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arte

Entre cuerpo y tablero

La artista Andrea Canepa especula sobre las construcciones ficticias del juego en su nueva exposición en Valencia

Fotograma de 'Until it Lives in the Muscle' (2017).
Fotograma de 'Until it Lives in the Muscle' (2017).

Límites, reglas, restricciones. Vivimos rodeados de ellas en una sociedad en la que, cada vez más, todo es mensurable. Las jerarquías institucionales del tiempo —aquellas que representan la verticalidad— se diluyen en el sinfín de posibilidades que ofrecen la flexibilidad, la movilidad y la comunicación. Armas de doble filo que esconden una paradoja: hacen del mundo un lugar más plano. En La utopía de las normas, el antropólogo David Graeber explica la naturaleza ambigua de las reglas que codifican la interacción humana, una ambigüedad que tiende a desaparecer cuando participamos en un juego. Para Graeber, el placer de jugar reside en su condición normativa. Para la artista Andrea Canepa (Lima, 1980) constituye la premisa desde la que elaborar su trabajo artístico.

Su actual exposición Margen de juego en la galería Rosa Santos de Valencia presenta dos proyectos que se alejan de lo lúdico para especular sobre las construcciones ficticias del juego. Juego entendido como herramienta de afecto y efecto en los cuerpos que produce una realidad social y cultural. La primera instalación, Anschauung (2016), hace referencia a la posibilidad de un sentir inmediato, aquel que pretende alejarse de la interpretación racional. Aunque podríamos traducir el término alemán como “intuición”, descuidaríamos el matiz que tiene que ver con el potencial sensorial sobre el que se construyen los conceptos abstractos. Canepa toma como punto de partida los procesos pedagógicos experimentales del XIX y XX. Concretamente, parte del gran cubo del binomio Montessori, dividido en prismas desplegados en el espacio donde cada corte genera una nueva parte de un todo. La instalación incluye una proyección que presenta materiales de enseñanza desde Fröbel hasta Dienes, así como tres telares-pizarras que refieren a Kandinsky, Klee o Pestalozzi. Estas formas que remiten al suprematismo o constructivismo funcionan como bisagra para la segunda parte de la muestra, surgida tras sendas residencias en Beta-Local (Puerto Rico) y Bauhaus (Dessau).

Y es que, aunque compuestos, los códigos del juego dejan margen a la posibilidad, a nuevas formas instituyentes, es decir, a nuevas verticales que se erigen desde la planicie del tablero de juego hacia nuestros cuerpos. La magnífica videoperformance Until it Lives in the Muscle (2017) recurre al principio coreográfico basado en el sistema de notación del pionero de la danza moderna Rudolf von Laban, al ballet triádico de Schlemmer o los ritmos de Roth. Canepa propone un juego de signos con los que tres bailarines interpretan una suerte de partitura a caballo entre la concreción de las formas y la abstracción de movimientos corpóreos. El vaivén entre el tablero y sus ejes, las reglas y el azar, lo concreto y lo abstracto, nos permite imaginar una posible instauración del equilibrio.

‘Andrea Canepa. Margen de juego’. Galería Rosa Santos, Valencia. Hasta el 9 de febrero.

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