El jurado declara culpable al hombre acusado de matar a su padre en Monterroso

Pasadas las diez y media de la noche, el jurado popular ha declarado culpable de homicidio al acusado de matar a su padre a golpes en la aldea de Esporiz (Monterroso, Lugo), el 19 de marzo de 2018, Día del Padre, supuestamente en presencia de su hijo y nieto de la víctima, un niño de cuatro años de edad. Tras dos jornadas de juicio y solo una tarde de deliberación, el tribunal del jurado ha leído su veredicto en la Audiencia Provincial de Lugo y ha llegado a la conclusión de que el acusado, de 54 años, es culpable, sin apreciar la circunstancia eximente de que estaba bebido.

Los miembros del jurado han sido unánimes en casi todas sus respuestas al objeto del veredicto. Y han considerado que la borrachera de aquella noche no impedía a Pedro L.L. la capacidad de prever que los golpes asestados a su padre podían causarle la muerte. En su escrito, el fiscal pedía 20 años de prisión por homicidio agravado por el parentesco y la salud frágil, así como 21 años de alejamiento del procesado de su hijo. El padre presentaba movilidad reducida que dificultaba su vida independiente y que hacía que precisase asistencia.

Según la acusación pública, su hijo le propinó múltiples patadas y puñetazos por todo el cuerpo, cabeza incluida, el pecho y la espalda, además de emplear una cuna metálica que estaba en el domicilio que compartían para ocasionarle la muerte. Por su parte, el abogado de la defensa solicitó la libre absolución con el argumento de que la muerte fue accidental debido a una "caída" de la víctima, que tenía 79 años de edad, y que ya se había caído en anteriores ocasiones.

No obstante, no fue aceptado el eximente de embriaguez y lo único que los miembros del jurado aprecian es que "estaba un poco mermado por la borrachera, pero que previó, o debió prever que podía causarle la muerte", según ha explicado a El País el abogado de la defensa, César Lodos.

La jornada de juicio de este jueves se había ceñido básicamente a la toma de declaración de testigos, entre ellos varios agentes de la Guardia Civil. Uno de los intervinientes acreditó que, cuando acudieron al domicilio, encontraron al acusado sentado en el sofá que compartía con el padre y reconoció: "lo maté a golpes". El cadáver se lo encontraron con "hematomas en la cara" y sangre en la "bota derecha" del hijo. El procesado se encuentra en la prisión de Monterroso desde que ocurrieron los hechos.