Los últimos suspiros de la Ingobernable
Cientos de manifestantes se han congregado enfrente del edificio okupado para evitar su desalojo
Fue un amago de conflicto, con un final previsto. Ayer iba a ser un día de fuegos de artificio: los policías municipales acudirían a entregar una orden de desalojo y los okupantes harían una demostración de fuerza para dar a entender que no iban a estar dispuestos a ello. Y así sucedió: los policías entregaron la orden, los okupantes, acompañados por centenares de personas, darían su negativa, todo pacíficamente. A partir de ahí, media vuelta. Comenzará entonces la vía judicial.
Cientos de personas se habían concentrado ya desde la madrugada para defender La Ingobernable, un centro social autogestionado en la calle Gobernador 39, situado en la esquina con el Paseo del Prado y al lado del CaixaForum. Se había efectuado una convocatoria por redes sociales con una excusa apetitosa: desayunar chocolate con churros.
La reacción del alcalde Almeida fue tan previsible como todo lo sucedido por la mañana. Dijo que iba a acudir “desde este mismo momento” a la vía judicial para lograr “lo más rápido posible” el desalojo de La Ingobernable. “No teníamos ninguna duda de que unos caras que llevan dos años viviendo a costa de los madrileños no iban a abandonar voluntariamente ese edificio, era un trámite que había que pasar, y aplicaremos toda la fuerza de la ley, para desalojar a estas personas de ese edificio que es propiedad de todos los madrileños”, expresó el regidor madrileño durante una visita a las obras de Plaza España.
Mientras tanto, en La Ingobernable, los cientos de personas que estaban defendiendo la puerta celebraban que la comisión del Ayuntamiento se hubiera marchado sin entrar al edificio.
Por su parte, desde un lugar próximo, el patio del CaixaForum, el concejal y portavoz adjunto de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Pedro Fernández exigió al alcalde que desaloje a La Ingobernable del edificio lo antes posible. “He venido a manifestar mi rechazo a que se mantenga una situación de ilegalidad, es el motivo por el que he acudido hoy aquí”, remarcó el edil, que no quiso acercarse más al lugar donde estaban los okupantes.
Entre cantos de “La Ingo se defiende” y “Somos indesalojables e Ingobernables” una de las portavoces del colectivo, Serlinda Vigara, anunció que el edificio seguirá ofreciendo actividades culturales.
Los portavoces de La Ingobernable han celebrado que continúe la okupación como “una victoria para la ciudad de Madrid” y ha incidido en que se suma a otras “victorias” contra la “beligerancia” del alcalde de la capital. “Podemos decir que el intento de desalojo que se ha producido se ha parado”, aseguraban desde La Ingobernable. Entre los cientos de congregados acudieron Isa Serra y Sol Sánchez, diputadas de Unidas Podemos, y el ex concejal de Ahora Madrid Carlos Sánchez Mato.
Almeida decidió tomar el edificio como caballo de batalla contra la okupación en la capital y ya en campaña electoral anunció que actuaría de forma fulminante.
Sin embargo, esta historia se remonta a 2015 cuando la entonces alcaldesa Ana Botella cedió el uso del inmueble por 75 años a la Fundación Ambasz para hacer un Museo de Arte, Arquitectura y Diseño. Esto nunca se materializó y el edificio permaneció vacío hasta el 2017, cuando, después de una manifestación con el lema Madrid No se Vende, un grupo de personas decidió okupar el edificio.
El edificio se ha convertido en punto de encuentro de centenares de colectivos sociales y tiene una amplia oferta de actividades. Almeida prometió en campaña que iba a hacer en el inmueble un centro de salud y una biblioteca para los vecinos y Begoña Villacís, de Cs, quería que además de la biblioteca, el espacio se pueda convertir en el Museo de la Fotografía. En la última junta de gobierno de julio el consistorio dijo que el edificio se destinará a equipamientos necesarios para el Distrito Centro, aún por determinar. Por ahora su futuro sigue siendo incierto.
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