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Nach: “Las condenas siempre juegan en contra del ‘hip hop”

El rapero estrena su sencillo 'Grande', preludio de un disco que se publicará después del verano

Andrea Nogueira Calvar
El rapero Nach posa tras presentar su tema 'Grande' en Madrid.
El rapero Nach posa tras presentar su tema 'Grande' en Madrid.ANDREA COMAS

Ignacio Fornés (Albacete, 1974) es de la rama de los “tranquis” del hip hop, aunque por ese nombre solo lo conocen sus allegados. Nach, su alias en la música, define así a quienes, como él, impulsaron los rapeos en España hace más de 20 años y hoy siguen en la cumbre del género. Con su estilo pausado, que difiere de los estereotipos del hip hop, y una voz caracterizada por su profundidad ha logrado auparse como uno de los raperos más respetados del panorama nacional. Acaba de presentar su tema, Grande, anticipo de un disco ignoto todavía, pero que llegará tras el verano, y con el que advierte que lo mejor aún está por llegar.

Pregunta. En su nuevo videoclip se le ve construyendo un trono de la música, ¿se siente en la cumbre?

Respuesta. Más que encumbrado, me siento cómodo en ese espacio que he construido. Es un espacio hecho con mucho trabajo e ilusión, un sitio que representa toda la capacidad que creo que tengo. Estoy en un momento de buena autoestima para decir esto soy yo y puedo hacer muchísimas cosas más de las que he hecho. Es todo lo que he trabajado, son mis recuerdos y la gente que tengo cerca y lo que quiero demostrar es que sigo aquí y sigo fuerte.

P. El disco saldrá después del verano, ¿por qué tanta antelación para presentar el primer sencillo y qué se puede esperar del disco?

R. El disco hoy en día no es el motivo principal de un artista, sino el colofón. La gente busca las canciones en internet, quiere escucharlas, pero también ver su vídeo. La idea es ir presentando canciones y creo que, mirando al futuro, más que pensar en discos voy a pensar en canciones. Y lo de tanto tiempo de adelanto es por hacerlo todo bien y disfrutar del proceso. A veces es todo tan inmediato que acabas por no disfrutar por el estrés y no quería que me pasara eso. 

P. Después de 20 años, ¿el rap ha cumplido sus expectativas?

R. Las ha superado. Nunca esperé ni planeé dedicarme a esto profesionalmente, siempre pensaba en tener mi trabajo aparte y hacer esto como inquietud personal. Haber viajado a tantos países con mi música, haber podido expresarme de maneras que ni concebía, haber conocido a tantas personas, haber hecho conciertos multitudinarios… las supera de aquí a Urano.

P. Con este recorrido y teniendo en cuenta su carrera de sociólogo, ¿cómo analiza la aceptación del rap por parte del público español?

R. Cuando estaba en el instituto éramos dos los que escuchábamos rap, ahora son dos los que no. Ese es el cambio más significativo. En aquella época nosotros luchábamos por decir: "Tío, esto mola, esto es auténtico, escúchalo”. Poco a poco se fue expandiendo con sus luces y sombras, porque a veces comete errores y tiene discursos o actitudes que no son las mejores y que no comparto, pero es como cualquier tendencia artística. Cuando hacíamos jams venían los 60 de siempre, hasta que se fue metiendo más gente y los que entonces eran niños hoy son veteranos. Es increíble ver cómo pasa el tiempo y las cosas van evolucionando. Con la aparición de internet todo petó porque permite que no haya límites. Ahora muchos cantantes de pop meten colaboraciones de rap o trap.

P. Hacía alusión a los discursos con los que no está de acuerdo. Los referentes del rap en español, los veteranos como usted, se han diferenciado de la estética más violenta, ¿no?

R. Somos gente más adulta, más tranquis y no necesitamos entrar a beefs con nadie ni mostrar una imagen más agresiva de lo que somos porque tenemos claro quiénes somos. Hay una parte del hip hop que igual no es tan mainstream que tiene que ver mucho con lo que hacemos nosotros, peña como Statik Selektah, que hacen hip hop muy tranqui.

