_
_
_
_
_

El sátiro mordaz de Italia

Stefano Benni publica en España 'Margarita Dolcevita', una mezcla de ironía, política y fábula que vendió 400.000 copias en su país

El escritor Stefano Benni.
El escritor Stefano Benni. BARBARA LEDDA (PHOTOMOVIE)
Tommaso Koch

Silencio absoluto. Ni una sola risa. Los finlandeses no tienen precisamente fama de expresivos, pero aquello superaba los peores agüeros. El auditorio escuchaba y no se inmutaba: tan gélido como un invierno en Laponia. A Stefano Benni (Bolonia, 1947) debieron de entrarle escalofríos. Hasta que descubrió la razón: “Por error, en vez de un relato cómico leyeron uno de mis ensayos: 'Belleza y muerte en Edgar Allan Poe”. El autor recuerda otra conferencia, en la universidad de Tokio, cuando se sorprendió de que el público japonés estallara en carcajadas justo en los mismos puntos en los que solían hacerlo los italianos. Las dos anécdotas sirven de carta de presentación de Benni: su obra abarca del cuento al teatro, del periodismo a la poesía; sus libros han enamorado a Italia y luego alcanzado más de 30 países. Y, sobre todo, escriba lo que escriba, su pluma hace cosquillas y pellizca. Virtudes de la buena sátira. Valga como prueba la novela Margarita Dolcevita, que Blackie Books publica ahora en español.

“El libro fue escrito hace 10 años. En los encuentros en escuelas y librerías, me visitaban muchas Margaritas, niñas listas, anticonformistas, lectoras apasionadas. Me confesaban su incomodidad en estos tiempos de resignación cultural y que a menudo los compañeros de clase les tomaban el pelo. Así que he querido defender a las irónicas y rebeldes Margaritas”, explica el autor por correo electrónico —lo prefiere respecto al teléfono—. Para homenajearlas a todas, ha creado a una joven inteligente y risueña, con algo de sobrepeso y un corazón tan grande como débil. Benni cuenta cómo afronta Margarita la aparición en su barrio de los perfectos vecinos Dal Bene, con su burbuja de confort y su canto de sirenas tan seductor. Pero, en el fondo, narra la imposible resistencia frente al consumismo y el aplastante poder de convicción de la sociedad sobre el rebaño.

Margarita Dolcevita es una mezcla de comedia, realismo mágico y compromiso político”, lo resume su amigo Jonathan Coe en The Guardian. Elaborado en un periodo especialmente duro —“estaba muy enfermo. Cuando tienes que ocuparte de tu cuerpo, es difícil cuidar el alma y los sueños. Escribir fue una cura lenta”—, el libro logra mantener el sello Benni. El italiano es conocido por la ironía, los juegos de palabras, las parodias de los distintos estilos literarios y los neologismos. Cada página parece declarar su amor y respeto por el lenguaje. Y sus ganas de reírse ante cualquier adversidad. “El humor me ha salvado la vida más de una vez”, defiende.

Trasladar todo ello a otro idioma es “un desafío formidable”, escribe Coe. Así que Benni se confronta a menudo con los traductores de sus obras, con “decenas de mails de dudas y propuestas”. Y agrega: “Dispongo del italiano, uno de los idiomas más bellos del mundo, donde están el latín, el griego, el árabe, el catalán, idiomas, jergas, dialectos hermosos. Una lengua orquestal de la que quiero tocar todos los instrumentos”.

Países tragicómicos

Aunque describan a menudo situaciones o personajes delirantes, o tal vez justo por eso, los libros de Benni hablan también de política y sociedad. ¿Cree que la situación de Italia es más hilarante o dramática? "Como en España, un día se ríe, un día se llora, uno se espera el apocalipsis, el otro se dice: 'Vamos a arremangarnos e intentar hacerlo mejor'. Somos países donde lo trágico y lo cómico bailan el tango juntos".

Y cada vez más. Tal vez por compromiso con los miles de lectores —Margarita Dolcevita vendió 400.000 copias solo en Italia—, o quizás por otro acto de resistencia. El caso es que el autor se ha impuesto subir el listón de su propia exigencia. “A lo largo de los años, he sentido más responsabilidad. En un mundo sumergido en informaciones apresuradas y a menudo falsas, trato de no desperdiciar ninguna palabra. Y siempre le he pedido más a mi escritura. Antes reelaboraba una página 10 veces; ahora, 50”, relata.

“Ahora” significa 70 años recién cumplidos. Varios medios italianos le han pedido balances que él ha rehuido. Entonces, ¿qué le pide al futuro? “No creo que escriba más novelas. Me gustaría seguir llevando al teatro las lecturas que más amo, como Lolita de Nabokov o los cuentos de Cortázar. Y espero retomar un texto que solo saqué al escenario una vez: Gatomaquia, de Lope de Vega”. A menudo, en cambio, sale a relucir el chaval entusiasta y soñador que habita en Benni. Por algo, tantas décadas después, al escritor aun le llaman “Lobo”, el apodo que le acoplaron cuando apenas era un niño: “Vivía en la montaña. He visto lobos a cinco metros. Nos miramos durante horas. Ha sido un encuentro mágico, estaba como hechizado”.

Algo parecido le gustaría que sucediera con sus libros. Lo peor, para Benni, no es que alguien los critique: la etiqueta que menos soporta es “carino”, bonito. “Querría que, como todas las pasiones, removieran. Que hicieran desear leer más, embarcarte en un galeón o subirte a una nave espacial”. En definitiva, que sus lectores no se conformen y se atrevan. Él mismo lo hizo cuando rechazó hace dos años un premio que le iba a entregar el ministro de Cultura, Dario Fraceschini, debido a los recortes del Gobierno a las artes. "No creo que haya mucho que celebrar. Aceptamos responsablemente los sacrificios, pero no el de la inteligencia", escribió en su perfil de Facebook. Otro arañazo del Lobo.

COMPRA ONLINE 'MARGARITA DOLCEVITA'

Autor: Stefano Benni. 


Editorial: Blackie Books (2017).


Formato: tapa dura (224 páginas).


Por 18,90€ en Amazon

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_