Tomás Vodanovic, el estilo del alcalde chileno posicionado como la principal figura del Frente Amplio

En las ferias libres de Maipú, el segundo municipio más poblado de Chile, los tazones con la foto del alcalde de esa comuna, Tomás Vodanovic (33 años, Santiago) en un balneario, ya son un clásico de venta. Mientras, en redes sociales los comentarios sobre su figura de deportista, se multiplican. Es una imagen que han sacado de sus redes sociales. La situación, más que incomodarlo, ha comentado, lo frustra, pues se destaca temas superfluos más que su gestión. Hoy, desde su equipo le tienen prohibido sacarse o subir fotos en redes sociales en las que aparezca sin polera. No quieren que se desperfile.

Más allá de la anécdota, en los últimos meses Vodanovic no para de subir en las encuestas. Pasó de tener un 40% de evaluación positiva en noviembre de 2023, en el sondeo Plaza Pública de Cadem, hasta un 59% en febrero de este año. Hoy es el sexto político mejor evaluado del país, el segundo del oficialismo por debajo de la expresidenta Michelle Bachelet (2006-2010/2014-2018) y el que se ubica en la mejor posición de todo el Frente Amplio, el conglomerado de Gobierno que reúne a la nueva izquierda chilena.

Hasta ahora, el lío de platas de la Fundación Democracia Viva, que ha golpeado a Revolución Democrática, no parece alcanzar a Vodanovic, que se prepara este año para enfrentar una nueva campaña para ser reelegido en Maipú en las elecciones municipales del 27 de octubre. Pero desde su sector ya empiezan a mirar con interés la proyección política del sociólogo más allá de la alcaldía.

Su gestión es reconocida de manera transversal. Sobre todo porque heredó un municipio con un déficit de 31.000 millones de pesos (35 millones de dólares) dejado por la anterior alcaldesa, Cathy Barriga (2016-2021), independiente por la UDI, de la derecha tradicional. La exmodelo y figura de la televisión que desde el 18 de enero está con arresto domiciliario formalizada por fraude al fisco.

“Una imagen poco confrontacional”

Tatiana Urrutia, secretaria general de RD y quien ha trabajado de cerca con el alcalde, reconoce que es una de las figuras con mayor proyección al interior del partido. “Es uno de los liderazgos que pone la vara más alta para hacer las cosas más y mejor. Su gestión está muy bien valorada transversalmente y no tengo dudas de que es uno de los principales activos políticos de RD y del Frente Amplio. No es una persona que esté fuera de la discusión política, pone los puntos cuando hay que ponerlos e incomoda cuando hay que incomodar. Tiene una proyección importante y todos quienes están ahí lo tienen claro y creo que él también”, dice la dirigenta.

Para María José O’Shea, gerenta de Asuntos Corporativos de Cadem, su ascenso en las encuestas se explica por cómo el alcalde ha ido construyendo su imagen política. “Ha mostrado una imagen poco confrontacional y colaborativa. Ha sido crítico de algunas actuaciones de su mismo sector. La gente valora un liderazgo que no es peleador, que busca los acuerdos y tiene una imagen propositiva”, dice.

Vodanovic es de los cree que más que las ideologías, lo que debe primar entre los dirigentes del conglomerado del Frente Amplio, es la acción. “La gente no quiere más diagnóstico ni más reflexión crítica, quiere soluciones concretas y prácticas y que los ayuden a hacerse cargo de sus problemas cotidianos. Yo creo que ahí los alcaldes tienen mucho para ganar, por algo son los mejores evaluados”, dice Vodanovic a EL PAÍS, desde su oficina en Maipú. Y agrega que nunca le interesó trabajar en el Congreso, sino que lo que lo apasiona es el terreno e ir haciendo cosas. “Yo sé que, en estricto rigor, mi forma de ser y de entender la política, quizá no es la que más representa al ethos frenteamplista”, reconoce.

Vodanovic se ha preocupado de tender puentes más allá del Frente Amplio. No está de acuerdo con la política de trincheras, aunque muchas veces lo han tratado de “ingenuo o buenista” cuando ha planteado la necesidad de construir relaciones de colaboración con otros sectores políticos. Por ejemplo, él mismo le pidió una reunión a la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, de la UDI, y principal figura presidencial de la oposición según las encuestas, para que le diera consejos. Reconoce a EL PAÍS que la admira. “Con Evelyn (Matthei) tengo muy buena relación personal, admiro mucho su capacidad de gestión”, dice.

