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La cultura se queda en casa

El mercado digital salva el consumo del ocio cultural, según las cifras presentadas por la Fundación SGAE, que alertan del frenazo y riesgo de las artes en directo y cine si no se adaptan al nuevo modelo

Reed Hastings, en 2002, dentro de un carrito lleno de DVDs de Netflix preparados para ser envíados a sus clientes.
Reed Hastings, en 2002, dentro de un carrito lleno de DVDs de Netflix preparados para ser envíados a sus clientes.Justin Sullivan (Getty)

Los números cantan: la actividad cultural no se ha recuperado de la crisis financiera y, según los analistas de la SGAE, no se va a volver a recuperar. Aquellos maravillosos años, antes de que la crisis arrasase con todo, ya no se esperan. La melancolía ha sido desbordada por la esperanza de un nuevo agente que ha llegado para reactivar el consumo y los hábitos de ocio cultural: el mercado digital. Según los datos desvelados por la encuesta de 2018 de la Fundación SGAE, la recaudación de las artes en directo se tambalea (y sufre ante la amenaza de una nueva crisis financiera), mientras que los balances de las artes grabadas sacan músculo.

Los expertos de la entidad llaman “sensato” al crecimiento de las artes escénicas, música popular y música clásica. Pero las subidas son mucho menores que las del mercado digital. Las artes escénicas han recaudado un 1,5% más que en 2017, la música clásica un 3,1% y la música popular –gracias a los macrofestivales– un 7,1%. “Experimentamos una variación positiva tímida, pero son incrementos sostenidos”, ha explicado Rubén Gutiérrez, director de la Fundación SGAE, responsable del anuario de las artes escénicas, musicales y audiovisuales.

La recaudación de la música grabada digital creció un 10,8%. En los últimos diez años, el mercado de música grabada en soportes físicos ha perdido un 71,8% de su recaudación, pero el digital ha visto cómo sus resultados han crecido un 437,5%. “El digital sigue aumentando su representación en el mercado de la música grabada, alcanzando el 71,2% del total”, asegura el informe. Además, el 63,1% de los encuestados aseguran estar abonados a alguna de las plataformas que ofrecen televisión de pago a la carta.

El cambio de modelo

Lo más significativo sucede en el audiovisual. El sector “está sufriendo un cambio de tendencia que perjudica al mercado físico más tradicional”. El porcentaje de población que ha visto contenidos en streaming se ha disparado hasta el 40,2% y el de la población que se descarga estos contenidos cae en picado al 6,7% (en 2014 era del 16%). Es una tendencia que se apunta también en los datos recogidos por la macroencuesta del Ministerio de Cultura.

El auge de las plataformas de pago ha disparado el consumo audiovisual, reducido drásticamente la piratería cultural y frenado la asistencia a las salas de cine (a pesar de la bajada del IVA de las entradas). El número de sesiones se reduce en un 1% en las salas de cine. “Es una tendencia a un paso atrás”, asegura Rubén Gutiérrez. “Mientras el resto de actividades crece levemente, el cine va hacia atrás. Es una estabilidad a la baja”, ha añadido. En cuanto a los espectadores en salas también hay un tropiezo, con una caída del 2,5%. Es la misma cantidad perdida en la recaudación. “Estos descensos son el reflejo del cambio paulatino e importante del consumo audiovisual con la llegada de las plataformas”, ha señalado Gutiérrez.

Los abonos a estas plataformas de pago han crecido de un 43% en 2017 a un 63,1% en 2018. “Esto es muy importante”, dice Pilar Granados, directora general de CIMEC. Los especialistas aluden a las ventajas de un precio reducido para su explosión en los hábitos de los consumidores. “Nadie espera ya una vuelta a lo anterior. Esto el sector lo tiene clarísimo. Siempre habrá salidas al mercado físico, pero el modelo de negocio no es ese, es el digital. Y dependerá de cómo se adapten a los nuevos territorios”, explica Granados, para quien el sector ha aceptado un modelo nuevo “lleno de oportunidades”.

El rebote también llega a los ingresos por publicidad de las televisiones, que sufren un frenazo. Dejan de crecer y descienden levemente. "Puede ser una tendencia. Debemos estar muy atentos a la recolocación de esa publicidad en el sector audiovisual", comenta Gutiérrez. La radio gana un 3,3% en ingresos publicitarios, “un crecimiento considerable”.

El directo se muere

Sin embargo, en este descenso de un tercio de la actividad cultural de hace diez años solo los macrofestivales han sobrevivido a ese modelo que se apaga lentamente. A pesar de haber sufrido un frenazo en la recaudación de 2018, para Gutiérrez no se trata de una burbuja que ha pinchado. “Es un sector sólido y estable, muy profesionalizado y con un público que lo ha incorporado a sus pautas de ocio. Quizá haya llegado a sus máximos resultados”, ha añadido el director de la Fundación SGAE.

Mientras el volumen de consumo digital se dispara, las cifras de asistencia fueron poco alentadoras en 2018 para las artes escénicas, que crecieron un 1,9%, y para la música clásica, que tuvo un 2,9% más de espectadores. Aquella esperanza de que lo digital generaría la necesidad de un consumo en directo parece haberse convertido en un mito.

Es el síntoma de la imposibilidad de recuperación de las cifras previas a la crisis financiera y del modelo físico. “Puede haber una recuperación importante del sector. Gracias a los presupuestos familiares destinados a la cultura del digital. En el futuro no sabemos qué puede pasar, tampoco descartaría el renacer de las salas de cine”, ha señalado Gutiérrez, para quien el sector “se cura lentamente” y cruzando los dedos para que no vuelva otra crisis.

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