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El perfil de los migrantes que dejarían entrar los chilenos a Chile si pudieran elegir: altamente calificados y mujeres solas

Un estudio del CEP muestra el rechazo a los provenientes de Colombia y Venezuela, en un contexto de alto prejuicio

migracion chile
Una madre migrante y su hijo en Iquique (Chile), en enero de 2022.Anadolu (Getty Images)
Antonia Laborde

Los chilenos prefieren que lleguen mujeres migrantes solas que hombres. Se muestran indistintamente a favor si son haitianos, peruanos o españoles, pero rechazan a los provenientes de Venezuela y Colombia. Valoran positivamente si los que ingresan al país vienen con un nivel de escolaridad alta y mucho más sin poseen un título universitario. Estas son algunas de las conclusiones que sacó el Centro de Estudios Público (CEP) en un estudio para comprender y explicar las actitudes de los chilenos hacia los migrantes. La publicación llega en un momento en el que la migración, al igual que en otros rincones del mundo, se ha politizado, y luego de que, en prácticamente un lustro, la población extranjera que reside regularmente en Chile se ha duplicado, pasando de un 4,1% en 2017 a 8,2% en 2022, en cifras que incluyen parcialmente la migración irregular, de la que no hay números exactos.

América Latina ha experimentado un incremento inusitado de la migración en las últimas dos décadas. El proceso se ha intensificado debido al impacto socioeconómico que han tenido en la región desastres naturales –como el terremoto de Haití en 2010–, junto con el aumento del crimen, la violencia política y la profundización de los problemas provocados por el colapso institucional en varios países, como Venezuela. Los ciudadanos provenientes del país caribeño representan un 33% de la población migrante en Chile, un 15% los peruanos, un 12% colombianos y un 11,4% haitianos, según el Servicio Nacional de Migraciones con cifras de 2024.

El estudio del CEP, liderado por el investigador del centro Mauricio Salgado, utilizó una metodología de tipo experimental que consistió en presentar un conjunto de perfiles ficticios de extranjeros que buscan ingresar al país, registrando la disposición de los encuestados para permitirles la entrada. Los atributos incluidos fueron el sexo del migrante, su nivel educacional, si están acompañados por sus parejas y/o menores de edad y, finalmente, cinco nacionalidades: Venezuela, Perú, Haití, Colombia y España. Los resultados no se miden en porcentajes, sino en si su opinión está por sobre o bajo el promedio de las respuestas.

Salgado destaca tres resultados: los chilenos prefieren inmigración altamente cualificada, por sobre cualquier otra consideración –nacionalidad, género, estructura familiar–, lo que “derriba algunos mitos como que son xenófobos”. Una hipótesis del investigador para explicarlo es que los chilenos pueden asociar que un extranjero altamente cualificado tiene baja posibilidad de delinquir. Independientemente del nivel educacional del encuestado, la preferencia por los inmigrantes menos cualificados es baja, incluyendo a los que los ven como una amenaza laboral. La segunda gran conclusión es que los chilenos hoy están menos receptivos a una migración de venezolanos y colombianos, “influenciado sin duda por los hechos de delincuencia y la asociación de esta a la migración reciente”.

La indiferencia respecto a si vienen de Perú, España o Haití es remarcable para Salgado porque estudios previos habían arrojado una discriminación a los haitianos por su color de piel, pero que dado el cambio migratorio, el chileno ya no hace una diferencia racializada. El tercer punto relevante del estudio es que, al igual que en el resto de América Latina, hay una preferencia por la migración femenina por sobre la masculina. “Esto no quiere decir que no sean discriminadas”, apunta el investigador. “Se prefiere femenina, pero particularmente solitaria. Cualquier situación en que migra con acompañante, ya sea con una pareja, menores o una mezcla, la preferencia cae”, añade. Esto no ocurre con los hombres, en los que el rechazo surge cuando vienen solos o con menores. ¿A qué puede responder esta negativa a la mujer acompañada? “En Chile todavía hay una asociación de la migración femenina con labores de servicio doméstico, algo que probablemente vaya cambiando. Pero en el caso de realizar trabajo puertas adentro, se dificulta cuando es con acompañante”, teoriza Salgado.

El investigador remarca que los resultados muestran, por ejemplo, que una política migratoria que promueva la migración cualificada no encontraría resistencias en la ciudadanía. “Este es un desafío institucional que otros países han resuelto con políticas migratorias conectadas con las necesidades socioeconómicas de los países”, asegura. También que los encuestados tienen en general una percepción negativa de la migración de los últimos cinco años y la asocian con el aumento de la violencia delictiva y el crimen transnacional, como el Tren de Aragua en Chile. “En términos objetivos esta última ola migratoria está mayoritariamente compuesta por venezolanos y colombianos. Tenemos un desafío institucional y social respecto de la desestigmatización de ambos grupos”, agrega.

Entre los encuestados que declaran no relacionarse con migrantes —aquellos más inclinados a juicios provocados por imaginarios antes que por experiencia directa— se ve una actitud más restrictiva hacia la migración masculina. Uno de los factores que moldean las actitudes hacia la migración son los impactos fiscales que pueden generar. Los migrantes de baja cualificación pueden empujar un alza de los impuestos o reducir las transferencias per cápita, mientras que los migrantes altamente cualificados pueden tener el efecto contrario, según informes previamente realizados que consideró el CEP. Esta preocupación por la presión fiscal podría explicar la preferencia por la migración solitaria. Aunque la evidencia disponible citada por el centro de estudios sugiere que los migrantes en Chile utilizan menos la red de protección social que los locales.

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Sobre la firma

Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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