_
_
_
_
_

Trallazos pop

Octavo álbum de Spoon en el que luce la consistencia y el detallismo de siempre, un cruce entre artesanía y espontaneidad

Ni su hiato de casi cuatro años ni los proyectos individuales han podido con la banda de Austin. Spoon luce en este octavo álbum la consistencia y el detallismo de siempre, ese cruce entre artesanía y espontaneidad que la eleva sobre otras formaciones. Lo anguloso y lo melódico continúan conviviendo en las capas de su sonido, sin que la suma del teclado de Alex Fischel (ahora son quinteto) edulcore o la producción de alguien apto para lo comercial como Joe Chiccarelli lo vuelva descafeinado. También produce el gurú lisérgico Dave Fridmann, corresponsable con la banda, por ejemplo, de las para ella novedosas programaciones de Inside out y de su ensoñadora coda. Dejando atrás la tendencia lo-fi del anterior disco (Transference, 2010), aquí brillan trallazos pop como el que titula el álbum. En él, Britt Daniel fustiga a meapilas hipócritas y a músicos sin alma. Justo lo que no le falta al soul espacial de Outlier. Ni tampoco a esa Do you inspirada en un ritmo de los Kinks o al cover de I just don’t understand, éxito menor en su día para Ann-Margret. 

Spoon. They Want my Soul. Loma Vista / Iberia & Latin America

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_