. Matías Serra Bradford (Buenos Aires, 1969) llega a Tokio con una beca para estudiar fotografía en el atelier del maestro Shoji Ueda. Enseguida se entera de que Ueda está enfermo (le quedaban, en efecto, pocos meses de vida) y solo se comunicará con él a través de un intermediario, el señor Yoyogi, que resulta ser un guía extravagante y un intérprete caprichoso. Mientras espera la improbable reunión con su tutor, el autor de este diario pasea por los parques de Tokio, se pierde, mira, saca fotos espectrales (algunas son reproducidas en el libro), piensa: “Primera misa laica de la mañana: ver nevar desde un cuarto de hotel”. Persigue la estela de los grandes orientalistas: Donald Richie, con quien se cruza por casualidad; Arthur Waley, que nunca viajó a Japón.

El libro es una breve unidad de fragmentos, casi ninguno de los cuales excede las pocas líneas. Serra Bradford practica con tal agudeza el arte de la reticencia que cada anotación adquiere varios círculos de resonancia. Se diría que los 20 años transcurridos desde aquel invierno y la publicación del Diario fueron necesarios para desescribirlo, para quitarle toda rebaba verbal. Las entradas se acercan al aforismo, al poema: condensadas, a veces enigmáticas. Se suman a la proverbial sorpresa de Oriente; Henri Michaux empieza Un bárbaro en Asia con estas palabras: “Doce años me separan de ese viaje…”; y también: “Este libro tiene un tono”; el de Serra Bradford es, ante todo, eso: un tono. Roland Barthes, al principio de su libro sobre Japón, que es, en buena medida, un tratado sobre la riqueza del no entender, de la extrañeza, dice: “El texto no ‘comenta’ las imágenes; las imágenes no ‘ilustran’ el texto…”. Serra Bradford anota, por su parte: “Para qué viajar si vine a buscar lo leído”.

Cortesía de la editorial

Conocido en España por su magistral trabajo como antólogo y traductor (La isla tuerta: 49 poetas británicos, 1946‑2006 y La vida y el arte, de Michael Hamburguer, ambos en la gran colección de poesía de Lumen, hoy reducida a una escualidez mortal), Serra Bradford ha publicado en Argentina un puñado de libros de difícil adscripción genérica (La biblioteca ideal, El secreto entre los rusos), pero aunados por la precisión, la economía ambigua y sugestiva. Diario de un invierno en Tokio es una totalidad en sí mismo y, a la vez, el momento más intenso de esa refinada austeridad.

'Diario de un invierno en Tokio'

Autor: Matías Serra Bradford


Editorial: Minúscula, 2020


Formato: Tapa blando o bolsillo. 80 páginas


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