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La ruta hacia el éxito ‘indie’ de IZAL

La banda madrileña, nacida en un garaje hace ocho años, llega a un gran público joven sin renunciar a su filosofía independiente. Ahora, publica nuevo disco, 'Autoterapia'

El grupo musical IZAL posando en las calles de Madrid.
El grupo musical IZAL posando en las calles de Madrid.KIKE PARA (EL PAÍS)
Fernando Navarro

Todavía recuerdan cómo era la conocida ruta de los sordos. Primero visitar una discográfica, luego otra, después otra y así hasta tachar todas del cuaderno. “No existíamos”, señala Mikel Izal, cantante y compositor de IZAL. “El disco iba directo a cajones”, añade el baterista Alejandro Jordá. Corría 2010. IZAL, que cerró su última gira en febrero de 2017 ante 17.000 personas en el WinZik Center en Madrid, eran entonces un grupo de chavales a los que nadie escuchaba. Hoy su realidad es bien distinta: El Pozo, el sencillo de adelanto de su nuevo disco, Autoterapia, se ha colado en lo alto de las listas de éxito españolas en plena vorágine de Operación Triunfo.

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Sin una plataforma como la televisión ni el aparato promocional de OT, Autoterapia se publica este viernes 9 de marzo. El álbum, al que el grupo introduce por primera vez instrumentos como el banjo, el pedal steel, el tres cubano o el violín –tocado por Ara Malikian-, supone un viaje, según Mikel Izal, hacia “la búsqueda de la felicidad” individual. “La primera persona del singular está más presente que nunca. El denominador común es buscarme a mí mismo”, dice el cantante y compositor. “Antes estaba más entretenido en otras cosas como vivir el momento increíble, pero ahora lo que me obsesiona es la búsqueda de la felicidad. Somos un poco yonkis de las emociones y del momentazo. Estar en una banda tiene el peligro de que sabes que eso siempre va a pasar y lo buscas y necesitas, pero no es la felicidad”, reflexiona.

Grabado en la casa mural de Tarragona, bajo la producción de Santos & Fluren, Autoterapia llega con su aire de pop épico después de seis meses de parón por el fin de gira colosal en Madrid del anterior trabajo, Copacabana. ““Este disco es una sensación de volver a empezar. Habíamos escrito un libro en los últimos siete años, pero había que pasar página”, comenta Mikel. Siete años desde que empezaron en Madrid en un garaje de Sainz de Baranda y tocaban en garitos cada fin de semana, eso que llaman “garitebear”. “Nos repartíamos el dinero y tocábamos a 12 euros cada uno”, cuenta Jordá. “Pero estábamos muy contentos si veíamos a cinco personas comprando el disco”, añade. “La tendencia de la gente era crucial”, explica Mikel. “Había tanta que se subía al carro tras el concierto que nos hacía intuir que había algo más. Nos decíamos: a ver si tenemos la suerte de que un festival nos programe para poder compartir nuestra música ante más personas”.

Así sucedió y fue clave. Tras su particular ruta de los sordos, tocaron en Sonorama Ribera y de ahí a varios festivales de forma progresiva, sumando decenas de conciertos al año. Como tantos grupos y músicos españoles que también movilizan a un público joven, IZAL viene de otro territorio bien distinto al de Operación Triunfo. El grupo representa la culminación del indie como un fenómeno de grandes audiencias. Forman parte de la liga de los primeros espadas indies, junto a Vetusta Morla, Supersubmarina, Love of Lesbian o Leiva, entre otros. A ninguno de estos representantes les gusta referirse a ellos mismos como indies, pero sin ellos no se entendería el éxito del fenómeno. “Formamos parte de la revolución del momento. Hemos estado ahí en medio cuando ha sucedido”, reflexiona el bajista Emanuel Pérez Gato. “La gente ha marcado el cambio con la forma de compartir música. Ellos han tomado el mando de lo que escuchan. Por ejemplo, antes el tema de la Vuelta Ciclista a España era una canción que marcaba y todo el mundo quería estar en ese escaparate, pero ahora ya no”, explica Mikel. “Vivimos una época muy democrática musicalmente hablando”, sentencia.

La palabra indie ha perdido significado para aglutinar en España a toda una escena musical variopinta y repleta tanto de referentes independientes como pertenecientes a grandes sellos discográficos. A diferencia de otros compañeros de generación, IZAL forma parte del primer grupo. Desde sus orígenes mantienen su independencia discográfica y son dueños de todas sus decisiones. “Nuestra autogestión es vital”, afirma Mikel. “Dentro de una discográfica hay un montón de gente. Desde un apasionado de la música hasta alguien que sólo mira el euro. Nosotros no podríamos aceptar que nos venga un señor con un traje y nos diga que en Navidades tiene que salir el disco porque es mejor. Ya ni te cuento que se meta en las letras o en las canciones que deben ir”. El teclista Iván Mella añade: “O que meta el disco en el cajón porque dice que ahora hay otras prioridades”.

En 2016 ganaron Premio Fest al mejor directo y se convirtieron, según un estudio elaborado por Ticketea, en la banda favorita de los jóvenes para ver sobre el escenario de un festival. “Cuanta más gente mejor. Ha habido cosas masivas que han sido increíbles en la historia de la música. ¿Por qué no va a serlo esta generación de músicos españoles?”, se pregunta Mikel. La respuesta está en los escenarios, donde IZAL hace mucho tiempo dejaron atrás la ruta de los sordos.

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Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

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