Una escultura para transmitir el esfuerzo de la lucha contra la malaria

La escultora Susana Solano se ha inspirado en el trabajo de Pedro Alonso, médico epidemiólogo director del Programa Mundial sobre Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para crear su obra El mundo de las cosas. Los dos protagonizan la quinta edición de CNIO Arte, una iniciativa del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) que reúne ciencia y arte desde 2018 y que ha sido presentada en Madrid. La escultura estará expuesta en las instalaciones del centro y a partir del día 23 de este mes podrá ser contemplada en ARCO, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de España - que se celebra entre el 23 y el 27 de febrero - en un stand propio. El dinero que se recauda con la venta de la pieza está destinado íntegramente a financiar la investigación oncológica, a través de la iniciativa de filantropía Amigos del CNIO.

Amparo Garrido, comisaria de CNIO Arte, cuenta que Solano “se lo pensó mucho”, que tenía varias condiciones. Una de ellas era viajar a Mozambique, al centro hospitalario de investigación que Alonso fundó en Manhiça, donde se investiga en malaria y otras enfermedades tropicales. A pesar de que antes de viajar Solano ya tenía definida conceptualmente la pieza escultórica, consideraba importante conocer la percepción que tenían aquellos que sufrían la malaria. El pasado noviembre Garrido y Solano pasaron una semana en aquel país conociendo a muchos de sus ciudadanos, especialmente a los más pequeños. La sorpresa llegó cuando la artista se encontró allí con una estructura de cemento en el patio de la escuela muy similar a la que tenía planteada en El mundo de las cosas. Además de la escultura, la artista lo acompaña con dibujos realizados por niñas del orfanato Centro de Acolhimento Menino Jesus. Estos reflejan la experiencia con la enfermedad en la vida diaria.

La escultura está formada por módulos de madera ensamblados, soportados en uno de sus extremos por una estructura metálica, de la que también sobresale una plancha metálica de chapa ondulada que sobrevuela cuatro bidones de plástico. Solana, que ha participado en la presentación a través de una videollamada, explica que lo que es esta obra: “Una prospección sobre la investigación, la cooperación, las pandemias, concretamente la malaria, y la memoria, mi memoria”.

Esta iniciativa cuenta con la colaboración de la Fundación Banco Santander. Borja Baselga, su director, asegura que la ciencia para algunos quizá pueda sonar a algo “demasiado elevado” y que si “la bajamos a través del arte”, se puede llegar mucho más lejos. Maria Blasco, directora del CNIO, defiende que este proyecto es una manera de que la ciencia inspire al arte, pero que también el arte “ayude a contar la ciencia a la sociedad”. “Nos parecía interesante que se pudiera contar a la sociedad a través de la mirada de un artista”, asevera. Ambos han estado presentes en el acto que contaba con Garrido y con Luis Francisco Pérez, crítico y comisario de arte contemporáneo que ha guiado la presentación con preguntas a todos los participantes.

Cada año se crea en CNIO Arte una nueva obra a partir de conversaciones entre el científico y el artista. En la primera edición, en 2018, contaron con la artista visual Eva Lootz y Margarita Salas, pionera en biología molecular; en la siguiente edición la pareja estaba formada por el fotógrado Chema Madoz e Ignacio Cirac, director del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica en Garching, en Alemania; en 2020, la artista contemporánea Carmen Calvo y el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga fueron los protagonistas; la pasada edición lo fueron Daniel Canogar, artista con una proyección internacional y la bióloga Sarah Teichmann.

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