P. ¿Siente responsabilidad a la hora de componer las letras pensando en la masa de gente más joven que escucha rap o cree que no tiene que asumir ese trabajo?

R. Piensas en quién te va a escuchar y cómo lo va a percibir, pero en mi caso no dejo que eso transforme lo que escribo. Lo que pongo en el papel es algo que no puedo controlar porque es muy mío y si empiezo a dejar que eso entre, creo que va a perjudicarme. Pienso menos cosas de lo que a lo mejor la gente se cree.

P. La limitación en la libertad de expresión que se está viendo con las condenas a raperos y otras personas, ¿le preocupa? ¿Cree que juegan en contra del hip hop porque recuperan antiguos prejuicios?

R. Las condenas siempre juegan en contra del hip hop y del ser humano, sobre todo cuando son desproporcionadas y contradicen la libertad de expresión. Intento ser práctico y objetivo: ¿Qué cosas perjudican realmente y cómo se colocan las condenas en relación a eso? La repercusión de un rapero enfadado más agresivo, radical o bestia frente a otras cosas que hacen mucho más daño me parece desproporcionadísimo. Creo que al ser humano se le ha manipulado en relación al miedo. También a través de los medios de comunicación se hace mucho y a través de formas indirectas como la de maltratar y acallar el arte y dificultar la expresión, porque el conocimiento no se compra.

"Ser purista me parece una equivocación"

P. ¿Cómo es su relación con el público latinoamericano? Cuando viaja allí la gente se vuelve loca.

R. Es un subidón. Adoro mi país, pero quizás porque he visto más de España que de Latinoamérica, cuando voy allí me llevo siempre la sorpresa por cómo me trata el público y cómo se llenan los conciertos. Me doy cuenta de que mi vida ha llegado a lugares que no esperaba. Recuerdo cuando con 16 años estaba en una librería viendo una guía de viajes y me decía a mí mismo: ¿cómo haré para llega a estos sitios? Había un deseo y la música lo ha cumplido. Creo que la gente nota el agradecimiento y yo estoy encantado.

P. Ellos están muy pendientes de lo que se hace en España. No sucede tanto al revés...

R. Cada vez nos fijamos más. Los músicos, poetas, artistas visuales… hay mucho donde rascar y con una visión que a mí me explota en la cabeza.

P. Hace unos meses estuvo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en México, con su libro Hambriento. ¿Qué parte de tu expresión no cubría el hip hop?

R. Yo creía que el hip hop cubría prácticamente todas, lo que pasa es que me considero un artista de la palabra porque me llena y quiero probarme, por eso hice mi disco de slam. Luego había una necesidad de contar desde otro punto de vista. A veces el hip hop es como estar en un bar con música contándole cosas a tus amigos. La poesía fue mirarme en un espejo en el silencio y decirme cosas a mí mismo. La cantidad de posibilidades que da el arte es infinita y con la poesía me di cuenta de que podía expresar determinadas cosas que con el hip hop no había conseguido. Eso me gustó por lo que tenía de terapia y de probarme a mí mismo.

P. Cuando uno se mete en un terreno que no es el suyo, le llueven críticas, pero me imagino que en contra de esto, apuesta por popularizar la creación literaria.

R. Por supuesto. Ser purista en cualquier cosa me parece una equivocación. Toda esta ola de cantautores que escriben poesía y otros autores creo que ha ayudado mucho a que se lea poesía de una manera mucho más bestia y eso siempre es bueno. Luego la gente seguirá investigando y cubriendo sus necesidades con unos autores u otros.

P. Entonces Hambriento no será una anécdota.

R. Me ha aportado mucho y voy a ver qué me puede dar de sí el segundo libro.

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Sobre la firma

Andrea Nogueira Calvar
Redactora en EL PAÍS desde 2015. Escribe sobre temas de corporativo, cultura y sociedad. Ha trabajado para Faro de Vigo y la editorial Lonely Planet, entre otros. Es licenciada en Filología Hispánica y máster en Periodismo por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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