El hombre que dijo no
Es fácil entender por qué alguien como Abel Ferrara tiene autoridad para considerarse uno de los posibles hijos de Pasolini
“Las pocas personas que han escrito la historia son las que han dicho no —los santos, los eremitas, pero también los intelectuales—, y no los cortesanos y los asistentes de los cardenales. Para ser eficaz, el rechazo no puede ser puntual, ha de ser grande, total”, le decía Pier Paolo Pasolini, horas antes de su muerte, al periodista de La Stampa Furio Colombo. Esa última entrevista, recogida en el libro, iluminador e imprescindible, Demasiada libertad sexual os convertirá en terroristas (Errata Naturae), es la perfecta pieza de acompañamiento a la elegía fragmentaria, sensible y poliédrica que Abel Ferrara ha dedicado al artista italiano cuando se cumplen cuarenta años de su brutal asesinato en la playa de Ostia. Pasolini acababa de terminar una película de discurso terminal e inasumible, —Saló o los 120 días de Sodoma (1975), que no hablaba tanto del fascismo en tanto que pesadilla conjugada en pasado como de la interiorización de sus mecánicas en nuestra sociedad de consumo— y estaba a punto de iniciar su proceso de doblaje al francés. El feroz intelectual se despidió de Furio Colombo prometiéndole unas notas a la mañana siguiente para matizar sus declaraciones. Lo que apareció a la mañana siguiente fue un cadáver, corroboración macabra de algunas de las palabras del artista: “Con la vida que llevo, yo pago un precio… Es como alguien que baja al infierno. Pero cuando vuelvo —si vuelvo— he visto otras cosas, más cosas”.
Es fácil entender por qué alguien como Abel Ferrara tiene autoridad para considerarse uno de los posibles hijos de Pasolini: a ambos les une la voluntad de formular preguntas incómodas desde los territorios de exclusión de la normalidad, el poder y el gusto dominante. Asimismo, estaba claro que el autor de Teniente corrupto (1992) no iba a acercarse desde la cómoda posición del biopic convencional. Lo que quizá no entraba en ninguna previsión era que Ferrara marcase con tanta fuerza, a través de esta película, un particular punto y aparte con respecto a las últimas derivas estilísticas y conceptuales de su trayectoria.
PASOLINI
Dirección: Abel Ferrara.
Intérpretes: Willem Dafoe, Riccardo Scamarcio, Maria de Medeiros, Ninetto Davoli, Valerio Mastandrea.
Género: drama. Italia-Francia, 2014.
Duración: 86 minutos.
Pasolini es la película que el cineasta se ha tomado más en serio en mucho tiempo. No hay morbo, ni voluntad amarillista en este retrato: hay diálogo sensible con las muchas caras de un poeta provocador, un artista completo, un radical puro. Un aire de fantasmagoría permite armonizar los diferentes tonos y registros de la narración —del recuerdo a la recreación de películas nonatas— en este trabajo que no busca medirse con el maestro, sino algo tan difícil como hacerle justicia con concisión, conocimiento de causa y ejemplar capacidad de comprensión de su identidad compleja.
Babelia
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