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“No soy una estrella del pop gay, solo un artista que resulta ser gay”

El dúo británico de tecnopop Pet Shop Boys publica su undécimo álbum de estudio, 'Elysium' Neil Tennant, su vocalista, hace balance de las tres décadas en activo de la banda

Los Pet Shop Boys
Los Pet Shop Boys

Veintiséis años después, Neil Tennant (58 años) y Chris Lowe (52) no están cansados de ser los Pet Shop Boys. “No pensamos en retirarnos. Toda estrella del pop debería continuar mientras le siga gustando lo que hace. Y esto no solo se aplica a las estrellas, sino también a todas las personas”, explicaron el miércoles tras el concierto que emitieron online desde una pequeña sala berlinesa. El dúo británico más exitoso de la historia (más de cien millones de discos vendidos) presentó allí su undécimo álbum de estudio, Elysium, que sale hoy a la venta. Un disco cálido, reposado e indisimuladamente adulto. “Más americano”, según su propia definición. Fascinados por el sonido de uno de los últimos discos de Kanye West, 808s & Heartbreak, dieron con el productor de este, Andrew Dawson, tras buscarlo en Google, y por primera cruzaron el charco para grabar. “Es esa libertad creativa la que hace que todavía valga la pena ser parte de los Pet Shop Boys”, añade al teléfono Tennant, vocalista y antiguo periodista y crítico musical de la revista para adolescentes Smash Hits (donde se especializó en tecnopop y nuevos románticos). “Somos conscientes de haber vivido una vida muy interesante”.

Pregunta. En Your early stuff, uno de los cortes del disco, bromea con que muchos creen que ya se habían retirado o que siguen en esto por el dinero.

Respuesta. Es una reflexión agridulce que inspiró una conversación que tuve con un taxista que me reconoció y que, efectivamente, lo pensaba. Hay algo de resistencia en esa canción, una manera de reivindicar que seguimos aquí.

P. Permítame decirle que parecía un poco nervioso en su actuación en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres.

R. ¿Acaso no lo estaría usted, sabiendo que todo el planeta le está viendo en directo?

P. Desde luego, pero yo no llevo tres décadas subido a un escenario.

R. Más que nervioso, lo que soy es plenamente consciente de lo que hago en cada momento. Temía que el sombrero cónico que nos diseñó Gareth Pugh se me cayera. O que la calesa sobre la que nos montamos se quedara sin rueda y nos cayéramos. Sin embargo, fue una sensación maravillosa: todo el estadio reconoció West End Girls el segundo que empezó a sonar

P. ¿Se sintió icónico como los Beatles y la reina de Inglaterra?

R. No, nunca he pensado en esos términos [risas]. Pero sí que fue algo inusual.

P. ¿Disfruta del superávit de atención?

R. Opero como una persona normal, no como un famoso. Hago la compra, viajo en metro y voy al gimnasio como cualquiera. Quizá alguien como Robbie Williams no sea capaz de hacerlo en Reino Unido, pero eso es porque quizá se parece mucho a Robbie Williams. Yo creo que no me parezco demasiado a Neil Tennant, ¿no cree? [risas]. Me sorprende que me reconozcan.

P. ¿Tras el escándalo de las escuchas telefónicas se ha reestablecido cierta privacidad en su país?

R. Ha tenido un efecto, sí. Que las fotos del príncipe Harry en Las Vegas apenas hayan aparecido en los medios escritos británicos es un síntoma. Yo no soy monárquico, pero defiendo su privacidad. En cualquier caso, estamos asistiendo a una erosión gradual de nuestra libertad debido a la vigilancia electrónica y digital.

P. ¿Le afecta personalmente?

R. Bueno, imagínese que entraran en su casa para fotocopiar su correo personal y que le dijeran: “No se preocupe, nadie lo va a leer, solo lo archivamos por si acaso”. Sería un escándalo, ¿verdad? Pues es lo mismo que están haciendo con los e-mails. Los estadounidenses están construyendo en Utah un descomunal centro que almacenará el correo electrónico del mundo. Me parece demencial, ridículo. ¿En qué momento votamos por eso, o por que hubiera cámaras en todos lados? Es una cuestión política fundamental. Siempre me han interesado los ordenadores, pero últimamente me rebelo contra ellos. Apple, Facebook… me resulta todo muy intrusivo.

P. Entonces, entiendo que no disfruta como buen inglés de un tabloide junto al desayuno.

R. No, ahora no los leo. Leo The Guardian en mi iPad [risas].

P. ¿Ha estado en algún lugar que no fuera la oposición?

R. En los primeros días de Blair sí sentí cierta simpatía hacia el gobierno. Pero Reino Unido ha cambiado mucho, es un país totalmente distinto. En algunas cosas para bien. En cuestión de derechos civiles, como los de los gais, es un lugar mucho más relajado ahora, por ejemplo.

P. Hace exactamente 10 años publicó The night I fell in love, una canción sobre una relación sentimental entre un fan y un ídolo del rap sospechosamente parecido a Eminem donde se reía de la homofobia en el mundo del hip-hop. Este año hemos asistido a la salida del armario de un famoso rapero, Frank Ocean.

R. Sí, y no ha sido ningún gran escándalo, ¿verdad? Pero me pregunto qué pasaría si un gran actor de Hollywood saliera del armario. ¿Hay alguna superestrella gay en América? América contempla a los gais como un mercado, pero a la vez existe esa extraña homofobia.

P. ¿Piensa, como algunos artistas británicos de su generación, que la escena musical era más divertida cuando ser un gay en ella resultaba provocador y subversivo?

R. No, no lo creo. Quizá era más poderoso creativamente, no lo sé. Yo solía decir que no saldría del armario porque hacerlo me convertiría automáticamente en Neil-Tennant-la-estrella-pop-gay. Y cuando salí de él eso es exactamente lo que ocurrió. Siempre me ha molestado cuando se me considera un artista gay, que las cosas que diga se interpreten como un pronunciamiento sobre la homosexualidad. Solo soy un artista que resulta que es gay.

P. ¿Le gustaría que David Cameron saliera reelegido?

R. Disculpe, prefiero no hablar de política británica.

P. ¿Le preocupa que la Unión Europea se rompa?

R. Sí, mucho. Una guerra entre Alemania y Francia, por ejemplo, es ahora inconcebible. Si no existiera la UE, volveríamos a los estados nacionalistas. Además, la influencia europea es importante. Vivimos en un mundo muy cosmopolita. Madrid, por ejemplo, es mucho más cosmopolita de lo que era.

P. ¿Quién es la mayor estrella del pop actual?

R. No creo que sea Lady Gaga. Y Madonna... tiene el mérito de seguir ahí, pero no sé. ¿Quizá One Direction? Están batiendo records. Son unos chicos muy encantadores. En los sesenta me gustaban los Monkees. Nunca he tenido ningún problema con el pop prefabricado.

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