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LIBROS

La tragedia de la vida

Una nueva traducción recupera 'El buen soldado', obra maestra de Madox Ford sobre la decadencia y la mentira

El autor británico Ford Madox Ford.
El autor británico Ford Madox Ford.E. O. HOPPE / GETTY

"Esta es la historia más triste que he oído jamás. Habíamos tratado íntimamente a los Ashburnham durante nueve temporadas en la ciudad de Nauheim... O, para ser más exactos, habíamos tenido con ellos un trato tan holgado, cómodo y, al mismo tiempo, tan estrecho como un buen guante en nuestra mano. Mi mujer y yo conocíamos tan bien al capitán Ashburn­ham y a su esposa como es posible conocer a alguien y, a pesar de todo, en cierto sentido, no sabíamos nada de ellos. Esta es, supongo, una situación que sólo puede darse cuando se trata con ingleses, de quienes, hasta hoy mismo, si me paro a pensar en lo que sé de este triste asunto, sigo sin saber nada en absoluto. Hasta hace seis meses, jamás había estado en Inglaterra y, desde luego, jamás había sondado las profundidades de un corazón inglés. Sólo había conocido su superficie”.

¿Quién es esta persona que habla? ¿Conoce o no conoce bien a los tales Ashburnham?

Este misterioso comienzo es tan sugerente como extraño, pero contiene la clave del desarrollo y conclusión de El buen soldado, de Ford Madox Ford, una de las novelas más redondas y perfectas del pasado siglo XX, recuperada ahora con una traducción de Victoria León para la editorial Sexto Piso.

Durante los tres primeros capítulos, el relato del señor Dowell (el narrador), todo sucede dentro de una linealidad explícita y cronológica: habla de sí mismo; de su mujer, Florence; de la familia de ella; de su muerte casi coincidente con la de su tío Hurlbird, cuya consecuencia fue que Dowell recibió en herencia una considerable cantidad de dinero que lo puso a salvo de cualquier contingencia. Justo después recibe una angustiosa llamada de Teddy Ashburnham; tanto él como su mujer, Leonore, necesitaban hablar con él. A su llegada a Inglaterra, encuentra a su amigo al borde de la desesperación. De ahí saltamos atrás, a 1904, en el balneario de Nauheim, cuando las dos parejas se conocen y, aparentemente, empiezan a intimar. Ya están establecidos los dos tiempos de la narración: el de narrador que cuenta lo que sucedió y el del momento a partir del cual se conocieron las dos parejas.

Lo que sigue es un relato diabólicamente inteligente que trata de esclarecer lo que había detrás de cada personaje. Y lo que hay detrás es una historia terrible de decadencia, mentiras, engaño, pasiones desatadas, maldad, egoísmo, celos, represión y dureza que componen una tragedia de la vida contada desde los restos del desastre.

En el mundo de la teoría literaria, a la figura del narrador de esta novela se le conoce como “narrador no fiable”. No se trata de un mentiroso o un tergiversador necesariamente, sino alguien que por su manera de contar, de seleccionar los acontecimientos y por el caprichoso orden en que va ofreciendo sus revelaciones, crea la sospecha, o al menos la incomodidad, en el lector. Una sospecha que la narración no aclara todo lo que debiera aunque el contenido de la misma sí queda expuesto de una manera comprensible.

Los hechos reveladores van apareciendo a conveniencia del narrador, que oculta o desvela según le parece, con saltos atrás y adelante que se atienen al interés del narrador, lo que obliga continuamente a atar cabos y crea el soberbio y terrible clima de tragedia humana que atraviesa la historia. Es, sin duda, una obra maestra cuyo argumento el lector me agradecerá que no se lo adelante ahora.

Ford Madox Ford (1873-1939) es un escritor inglés, fundador de la revista The English Review y posteriormente de la Transatlantic Review, donde publicó a los más grandes autores ingleses de la época. Fue amigo personal de Joseph Conrad además de coautor en tres novelas. Su otra gran obra es El final del desfile (editorial Lumen, 2009).

El buen soldado. Ford Madox Ford. Traducción de Victoria León. Sexto Piso, 2016. 256 páginas. 19,90 euros

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