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La ley de biodiversidad europea sale viva de la Eurocámara

Los eurodiputados fijan su posición para negociar la futura norma de restauración de la naturaleza con el Consejo de la UE pese al rechazo de los populares, que sufren una dura derrota

Un grupo de ecologistas, entre ellos Greta Thumberg (tercera por la izquierda en la primera fila) delante de la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia).Foto: ASSOCIATED PRESS/LAPRESSE (APN) | Vídeo: EPV

El intento conservador de tumbar en el Parlamento Europeo la Ley de Restauración de la Naturaleza ha fracasado. Este miércoles, en realidad, solo se votaba la posición de la Eurocámara para negociar con el Consejo de la UE la redacción de esta norma propuesta por la Comisión Europea. Pero el Partido Popular Europeo ha hecho de su oposición a esta ley de biodiversidad uno de sus caballos de batalla en las últimas semanas. Esa postura, por ahora, ha sido derrotada en Estrasburgo tras una votación larga y difícil de seguir, con aplausos y murmullos en varios momentos, que evidenciaba que no solo estaba en juego una postura sobre una norma más, sino también una batalla política de alto voltaje en la UE que se ha resuelto con 336 votos a favor del informe del ponente, el socialista español César Luena, 300 en contra y 13 abstenciones.

La Ley de Restauración de la Naturaleza es vista por algunos como un elemento clave del armazón legislativo que está desplegando la Unión Europea en esta legislatura comunitaria (2019-2024), concretamente la Comisión, para impulsar la transición ecológica y frenar el calentamiento global. Su redacción inicial plantea reparar el 20% de la superficie terrestre (según los números que se han barajado durante la tramitación parlamentaria, el 70% de los suelos del continente están degradados) y la superficie marina para 2030. Su aprobación daría para empezar a cumplir con los acuerdos alcanzados en la cumbre de biodiversidad de Kunmig-Montreal a finales del año pasado. Para que llegue a este punto, ahora los representantes del Parlamento Europeo, delegación que encabezará Luena, y el Consejo de la UE, grupo que liderará el Gobierno español hasta diciembre, deberán negociar la redacción final, que después volverá a pasar por la Eurocámara y los Estados miembro para su ratificación antes de entrar en vigor.

Pero desde hace unas semanas, con esta norma ya no solo importaba su contenido. La frontal oposición del Partido Popular Europeo a una ley promovida desde el Ejecutivo que lidera la también popular —y alemana como el líder parlamentario del PPE, Manfred Weber— Ursula von der Leyen ha llenado de interpretaciones políticas cualquier cosa que haya rodeado su tramitación. Para el bávaro, también presidente del PPE, esta se había convertido casi en una batalla personal. Durante la tramitación del texto en la comisión parlamentaria de medioambiente, el partido llegó a cambiar a siete eurodiputados en la votación final del informe para asegurarse de que había disciplina de voto. Y en ese punto del recorrido lo consiguió. La situación ha cambiado en el pleno, pues 21 parlamentarios conservadores -ninguno español- no han seguido su dictado.

Para que la Eurocámara pasara este trámite, ha sido necesaria una alianza entre el grupo de Socialistas y Demócratas, los liberales de Renew, Los Verdes y La Izquierda, al que se han sumado varios parlamentarios no adscritos y los cinco que han roto la disciplina de voto de ECR y los 21 del PPE. No obstante, esta ley no solo ha dividido a los conservadores. También Renew ha tenido algunas fugas -uno de los que rechazaba la norma ha sido José Ramón Bauzà-. Su propio líder, el francés Stéphane Séjourné, lo admitió este martes y lo justificaba diciendo que en la Eurocámara no hay consignas de voto como en los parlamentos nacionales porque hay diversos elementos que influyen en las posiciones de los eurodiputados: su grupo y su procedencia.

El resultado de la votación fue celebrada en Valladolid, donde estos días ha tenido lugar una reunión de ministros europeos de Medio Ambiente y de Energía, bajo la presidencia europea de España. “Nos ha llenado de satisfacción, seguro que es un acuerdo imperfecto, pero importante para seguir trabajando en favor de la vida y de la naturaleza”, aseguró en rueda de prensa Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y vicepresidenta tercera del Gobierno español.

