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Cataratas o hernia, usted elige

Una orden de 2016 obliga a que un paciente pendiente de dos operaciones deba eliminar una de la lista de espera hasta que no se realice la primera

Juan Bautista de Pedro en su casa, en Madrid.
Juan Bautista de Pedro en su casa, en Madrid.Santi Burgos
Isabel Valdés

A finales de noviembre, Juan Bautista de Pedro, un jubilado de 69 años, se convirtió de repente en médico especialista y en un afectado más del sistema sanitario madrileño. Lo llamaron por teléfono desde el Hospital Gregorio Marañón para decirle que no podía estar en lista de espera quirúrgica para dos operaciones a la vez y que tenía que elegir entre lo que tenía pendiente. "¿La hernia o las cataratas? Elige, me dijeron. A mí, que eligiese yo, como si fuera médico para saber qué es más urgente", cuenta de Pedro. "Después terminaron de arreglarlo. Les pregunté qué pasaba con la otra intervención y me dijeron que tenía que volver a empezar de nuevo, que volvía a la cola".

En la Comunidad de Madrid, el 30 de agosto de 2016, el Gobierno de Cristina Cifuentes publicó una orden sobre el Registro de Pacientes en Lista de Espera Quirúrgica del Servicio Madrileño de Salud que especificaba que para los pacientes en los que esté prevista más de una operación "se procederá con cada uno de ellos como procesos independientes y, por tanto, una vez resuelto el primero se iniciará el procedimiento de inclusión en el registro" para el resto, "siendo el orden de inclusión el más prioritario prescrito por el especialista quirúrgico para la salud del paciente en cada momento".

Esa orden fue la que usó el hospital para responder a la reclamación de su paciente, que no se conformó. Llevaba en lista de espera para la hernia desde junio y para las cataratas, desde octubre. "Es una trampa. A mi edad mucha gente tiene ya dos o más operaciones pendientes. Pero vamos tragando y tragando, el sistema ampara este tipo de decisiones que son malas para los ciudadanos, pero también para el propio sistema, porque sacarme de la lista y volver a empezar significa que tengo que volver a hacer todas las pruebas, etc. Así me lo dijeron".

Por eso, para este extrabajador de la construcción de maquinaria, esos dos párrafos de la orden son "un despropósito y una forma de maquillar las listas de espera". Y de avalar la actuación del centro, que se remite a dicha orden para explicar lo sucedido y confirman que de Pedro tendrá que empezar el proceso una vez que se recupere de la primera operación, la de hernia, de la que será intervenido el próximo lunes. En lo que sí difiere el relato del centro y el del paciente es en quién tomó la decisión. De Pedro insiste en que le pidieron que decidiese él, desde el Hospital aseguran que el criterio para decidir cuál es la intervención es absolutamente médico: "Es el especialista quien toma la decisión en base a razones absolutamente clínicas". De Pedro se reafirma: "Bueno, pues ese día el especialista debía ser yo. Aunque cuando fui a reclamar quien me atendió también me aconsejó que fuese primero la hernia y me comentaron lo absurda que era la orden, que es lo que piensa cualquiera con un poco de sentido común".

Tanto profesionales como sindicatos coinciden en que esto no es habitual, y afirman que es la primera vez que tienen constancia de un caso así, aunque apuntan que eso no quiere decir que no esté ocurriendo.

Eva López, secretaria de Políticas Sociales de UGT, explica que las listas de espera son por especialidades, no por persona: "Todavía podría tener algo de sentido si las operaciones fueran de la misma especialidad, pero es que ni eso". Las órdenes, alude, "hay que interpretarlas y en este caso o alguien inepto ha decidido o hay algo mal, muy mal, detrás de esa decisión". Carmen San José, del Movimiento Asambleario de Trabajadores de Sanidad (MATS), explica que perfectamente de Pedro podría haberse quedado en la lista de espera como "transitoriamente no programable", para que no coincidiesen en el tiempo, una y otra, "pero no sacarlo". Y Ana González, responsable de Políticas Sociales de Comisiones Obreras, asegura que "no tiene sentido, es escandaloso y no es habitual, pero sí, está recogido en la orden y lo pueden aplicar, aunque es una aplicación muy restrictiva". Cosas de la Sanidad de esta Comunidad, dicen en algún momento de la conversación las tres sindicalistas.

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Problemas de fondo

"Evidentemente", apostilla Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, "es una barbaridad". El médico asegura que esto "somete a los ciudadanos a demoras mucho más prolongadas y obliga a que una persona para solucionar sus problemas de salud se encuentre en listas de espera continuas, unas detrás de otras, sin ningún sentido desde el punto de vista sanitario ni para la ciudadanía". Sánchez Bayle se detiene un segundo y se desdice: "Bueno, sí tiene un sentido, el de disminuir de forma artificial las listas de espera, porque este paciente va a desaparecer durante un buen tiempo de una lista de espera en la que en realidad debería estar".

No es el único profesional que opina así sobre cómo gestiona el Gobierno regional las listas de espera. "Caverna", apunta Ana González; "oscurantismo", añade Eva López; "engaño", completa Carmen San José.

López recuerda que Madrid tiene "un problema serio y muy grave con las listas de espera que no se soluciona, ni siquiera con un Plan específico para reducirlas". Ese programa empezó en 2016 —la misma semana que se destapó que había cuatro veces más pacientes en las listas de lo que había dicho la Consejería: 80.000— y acabó el pasado 31 de diciembre sin resultados, en parte, porque no se invirtió el dinero presupuestado para ello, como confirmó la Cámara de Cuentas de la Comunidad. Del dinero destinado a reducir las listas de espera en 2018, Madrid gastó solo 889.000 euros: el 1,4% del presupuesto que tenía inicialmente. Sindicatos y oposición denunciaron el plan como un "programa fantasma" que no funciona y por el que se cuela el dinero.

La solución para las listas de espera en Madrid, son, según las sindicalitas, dos y fáciles, sin elaborados y complejos planes: contratar el personal que falta, sentencian. "Los recursos técnicos están, faltan los humanos".

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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