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Medio ambiente
Tribuna
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Día Mundial de los Humedales y las deudas con estos ecosistemas

Aunque se estima que cubren alrededor de un 6% de la superficie terrestre, son el hábitat de al menos el 40% de todas las especies de plantas y animales en el planeta

Día Mundial de Los Humedales
La Laguna Aculeo completamente seca, al sur de Santiago (Chile), en mayo de 2022.Claudio Santana (Getty Images)

Este viernes 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de los Humedales, fecha instaurada para sensibilizar a la opinión pública sobre este ecosistema en peligro.

Según Naciones Unidas, una definición amplia establece que los humedales pueden ser masas de agua salada o dulce, continentales o costeros, permanentes o temporales, estáticos o corrientes. En Chile, de norte a sur y de cordillera a costa, podemos encontrar humedales costeros, salares, bofedales, turberas y lagunas, entre tantos otros.

Aunque se estima que cubren alrededor de un 6% de la superficie terrestre, son el hábitat de al menos el 40% de todas las especies de plantas y animales en el planeta, lo que da cuenta de su relevancia. También ayudan a disminuir la temperatura de los sectores donde están insertos y aumentan la humedad en el suelo, haciéndolos grandes aliados frente a las olas de calor. Su vegetación, además, libera vapor de agua al aire y absorbe CO2, lo que los convierte en piezas clave para la mitigación de los efectos del cambio climático. Además, son verdaderas barreras naturales ante eventos meteorológicos extremos, destacando aquellos emplazados en zonas costeras.

Pese a todos estos beneficios, los humedales son unos de los ecosistemas que sufren mayor deterioro y degradación; de hecho, se estima que en los últimos 50 años se ha perdido un 35% de estos ecosistemas a nivel mundial, desapareciendo tres veces más rápido que los bosques.

Sus principales destructores son las prácticas agrícolas insostenibles -drenaje de sus aguas o el relleno de estos territorios- y el desarrollo inmobiliario. La cercanía a ciudades también trae otros problemas, como la contaminación y degradación de sus terrenos, exacerbando aún más los efectos de la triple crisis que enfrentamos.

Es por esto que son tan necesarias las iniciativas que surgen desde la política pública para protegerlos. En el caso chileno, la Ley de Humedales Urbanos permite amparar ciertas áreas declaradas como humedales urbanos por el Ministerio de Medio Ambiente, entregando herramientas concretas a los municipios en los que están insertos para su defensa e, incluso, ordenando su inclusión en los Instrumentos de Planificación Territorial como “área de protección de valor natural”.

Hoy, la tarea es acelerar el proceso de reconocimiento de estos espacios. Un ejemplo de ello es lo que ha ocurrido con la Laguna Aculeo, un ecosistema de gran riqueza que alberga más de cien especies de aves y que en los últimos años se fue secando, debido al desvío de los cursos de agua que la alimentaban (en un escenario de cambio climático y aguda sequía) hasta que en 2018 quedó completamente seca.

Producto de las excepcionales lluvias registradas durante 2023 en la zona, entre otros factores, la laguna volvió a brotar y con ello renació un importante ecosistema generando el regreso de numerosas especies. Si tanto la laguna como el estero Pintué se declarasen Humedales Urbanos, estos cursos de agua contarían con el resguardo necesario para garantizar su permanencia, junto al beneficio que esto implicaría para las comunidades cercanas.

Más allá de los beneficios ya descritos de los humedales, diversos estudios demuestran que estos ecosistemas, no sólo impactan positivamente en nuestra salud y en la del medioambiente, sino que además influyen en el bienestar mental de las personas. Es por esto que el lema de la celebración del Día Mundial de los Humedales de este año (“Vidas entrelazadas: los humedales y las personas”) resulta tan acertado: su destino y el de todas las especies que habitan el planeta es el mismo.

Avanzar en la conservación oportuna de estos entornos, en su recuperación y la educación ambiental necesaria para mantener estos espacios protegidos, no sólo es un progreso medioambiental, sino que es avanzar en nuestra propia supervivencia y la de miles de especies en la Tierra.

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