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Crítica | Manhattan sin salida
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La sombra del policiaco

Convencional, un tanto anodino y relativamente entretenido 'thriller' de atracos y fuerzas de la ley

Imagen de 'Manhattan sin salida'. En vídeo, un avance de la película.
Javier Ocaña

En los últimos años uno de los productos genéricos más devaluados de la cartelera cinematográfica española, al menos en cantidad, es el del tradicional policiaco estadounidense. Ya sea porque se hacen menos, porque las series de televisión se han convertido en su habitáculo más adecuado o simplemente porque las distribuidoras españolas están mucho más pendientes de las grandes superproducciones y de los pequeños productos independientes que de traer estos títulos de clase media, donde antes se estrenaban no menos de una decena de ejemplares al año, ahora casi resulta una rareza una película como Manhattan sin salida, convencional, un tanto anodino y relativamente entretenido thriller de atracos y fuerzas de la ley, dirigido por Brian Kirk.

MANHATTAN SIN SALIDA

Dirección: Brian Kirk.

Intérpretes: Chadwick Boseman, Sienna Miller, J. K. Simmons, Stephan James.

Género: policiaco. EE UU, 2019.

Duración: 99 minutos.

Con guion de Adam Mervis y Matthew Michael Carnahan, este muy acostumbrado a los entresijos de la autoridad y de la corrupción en notables películas como Leones por corderos, escrita en solitario, La sombra del poder y la reciente Aguas oscuras, ambas con libreto en compañía, Manhattan sin salida intenta entroncar con el acervo de los mejores practicantes de la tragedia social americana del crimen y las corruptelas, la que va de Sidney Lumet a James Gray. De hecho, apunta asuntos de ambos: la obsesión por la ausencia del padre y su marca indeleble en el caso del autor de La noche es nuestra; y la carga social, la purga de los pecados, la inevitabilidad del castigo y la rebeldía en el fango del creador de Serpico y El príncipe de la ciudad. Pero no le alcanza en absoluto porque una cosa es apuntar y otra lograr.

La dirección de Kirk, veterano realizador de televisión con créditos en capítulos de Luther, Juego de tronos, Dexter y Penny Dreadful, resulta competente pero apenas aporta detalles de estilo, salvo una buena persecución a pie por las calles nocturnas de Manhattan. Y recoge de aquí y allá, homenaje incluido a la mítica secuencia del metro protagonizada por Fernando Rey en French connection, sin lograr escapar de una previsibilidad que, entre drogas, blanqueadores de dinero y policías a los que no les llega con el sueldo, nunca deja huella.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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