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Chile se rompió en vano

La Roja rescató un punto ante Colombia a costa de exigir hasta un límite cuestionable a sus jugadores veteranos, que salieron muy tocados de un partido que merecieron ganar

Alexis Sánchez salta por un balón dividido con Jéfferson Lerma, este martes en el estadio Monumental, en Santiago (Chile).
Alexis Sánchez salta por un balón dividido con Jéfferson Lerma, este martes en el estadio Monumental, en Santiago (Chile).Elvis González (EFE)

Eduardo Berizzo, el entrenador de la selección chilena, dijo tras el partido que era “un optimista empedernido”. Y analizó el duelo como tal. Enfatizó que el punto ganado en la descuidada cancha del Estadio Monumental sumaba a los propósitos de conseguir uno de los seis cupos y medio reservados para el continente para el próximo mundial.

El arranque de su proceso es similar al de Reinaldo Rueda en el anterior. Apenas un punto de los primeros seis en disputa, pero la imagen que quedará tras el empate ante el cuadro cafetero es la de Arturo Vidal sollozando en la camilla, al borde del campo, incapaz de dar un paso más, al punto que fue derivado a un centro médico para hacerse exámenes que comprueben la cuantía de su problema a la rodilla.

Berizzo exigió hasta al límite a los veteranos jugadores de la generación dorada. Alexis Sánchez, quien viajó a Chile con una anemia diagnosticada por su club, el Inter de Milán, y la recomendación de no jugar por la falta de partidos y entrenamientos en los últimos dos meses, actuó los noventa minutos y terminó firmando una actuación pálida y deslucida, donde marró un gol seguro ante el arco desprotegido de Camilo Vargas. Para muchos, Chile jugó con nueve.

Para completar el cuadro, uno de los debutantes, el lateral de Talleres Matías Catalán -pese a tener 30 años- debió salir casi quince minutos después de haber solicitado cambio reiteradamente. Su misión -cumplida a cabalidad- fue anular a la super estrella colombiana Luis Díaz, el artillero del Liverpool, que no encajó ningún remate a puerta.

La pregunta tras el pleito era una sola; ¿valía la pena desangrar de esa manera a los jugadores veteranos en pos de un resultado, aún sabiendo que Colombia crecería ante la diferencia física? Pues la respuesta del adiestrador cordobés está demasiado clara, pues prefiere a la vieja guardia en evidente inferioridad física y futbolística antes que a la nueva generación, que aún no da muestras suficientes de madurez y competitividad.

Colombia se contentó con el punto, con un invicto que ya se estira a trece partidos y a un cálculo mezquino de acuerdo a las posibilidades que le brindó el partido. Hizo todos sus cambios en el momento en que Chile se derrumbaba físicamente, pero no supo sacar provecho de esa ventaja.

Casi como una metáfora, exprimir hasta la última gota, arriesgando incluso el físico de sus estrellas mayores, no dio jugo. Gary Medel y Charles Aránguiz, las otras dos ilustres figuras de La Roja, aportan oficio y ubicación, pero están lejos de la dinámica que exige el juego en el camino al Mundial.

Por eso, en el punto atesorado, resta por ver como se dañaron los estandartes que tanto resguarda el Toto Berizzo, que sigue levantando la bandera del optimismo.

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