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El recorrido hasta este miércoles de la ley de biodiversidad ha sido complejo. La Comisión la propuso en junio de 2022, hace más de un año. Y en este tiempo se han producido eventos que ayudan a entender movimientos inesperados como el del PPE. El más relevante, sin duda, fue el éxito del partido Movimiento Campesino-Ciudadano en las elecciones regionales holandesas. También hubo asociaciones agrícolas y de pesca que presionaron para tumbar la propuesta de Bruselas. Por el lado contrario, hubo una recogida de firmas entre la comunidad científica -los expertos niegan que la normativa vaya a provocar un descenso de la producción de alimentos- con más de 3.000 adhesiones respaldando la norma y de otras agrupaciones de protección de agricultores y sus campos, que suelen subrayar que su principal enemigo es el cambio climático. Al respaldo se unieron casi un centenar de grandes empresas, entre ellas Inditex, Nestlé, Ikea o el lobby de la industria eólica Windeurope.

Todos estos movimientos han llevado a que tres comisiones del Parlamento Europeo mostraran su posición contraria: Agricultura, Pesca y Medioambiente (en este por una votación empatada, lo que implica el rechazo, después de que hubiera cambios en la composición por parte del PPE). Estos resultados provisionales se han dado la vuelta este miércoles en el pleno. No sin que haya que haber pagado un precio, como ha admitido el propio ponente, el eurodiputado socialista español César Luena, después de la votación: “Claro que hay cosas que no me gustan. Sabíamos que en una votación así se iban a colar enmiendas reduccionistas o poco ambiciosas. Pero confiamos en la negociación con el Consejo para mejorar el texto”.

Consciente de que todavía no se ha aprobado nada definitivamente el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, también responsable del Pacto Verde europeo, ha tendido la mano al PPE una vez conocido el resultado de la votación: “Ellos tenían una postura, nosotros otra y la nuestra ha prevalecido. Ahora trabajemos juntos en el contenido de la propuesta y enmendémosla donde el PPE está descontento, teniendo en cuenta la tremenda movilización en favor de esta ley. Como siempre, le muestro mi mano abierta al PPE para encontrar compromisos con los que puedan estar de acuerdo”, ha señalado quien se ha convertido en objetivo de muchos de los ataques populares en las últimas semanas.

Weber, por su parte, ha apuntado que cree que su derrota de este miércoles es una “victoria vacía” de los defensores de la ley porque han aprobado enmiendas que rebajan el contenido. “Hemos luchado por nuestras convicciones y hemos estado muy cerca”, ha añadido.

El texto aprobado en Estrasburgo ha dejado un sabor agridulce a asociaciones ecologistas como WWF y BirdLife, que en un comunicado conjunto han destacado que “Weber falla en su intento de tumbar el pacto verde europeo, pero el Parlamento Europeo acuerda una Ley de Restauración de la Naturaleza débil”.

“Europa se calienta el doble que el resto del planeta”, expuso Luena durante el debate previo a la votación. Él señaló tres argumentos para que la legislación tirara para adelante en la Eurocámara. Uno sería “de futuro”, para frenar ese calentamiento mayor en el continente; otro consiste en llenar el hueco de que la UE no tenga en la actualidad una regulación para reparar los daños en parajes naturales; y el último fue dirigido directamente al Partido Popular Europeo al pedirle que no abrazara con su voto las posturas que defienden los grupos de ultraderecha en el Parlamento Europeo, ECR (en el que está integrado Vox) e ID (formado por el Frente Nacional de Marine Le Pen o La Liga de Matteo Salvini, entre otros).

Otra parlamentaria española, Soraya Rodríguez, de Ciudadanos, también ha jugado un papel destacado en la tramitación de la norma al ser ponente en la sombra, es decir, representante de su grupo en las negociaciones. “Hay que celebrar que la extrema derecha y el PP, que ha abrazado las teorías negacionistas de la extrema derecha, han perdido. Hemos ganado todos los europeos. El foco político está puesto hoy en esta Cámara en la biodiversidad”, ha añadido. Para ella, este debate ha estado marcado por el “miedo”.

“Hoy el negacionismo climático del PP ha salido derrotado en el Parlamento Europeo”, ha celebrado el eurodiputado y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, tras la votación.

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