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Los cuadros del Thyssen ganan luz

La pinacoteca cambia la iluminación para mejorar la conservación de las obras y su disfrute y reducir el consumo energético

Una de las salas del Thyssen madrileño con la nueva iluminación.
Una de las salas del Thyssen madrileño con la nueva iluminación. MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA (Europa Press)

Está claro que un museo sin obras pierde su sentido, pero ¿y sin luz? Sin iluminación tampoco lo tendría. Pero la importancia de este elemento no radica solo en que haya o no. Tiene un papel fundamental, tanto en la conservación de las piezas como en el disfrute de las mismas. Cuántas veces los reflejos juegan malas pasadas e impiden observar una pintura y el control de los luxes (unidad de iluminancia) es fundamental sobre todo en materiales frágiles como el papel o el tejido, pero también en la pintura.

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En este sentido, el Museo Thyssen-Bornemisza, cuya tecnología ya estaba obsoleta, ha iniciado un proyecto de cambio de la iluminación de las aproximadamente 80 salas de su colección permanente y de las de exposiciones temporales, un proceso que terminará antes del comienzo del verano. Los trabajos —que ya han empezado, ya hay una decena de espacios renovados— no afectarán al público, se realizarán cuando el museo esté cerrado.

La pinacoteca cuenta con la colaboración de la Fundación Bancaria La Caixa y de Sylvania, un proveedor líder en el sector que ha trabajado, entre otros, con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, para esta renovación con la que a través de las posibilidades que ofrecen los led se lograrán mayores niveles de eficiencia energética, se mejorará la conservación de las obras expuestas y se favorecerá su apreciación en unas condiciones más próximas a la luz del sol, “pero sin los inconvenientes que esta supone”, especificó ayer el director artístico del museo, Guillermo Solana. Se realzarán los colores y matices, con una alta fidelidad cromática que potencia zonas oscuras y logra colores más luminosos e intensos, especialmente los rojos. Además, se pueden apreciar mejor pequeños detalles y se reducirán los deslumbramientos provocados por reflejos. “La luz, además de ser el medio con el que se trabaja, es el corazón del museo”, comentó Solana.

También afectará al consumo, si se compara la potencia necesaria para los 2.136 halógenos que hay ahora con la de los nuevos 1.700 focos. Según los datos de 2017, el ahorro estimado será de un 60%.

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