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El hombre acusado de matar a su progenitor el Día del Padre se aferra a la versión de la caída accidental

Un agente declara que el supuesto parricida tenía sangre en la bota y confesó la noche del crimen que lo había matado "a golpes"

Sesión celebrada hoy en la Audiencia de Lugo.
Sesión celebrada hoy en la Audiencia de Lugo.

En la Audiencia Provincial de Lugo se celebra esta semana el juicio con jurado de Pedro L.L., el presunto parricida de Monterroso acusado de acabar con la vida de su padre cuando el hijo y nieto de ambos estaba en la casa. La fiscalía pide 20 años de prisión y 21 de alejamiento del niño que en el momento de los hechos, el año 2018, contaba cuatro años y presenció lo sucedido.

En la sesión de esta mañana han prestado declaración varios testigos, como un agente de la Guardia Civil que acudió a la vivienda de la aldea de Esporiz y se topó con el procesado, exvigilante de seguridad, sentado en un sofá de la casa. Al ver entrar a los guardias, según ha relatado este investigador, el acusado les dijo: “Maté a mi padre a golpes”. El agente también ha acreditado que se encontraron a la víctima “tumbado y con heridas múltiples” y con “hematomas en la cara”. Una descripción que también se recoge en el informe fotográfico realizado por los agentes en la madrugada del Día del Padre, el 19 de marzo de 2018.

Sin embargo, esta mañana el abogado del presunto parricida, César Lodos, ha asegurado que después de dos días de vista oral “se está demostrando la inocencia de Pedro”. El letrado ha insistido en la hipótesis de un “desgraciado accidente” que habría sufrido la víctima, de nombre Ramón, esa noche, “al caerse". "Ha quedado más que demostrado”, ha repetido: “Ha quedado demostrado que se caía habitualmente, que tenía lesiones de antiguas caídas. Las personas más allegadas a ellos lo confirman. Hoy también los forenses van a confirmar que existían lesiones antiguas”, ha subrayado.

Lodos ha puesto el acento en que el padre era “una persona de 79 años, y es relativamente más fácil que las lesiones sean por una caída que una persona joven”. Basándose en esta supuesta “inocencia” de su defendido, instará la “libre absolución” aunque, ha matizado, “en el peor de los casos y si consideran demostrado que le alcanzó con una patada, serían unas lesiones por imprudencia, porque no se puede causar la muerte por una simple patada”. Precisamente en la jornada de hoy ese guardia civil acreditaba que en la “bota derecha” del encausado era “donde más sangre tenía, en la parte de la bota que no toca el suelo”.

Lodos, antes de entrar en sala, reconocía que el presunto autor del crimen “en ese momento estaba bastante bebido". Es por esto, dice, que "no puede recordar si le alcanzó con una patada, que dio una patada al aire por rabia, por desesperación de no poder levantarlo. Y si le alcanzó con la patada le podría haber causado unas mini lesiones, pero nada más”.

El letrado lucense ha apuntado que el padre “tenía un carcinoma, tenía problemas hepáticos, le habían operado recientemente, tenía también artritis, osteoporosis y todas las enfermedades que acarrea tener 79 años”.

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También destacaba que su cliente hoy se encontraba más “desolado” al conocer que la fiscalía le pide 21 años de alejamiento de su hijo, que tenía cuatro años el día de autos y que fue fruto de una relación con una mujer que reside en Asturias y que acude a visitarle habitualmente a la cárcel de Monterroso acompañada del pequeño.

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