Con el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, de la centroizquierda moderada, también tiene cercanía. Lo mismo que con las alcaldesas democristianas Claudia Pizarro de La Pintana y Carolina Leitao de Peñalolén, y los alcaldes Claudio Castro, de Renca y Germán Codina, de Renovación Nacional, de la derecha tradicional.

En su sector no tiene amigos íntimos, pero sí buenas relaciones. Sus más cercanos son los RD Miguel Crispi, el jefe de asesores del presidente Gabriel Boric y la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, que fue su jefa de gabinete en el municipio. Ambos han declarado, el jueves y viernes, ante la Fiscalía por el ‘caso Convenios’. Además, tiene vínculos con la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, de Convergencia Social. No es parte de los grupos del Frente Amplio que se juntan los fines de semana, pero sí conversa en forma permanente con ministros de Estado y en ocasiones con Boric por temas relacionados con el municipio.

Donde tiene menos vínculos es con el Socialismo Democrático, hoy la principal fuerza política del Gabiente de Boric. Cuando decidió dedicarse a la política no optó por los partidos tradicionales de izquierda, de los que se siente más lejano, según cuentan sus cercanos.

Cuando era un desconocido

Vodanovic quería ser periodista. Le gustaba el fútbol y soñaba con viajar a cubrir mundiales. Pero después de una larga reflexión optó por la sociología. Ha comentado que no sabe si hubiera sido de izquierda si no hubiese estudiado esa carrera. Durante su paso por la Universidad Católica se mantuvo ajeno a la militancia política. Era estudiante universitario cuando se fue a vivir a La Pincoya, una población de la comuna de Huechuraba, donde creó Formando Chile, una organización que potencia el proceso educativo de los estudiantes.

Continuó como profesor en la ONG Enseña Chile, donde egresados de diferentes carreras imparten cursos en escuelas vulnerables. Estuvo ahí entre 2015 y 2017 como maestro en la Escuela Carlos Prats de Huechuraba, hasta que en 2017 decidió ingresar definitivamente a la política. Su primer acercamiento fue a través de Pablo Vidal, en ese entonces diputado RD. Trabajó entre 2018 y 2020 como su jefe territorial y de gabinete, hasta que lanzó su campaña por Maipú. Era un desconocido en la comuna, pero fue elegido como el alcalde más votado de todo el país en las elecciones de mayo de 2021.

Quienes lo acompañaron en su primer año cuentan que, tras las pérdidas ocasionadas por la gestión de Cathy Barriga, no había dinero para nada. El diseño del equipo entonces fue aprovechar la luna de miel ese periodo y llevar al municipio y sus servicios a su mínima expresión. Fue un periodo complejo, que implicó cientos de despidos, pero su balón de oxígeno, dicen, fue el desalojo de unos 300 vendedores ambulantes de la Plaza de Maipú. La medida fue valorada por la mayoría de los habitantes de la comuna.

Tras ese primer año, Vodanovic logró estabilizar las finanzas y empezar a armar su proyecto. Pragmático, se centró en tres indicadores básicos que los vecinos le pedían cada vez que iba a terreno: mejorar el pavimento de las calles, mayor seguridad y arreglo de fugas de agua o inversión de la sanitaria SMAPA, que pertenece al municipio. El mal estado de esta infraestructura provoca filtraciones en casi toda la comuna. Cuando Vodanovic asumió eran 20.000 las fugas de agua que inundaban calles y viviendas, hoy van en 7.000. En paralelo empezó a pedir fondos a la Gobernación Regional y a entes públicos y privados para invertir en mejoras. Hoy la municipalidad tiene en ejecución inversiones por 95.000 millones de pesos (unos 97 millones de dólares).

Patricia Llanquilef, dirigenta del sector surponiente de Maipú, donde hay más viviendas sociales, dice que, cuando Vodanovic salió electo, fue a su villa. “Hay gente que le ha costado él, porque estaban muy decepcionados, pero varios se han ido dando vuelta”.

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