Conspiración contra Elías Querejeta
Estos días se rinden homenajes al productor, fallecido el domingo, pero sigue siendo un hombre incómodo para el poder
¿Qué hubiera dicho Elías Querejeta ante las confusas declaraciones que el ministro Wert acaba de pronunciar sobre la excepción cultural y el cine? Probablemente hubiese echado chispas poniéndolo a caldo. Durante toda su vida Querejeta abanderó luchas por las libertades, y estos días, con motivo de su muerte, se han recuperado algunas de sus manifestaciones, por ejemplo, esa pancarta que lleva entre manos diciendo “El IVA mata al séptimo arte”. El IVA, claro, y tantas cosas, Elías, como esa ambigüedad de la política del ministro que habla de “competencia razonable” como si ello fuera posible en la jungla que dominan las multinacionales. Querejeta se le hubiera echado a la yugular (es un decir) como lo hizo tan a menudo por otras cuestiones. ¿Dónde está, por ejemplo, La conspiración, que Pedro Olea rodó hace ya dos años con guión del propio Querejeta y que TVE sigue guardando misteriosamente en sus cajones? La película cuenta las actividades del general Mola organizando la sublevación militar de julio del 36, y quizás el tema no sea del gusto de los actuales responsables de la casa. A Querejeta le sorprendía el retraso en la emisión de esta película, por la que luchó durante tanto tiempo, y se hubiese sorprendido de que Carta a Eva, de Agustí Villaronga, algo más reciente que la que él guionizó, se acabe de emitir con menos demora. Excelente, por cierto, ya ha sido editada en DVD y también puede verse en TVE a la carta.
Estos días se rinden homenajes a Elías Querejeta emitiendo algunas de sus famosas películas junto a programas especiales sobre su brillante trayectoria, pero sigue siendo un hombre incómodo para el poder. De otra forma no se explica este silencio oficial sobre su último trabajo en el que él se empecinó contra viento y marea. El resultado fue aplaudido cuando hace año y medio se emitió en la televisión vasca, pero desde entonces la coproductora TVE sigue ignorándola. Pasan cosas muy raras en este país. Un ministro pretende equiparar excepción cultural con competencia razonable, y otros rinden homenajes echando mano de lo ya asumido por el tiempo pero cerrando puertas a retos nuevos.
