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'IN MEMORIAM'
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Juan Carlos Calderón, pianista de jazz

Los tres hermanos Calderón fueron un revulsivo artístico e intelectual para un Santander en pleno franquismo.- Juan Carlos era el más artista de los tres

Juan Carlos Calderón, en 2008.
Juan Carlos Calderón, en 2008.SAMUEL SÁNCHEZ

He sido, desde muy joven, un gran aficionado al jazz contemporáneo y tuve la suerte de conocer a Juan Carlos cuando tocaba jazz al piano en el Drink Club de Santander que su hermano Ramón había abierto en 1959, en Río de la Pila. Veraneaba en Laredo y dio la casualidad de que Ramón abrió otro Drink allí, con lo que en los veranos podía escucharle in situ acompañado de otros músicos, incluido Ramón que tocaba el trombón, José Luis García al contrabajo y Toti o su primo Dito a la batería.

Los tres hermanos Calderón fueron un revulsivo artístico e intelectual para un Santander en pleno franquismo, muy conservador y poco abierto a las vanguardias, salvo un pequeño grupo de intelectuales. Fernando, el mayor, era un gran pintor, Ramón, era también pintor y escultor y era el hermano emprendedor, y Juan Carlos, el más joven, era el más artista de los tres hermanos. No solo era un excelente dibujante, sino también un gran pianista y con una enorme sensibilidad. Los tres eran considerados como bohemios en el mejor de los casos, pero eran cultos, viajados y estaban dispuestos a revolucionar a la sociedad santanderina.

Nuestra común afición al jazz hizo que trabásemos una larga amistad, ya que Juan Carlos y Toti decidieron venirse a vivir a Madrid para desarrollar su trabajo como pianista. Michéle y yo nos reuníamos con ellos a escuchar discos de Bill Evans, el más grande pianista de jazz de aquella época y uno de los mejores de la historia, al que pudimos finalmente escucharle en trío, en Madrid, en el Balboa Jazz abierto por Vlady Bas.

Además, éramos asiduos al Whisky Jazz del Marqués de Villamagna, donde, gracias al conocimiento y empuje del pied noir Jean Pierre Bourbon pudimos escuchar a los mejores músicos americanos de jazz como Dexter Gordon, Lee Konitz, Paul Bley, Gerry Mulligan, Herbie Hancock etcétera. Recuerdo que la bellísima Ava Gardner era también asidua a dichos conciertos mientras vivió en Madrid.

También escuchamos juntos al extraordinario y legendario pianista de jazz español Tete Montoliú, tanto en disco como en vivo. Su técnica era apabullante, era una especie de Art Tatum y Chick Corea español que ha sido el único pianista español de jazz que ha triunfado plenamente en Europa y América. Juan Carlos ha sido también un gran pianista de jazz, capaz de tocar unas bellas baladas con un sentimiento y una sensibilidad muy profundos.

Lamentablemente, era imposible ganarse la vida en España con el jazz, lo que le obligó a desarrollar su faceta de compositor de canciones —con letras muy bellas, ya que también era un buen escritor— que le han hecho triunfar en el mundo musical español e hispano. Sin embargo, él continuaba escuchando los discos de otros grandes pianistas de jazz que yo me encargaba de enviarle, como el gran Brad Mehldau. Hemos perdido un gran pianista y un gran artista, pero, afortunadamente, deja una nieta que puede emularle muy pronto.

Guillermo de la Dehesa es presidente del Centre for Economic Policy Research (CEPR).

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