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La sonda Blue Ghost se posa sobre la Luna

La misión comercial, con diez instrumentos científicos y tecnológicos a bordo, es la primera privada que logra un alunizaje perfecto

La sombra de la sonda 'Blue Ghost' se proyecta sobre la Luna
La sombra de la sonda 'Blue Ghost' se proyecta sobre la LunaFirefly Aerospace
Daniel Mediavilla

Hoy, a las 9.35, hora peninsular española, tras 16 días orbitando el satélite, la sonda Blue Ghost descendió sobre el Mare Crisium, en la Luna. Es la tercera misión del programa Servicios Comerciales de Carga Lunar (CLPS, por sus siglas en inglés), una iniciativa clave dentro del ambicioso plan de retorno a la Luna del programa Artemis, en el que colaboran Estados Unidos, Europa, Japón y otros países. El CLPS ha abierto las puertas a la participación de empresas en el transporte de ciencia y tecnología a nuestro satélite, un cambio que se añade al lanzamiento de cohetes por compañías privadas y marca un rumbo diferente al de la carrera espacial de los años 60, cuando la exploración espacial fue un duelo entre dos Estados, el soviético y el estadounidense.

En el primer intento del programa CLPS, la sonda Peregrino sufrió un problema en la propulsión que obligó a abortar la misión y Astrobotic, la empresa encargada del módulo lunar, decidió estrellarlo contra la atmósfera terrestre. En el segundo intento, el módulo Odiseo, de la empresa Intuitive Machines, logró alunizar con éxito; la primera compañía privada en conseguirlo y el primer artefacto estadounidense en hacerlo desde que el Apolo 17 llegó a la Luna en 1972. Sin embargo, poco después, la compañía reconoció que, aunque su aparato mantuvo la integridad, había caído de lado. Blue Ghost, con sus dos metros de alto y tres y medio de ancho, es la primera sonda privada del programa CLPS en hacer un aterrizaje perfecto.

El artefacto, propiedad de la compañía Firefly Aerospace, fue lanzado el pasado 15 de enero, desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida, en un cohete Falcon 9, de la compañía SpaceX. En sus bodegas viajan 10 instrumentos científicos y tecnológicos que recogerán información y probarán tecnología de interés para futuras misiones. Firefly Aerospace se ha convertido en la empresa con más instrumentos de la NASA en un solo módulo de aterrizaje CLPS hasta la fecha.

Representación de Firefly Blue Ghost en la Luna
Representación de Firefly Blue Ghost en la LunaFirefly

Entre otros aparatos, probará tecnologías para ayudar a los futuros astronautas a aterrizar con seguridad en la Luna y en Marte. También transporta los retroreflectores lunares de próxima generación, contra los que se dirigirán láseres de la Tierra para medir con gran precisión la distancia hasta nuestro satélite o conocer aspectos sobre el interior lunar. Además, está ya en la Luna el instrumento LISTER, que intentará perforar hasta tres metros de profundidad para medir el flujo de calor desde el subsuelo. Y también está lista para su despliegue Lunar PlanetVac, una especie de aspiradora diseñada para recoger muestras de regolito para analizarlas y enviar la información a la Tierra.

Entre las tareas encomendadas a la sonda, el 14 de marzo está previsto que tome imágenes de alta definición de un eclipse de Sol que se producirá cuando la Tierra oculte la luz de la estrella. Dos días después, cuando se acerque el final de su misión, está previsto que capte la puesta de Sol y muestre cómo el polvo lunar comienza a flotar, provocando un resplandor en el horizonte que ya documentó el astronauta del Apolo 17 Eugene Cernan, el último hombre que ha pisado la Luna. Después, cuando comience la noche, que en nuestro satélite dura dos semanas, seguirá recogiendo información en la oscuridad durante algunas horas. En total, la misión habrá durado dos meses.

Casi seis décadas después de que, el 3 de febrero de 1966, la Unión Soviética lograse aterrizar con suavidad en la Luna con su sonda Luna 9, colocar un artefacto sobre nuestro satélite sigue siendo una empresa de alto riesgo. La India, que alunizó con su módulo Vikram en 2023 y se convirtió en el cuarto país en conseguirlo, había fracasado en un intento anterior, en 2019. Ese mismo año, la compañía israelí SpaceIL, también se estrelló cuando trataba de ser el primer proyecto privado en llegar, un hito que tampoco alcanzaron en 2023 los japoneses de Ispace.

En esta aceleración de la carrera espacial con impulso privado, está previsto que las naves sigan llegando a la Luna cargadas de instrumentos. El pasado miércoles 26 de febrero, Intuitive Machines lanzó el aterrizador Athena, que tiene previsto llegar al satélite el próximo jueves 6 de marzo. Ispace volverá a intentar el alunizaje con Resilience, pero se tomará su tiempo en su camino a la Luna y está previsto que llegue a finales de mayo o principios de junio.

La efervescencia en la exploración espacial llega en un momento convulso para la NASA, que está siendo examinada por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que lidera el magnate tecnológico Elon Musk. Está previsto revisar los contratos de la NASA y la agencia piensa cumplir con el mandato presidencial “de iniciar reducciones de plantilla a gran escala, entre otras cosas”. Está previsto que en los próximos meses y a la espera de que el Senado confirme su nombramiento, tome de su cargo el nuevo administrador, Jared Isaacman. El multimillonario y astronauta comercial ya ha mostrado que el programa lunar estadounidense no es de su gusto y que es una muestra de los problemas de la NASA.



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Sobre la firma

Daniel Mediavilla
Daniel Mediavilla es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Antes trabajó en ABC y en Público. Para descansar del periodismo, ha escrito discursos. Le interesa el poder de la ciencia y, cada vez más, sus límites.
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